Hoy
reseña/comentario/crítica de ESCALA REAL de
Santiago Valenzuela, volumen segundo de la saga LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN
TORREZNO.
ESCALA REAL de Santiago Valenzuela: ****
Tras
la lectura del primer álbum se hacía pública, al poco, la noticia de la
consecución del Premio Nacional del Cómic para su autor por la última
entrega del singular Capitán
Torrezno PLAZA ELÍPTICA, a la que llegaré dentro de no demasiado. Hoy
segundo capítulo igual de bueno que el previo. Cuando una serie, que se sabe posee recorrido a larga distancia, acomete un arranque tan poderoso y magnético como HORIZONTES LEJANOS, es más que comprensible adjudicarle una duda automática a su continuación, en la que uno espera siempre ver superados o modificados -amén de una sempiterna espada de Damocles en forma de decepción sobre la misma- los parámetros instaurados como cardinales en la obra, aunque solo fuese por la dificultad intrínseca de mantener el extraordinario nivel esgrimido durante su portentoso comienzo. Pero, ¡ay!, los hombres de poca fe de vez en cuando nos vemos sorprendidos y gratamente agasajados por la promesa mantenida de un autor que no solo amplifica el scope de su producción en cuanto a vericuetos narrativos y posibilidades conceptuales, sino que conserva intacta e incólume toda el alma del relato y el corazón de sus personajes con vivaracha comicidad y quirúrjico, a la par que mordaz, análisis sobre la egocéntrica existencia del ser humano.
Resulta fascinante como Valenzuela aplica no solo un soberbio equilibrio temático en cuanto al conflicto bélico que promueve la reflexión sobre la sociedad, la religión o los gobernantes (con castizos ecos al CEREBUS de Dave Sim), también es admirable como dosifica la información e integra los literarios y exigentes textos con invisible fluidez, deslizando en ellos profundas sentencias cargadas de amargura, ácidez e incluso briznas de poesía; "El mal existe (...), un mal cotidiano, sí, banal incluso, pero no por ello menos real. El mal (...) es tratar a los otros como cosas, considerarlos simple botín o moneda de cambio, usarlos como llave para otras puertas, como peldaños para nuestra ambición, como asideros para nuestro miedo o vertederos de nuestro asco, nuestro odio...". Una declaración vital a la que me asdcribo por completo y que solidifica mi pasión por Las Aventuras del Capitán Torrezno como inquebrantable de aquí en adelante. ¡Y que mil siglos dure!
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