La serie continúa su nivel de calidad ascendente, con un número que pese a parecer - a priori - de transcición, encierra una lectura cargada de detalles y aportaciones interesantes.
LOS MUERTOS VIVIENTES 7 de Kirkman y Adlard: ***3/4
Como el propio nombre del volumen indica, "La calma antes de...", supone un moderado respiro en la incesante tensión y trepidante sucesión de eventos que los números previos mostraban con la aparición del gobernador y el pueblo de Woodbury. Pero descenso en la intensidad de la acción no quiere decir que Kirkman se duerma en los laureles narrativamente hablando, pues si por algo resulta indispensable esta serie es por su capacidad para sorprender de forma continua desde las más diversas vertientes y líneas argumentales que expone. Con ello, este oasis de calma se verá salpicado de pequeñas escaramuzas de las que Rick queda excluido, al tiempo que una nueva vida llega y otra queda condenada, fruto de la mala suerte. Al tiempo la silenciosa muerte zombi acecha en cada oscuro rincón de, tal y como nombra el protagonista, "...esta mierda de mundo". El golpe de efecto final, a modo de cliffhanger, resulta tan potente como efectista y pese a lo tópico del mismo (tras la fuga del pueblo), supone un puente soberbio para el impactante próximo volumen. Un número magnífico que mantiene el recién adquirido status y se prepara para subir, otra vez, un peldaño más.
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