Hoy recupero comentario del tercer capítulo de la otra gran saga (ROCKY la previa) que inmortalizaría a Sylvester Stallone como héroe de acción icónico de los ochenta.
RAMBO III de Jerry Goldsmith: ***1/2
El responsable musical de la trilogía original de la franquicia RAMBO, no fue otro que el insigne Jerry Goldsmith, que se embarcó en ella desde su inicio en 1982, viviendo por aquel entonces su periodo cumbre de esplendor y creatividad. El primer largometraje es, sin ninguna duda, una de las joyas dentro de su carrera de principios de los ochenta, un trabajo arrollador, poderoso, donde aúna dramatismo sentido, con la más apabullante acción polifónica y sincopada marca de la casa. Su segunda parte respondía más a un ejercicio de estilo llevado hasta sus últimas consecuencias dentro de la más pura ferocidad orquestal, donde se dan cita tanto el frenetismo más impactante, como espectaculares apariciones melódicas (un nuevo tema de mucha más presencia y dinamismo) o concisas intervenciones electrónicas. Con esta estupenda evolución, donde la primera secuela se distanciaba en conceptos y añadía valores, en pos de un olvido parcial del desarrollo temático de la cinta original -no podía ser de otro modo, pues del drama social post-guerra del Vietnam deslizado hacia la acción espectáculo, se pasaba directamente a abrazar el sucedáneo bélico-, no quedaba más que ver por donde saldría su tercer capítulo, a la postre último de las andanzas de John Rambo, para comprobar el resultado musical que Goldsmith era capaz de ofrecernos con unas propuestas narrativas en su homólogo cinematográfico, que se anunciaban ya de lejos más que agotadas.
El score del maestro californiano para RAMBO III, no puede sino oponerse cualitativamente al film al que pertenece, del que parece entresacar la excusa de su débil línea argumental para exponer, con imponente vigorosidad, una descripción de la nueva aventura del boina verde más famosos del celuloide. Empleando como motivo central el tema principal de la saga inaugurado en ACORRALADO, Goldsmith retomará dicha melodía puntualmente con estupendas intervenciones y variaciones magistrales, tanto para los momentos heroicos, como para los meditativos. Aparece de nuevo el inconfundible motivo electrónico asociado al protagonista (esa "pedorreta" sostenida) que algunos asociarán de por vida a la franquicia gracias al genio del compositor, así como la expansión de la mixtura de sintetizadores y orquesta iniciada en el capítulo previo, que en esta ocasión se resuelve con más fluidez y elegancia que en otras obras coetáneas. Asimismo nuevos pasajes descriptivos de cierta belleza melancólica como "Peshawar" o "Afghanistan" presentan nuevas líneas melódicas que describen el ambiente localista con figuras rítmicas e intimistas respectivamente.
Por otro lado el compositor intenta imprimir una inusual profundidad emocional al protagonista en su visión del mundo y de los conflictos que viven las gentes del lugar al que acude a rescatar a su amigo, el famoso coronel Trautman, en cortes como "Questions" o "Then I´ll Die". Incluso en la descripción inicial del mismo como un héroe cansado, meditabundo y de cierto poso trágico, Goldsmith imprime un maravillosa sensación emotiva sobre la cuerda en una delicada variación del tema central durante el pasaje que abre el CD, "Another time", lamentablemente eliminado del film. Incluso para el epílogo y los créditos finales (de nuevo sustituidos por una canción de ínfulas comerciales), se desarrolla un nuevo tema de sonoridad castrense, apesadumbrada, a modo de resolución emotiva y melancólica (recuperado por el compositor como melodía central de LA ÚLTIMA FORTALEZA trece años más tarde, igualmente con intenciones descriptivas militares) que se intercala con el resto de los temas empleados a lo largo de la partitura, en el pasaje más largo del disco...
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