En esta segunda parte del cine de Octubre toca la anárquica selección de títulos recopilados, que no siguen una línea lógica de visionado, con actor, director o género alguno que pueda atarlos a catalogación más o menos lógica.
PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS DURANTE OCTUBRE 2013 (II)
Varios Géneros
CAMINO A LA PERDICIÓN: ***1/4
Tras su arrollador debut con AMERICAN BEAUTY, Sam Mendes ha intentado realizar la "película definitiva" en todos los géneros que ha transitado, quedando siempre por debajo de las expectativas. No obstante este revival gansgteril homenaje y estilización de las cintas clásicas de los 40 y 50 cumple bordeando la pirueta del exceso estético, pero cuenta con dos grandes de la belleza audio (Thomas Newman) visual (Conrad Hall), aparte de un reparto soberbio para que el todo se apuntale con más vigor que el exceso o descuido de algunas partes.
LA COMUNIDAD: ****
Tras su arrollador debut con AMERICAN BEAUTY, Sam Mendes ha intentado realizar la "película definitiva" en todos los géneros que ha transitado, quedando siempre por debajo de las expectativas. No obstante este revival gansgteril homenaje y estilización de las cintas clásicas de los 40 y 50 cumple bordeando la pirueta del exceso estético, pero cuenta con dos grandes de la belleza audio (Thomas Newman) visual (Conrad Hall), aparte de un reparto soberbio para que el todo se apuntale con más vigor que el exceso o descuido de algunas partes.
LA COMUNIDAD: ****
El cine de Alex de la Iglesia ha ido perdiendo solidez estructural en favor de una estilización formal quizás más acorde con la maduración de su realizador, pero decididamente menos contundente que el desparpajo arrojadizo y misantrópico que tanto encadilaba de sus primeros trabajos. LA COMUNIDAD es una de sus grandes obras; enfermiza, pesadillesca, absorbente, delirante, divertidísima, feroz, cargada de humor negro, mala uva, poderío visual y un guión magnífico con actores soberbios encabezados por la simpar Carmen Maura. "Y yo dije X".
Clásico del western crepuscular revalorizado con el tiempo cuya sobria y excelente dirección de George Roy Hill engrandece un guión robusto de William Goldman y se convierte en título mítico por la química irrepetible de dos actores en estado de gracia. El brío y la diversión inicial, incluso con la pizca de romance a contracorriente, da paso a una persecución memorable que dura todo el segundo acto y prepara un legendario final a contar entre los más recordados de la historia del cine. Una maravilla cinematográfica para disfrutar una y otra vez.
Aunque no todo Pixar sea reluciente oro siempre cumple con unos mínimos de funcionamiento que consiguen que hasta el más circunspecto de los espectadores se muestre complacido con sus innegables muestras de talento. En esta precuela el guión no consigue cuajar, pero la entrañable diversión y despliegue de medios visuales y narrativos suple con creces la falta de mayor profundidad y riesgo en el cómputo global. Aparte de las simpáticas referencias al título primigenio, su pareja de personajes protagonistas resulta acertadísima.
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES: ***1/2
La jovialidad, animosidad y energía que transmite esta colorista cinta de Kenneth Branagh resulta tan embriagadora que el liviano argumento del relato (uno de los menos sesudos de Shakespeare) se disipa entre la vehemencia y entrega de unos actores entonados, destacando el vibrante duelo de una bellísima Emma Thompson y el sobredimensionado pero arrebatador Branagh. Además la luminosa y festiva música de un Patrick Doyle en todo su esplendor aumenta la sensación de vitalidad a cada aparición. Puro joie de vivre.
TO THE WONDER: **
Como una banda de Moebius, el último cine de Terrence Malick parece asemejarse más a un sentimiento capturado en ámbar audiovisual que a cualquier otra aspiración artística. Por no parecer no parece ni cine. No es mala cosa experimentar o saltarse a la torera las convenciones narrativas si se tiene algo interesante que contar y los caminos trillados no ayudan a ello, pero cuando no hay más que vacua pretenciosidad existencial reiterada hasta el infinito la cosa pierde su gracia y todo queda en postal sentimental, una bellísima radiografía sensorial.
VIAJE A AGHARTA: ***
Fuera del popular Studio Ghibli fructiferan títulos concomitantes en intenciones a su madurez temática y brillantez técnica que muchas veces sin la chispa o genio de Miyazaki suelen cumplir al menos con gran parte de su catálogo temático. Makoto Shinkai entrega un trabajo que aúna con éxito la búsqueda de Dante del ser querido y perdido desde varios prismas junto a otras interesantes referencias literarias, mitológicas y visuales, haciendo del cocktel resultante un híbrido interesante con chispazos de aventuras, mucha fantasía y una emotiva cadencia narrativa bastante bien entonada.
Como una banda de Moebius, el último cine de Terrence Malick parece asemejarse más a un sentimiento capturado en ámbar audiovisual que a cualquier otra aspiración artística. Por no parecer no parece ni cine. No es mala cosa experimentar o saltarse a la torera las convenciones narrativas si se tiene algo interesante que contar y los caminos trillados no ayudan a ello, pero cuando no hay más que vacua pretenciosidad existencial reiterada hasta el infinito la cosa pierde su gracia y todo queda en postal sentimental, una bellísima radiografía sensorial.
VIAJE A AGHARTA: ***
Fuera del popular Studio Ghibli fructiferan títulos concomitantes en intenciones a su madurez temática y brillantez técnica que muchas veces sin la chispa o genio de Miyazaki suelen cumplir al menos con gran parte de su catálogo temático. Makoto Shinkai entrega un trabajo que aúna con éxito la búsqueda de Dante del ser querido y perdido desde varios prismas junto a otras interesantes referencias literarias, mitológicas y visuales, haciendo del cocktel resultante un híbrido interesante con chispazos de aventuras, mucha fantasía y una emotiva cadencia narrativa bastante bien entonada.