Con el último número ya a la venta (y leído: ¡finalazo!), continúo en orden cronológico. La debacle a la que se ve arrastrado Dash comienza a pasarle factura. Y lo hace en un número ejemplar en cuanto a capacidad narrativa de sus creadores e intenciones dramáticas para con sus personajes.
SCALPED, TRISTE Y SOLO de J.Aaron, R.M.Guéra y D.Furnò: ****
Es una afirmación de perogrullo repetir continuamente lo buena que es SCALPED, pero es que uno no puede dejar de cantarlo a los cuatro vientos cada vez que finaliza la lectura del tomo en curso. En este quinto en particular, destaca la capacidad de Aaron para espaciar acontecimientos introduciendo en el camino a un estafador profesional que pondrá en un serio aprieto a Dash, hacer un flashback para entender hasta que punto Diesel es un auténtico bastardo y menos de fiar de lo que ya creíamos, así como dar a conocer las motivaciones del agente especial del FBI Baylis Earl Nitz, supervisor de Dash que se la tiene jurada a Cuervo Rojo, Gina y el resto de soldados perro que décadas atrás fueron responsables del asesinato de dos de sus compañeros. Para narrar el pequeño paréntesis conceptual que supone este volumen, el apartado ilustrativo recae de nuevo en su trama vertebral en Guéra dejando los lápices a Furnò para contar sendas sub-tramas dedicadas a los mencionados Diesel y Nitz. El dibujante invitado no consigue mejorar previas aportaciones, contando con el peso del guión que plasma como auténtico motor conceptual.
Y es precisamente este el que se instaura como capital para valorar la revelación que acontece en el episodio cuarto (número 28 americano) aquí recogido, dejando al descubierto las sospechas que ya teníamos sobre el responsable de las muertes acontecidas en la reserva Prairie Rose, origen dramático de toda la serie. El que Aaron nos desvele la identidad del asesino a mitad del recorrido no solo no impide que este se pierda de vista, sino que centra mucho más los acontecimientos venideros, empujando a los personajes a posicionarse, otorgándonos la perspectiva necesaria para encajar emocionalmente muchas decisiones vividas y aun por llegar. Un prodigioso entramado trazado con tiralíneas que da muestras una vez más del dominio del guionista sobre el material creado, sus personajes e idiosincrasias.
Y es precisamente este el que se instaura como capital para valorar la revelación que acontece en el episodio cuarto (número 28 americano) aquí recogido, dejando al descubierto las sospechas que ya teníamos sobre el responsable de las muertes acontecidas en la reserva Prairie Rose, origen dramático de toda la serie. El que Aaron nos desvele la identidad del asesino a mitad del recorrido no solo no impide que este se pierda de vista, sino que centra mucho más los acontecimientos venideros, empujando a los personajes a posicionarse, otorgándonos la perspectiva necesaria para encajar emocionalmente muchas decisiones vividas y aun por llegar. Un prodigioso entramado trazado con tiralíneas que da muestras una vez más del dominio del guionista sobre el material creado, sus personajes e idiosincrasias.
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