Sigo repasando de la serie zombi más seguida de la actualidad, cuyo segundo número destaca por el cambio de dibujante, con la sustitución de Tony Moore por Charlie Adlard.
LOS MUERTOS VIVIENTES 2 de Kirkman y Adlard: ***1/4
El pulso de Kirkman no hace sino mejorar en este segundo tomo, donde la tensión y el peligro aumentan por momentos. Comienza el viaje del grupo de supervivientes en busca de un hogar, pero no pueden sino meterse en la boca del lobo primero y en hogar ajeno después, antes de encontrar un lugar icónico para alojarse, que el guionista emplea con irónicas intenciones; una cárcel. Desgarradora y trepidante, la trama que aquí acontece sigue definiendo personajes, creando situaciones de infarto y añadiendo elementos de interés (la diatriba moral entre los que creen que bajo los zombis aun viven los seres queridos y los que, evidentemente, no), aparte de reincidir con inteligencia en premisas anteriores respaldando una lógica interna en la actuación de los personajes que diferencia esta serie de la gran mayoría de entretenimientos de género terrorífico similares. Resulta también un acierto el cambio de dibujante, un inicialmente mediocre aunque interesante Charlie Adlard, que parece esbozar más que dibujar en ciertas viñetas (la splash page de la zona residencial), pero que mejorará considerablemente con el paso de los números y cuyo estilo más seco y contundente encaja mejor con la trama. Un segundo número que mantiene y mejora el nivel del previo.
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