Cada trabajo que descubro de Edmond Baudoin me lleva a encumbrarlo un poco más al podio galo de autores dedicados al tebeo. Hoy otro título que añadir a su exquisito currículo.
ENSALADA DE NIZA de Edmond Baudoin: ***1/2
Su relajado y relajante estatismo narrativo se convierte en un volcán de emociones gracias a la sinergia que su prosa rica y elegante genera en el choque con su delicado e inconfundible trazo en blanco y negro. En previas reseñas dedicadas a VIVA LA VIDA o EL VENDEDOR DE ESTROPAJOS ya ponía de manifiesto el talento y naturalidad expositiva del artista francés, capaz aquí de alcanzar un superior nivel de sugestión sensorial que en aquellas a la hora de ilustrar el mar o las miradas insondables de sus personajes. En este caso Manu, un trasunto de su propia personalidad a lo largo de sus años de juventud en Niza, ciudad que copa el interés del trabajo al alimón con las mujeres que le fascinan. Con caracter episódico y de forma pausada nos presenta diversas vivencias en relación a la vida nocturna y marítima de la urbe, recuerdos infantiles que entroncan con las experiencias narradas en la igualmente magnífica PIERO (esta ENSALADA DE NIZA casi podría verse como su continuación y evolución temática) y sobre todo los encuentros fortuitos, fugaces o más extensos que el protagonista tendrá con diversas mujeres y variados resultados.
Su fascinación por lo femenino se puede apreciar sobradamente en las bellísimas formas que les dedica a sus cuerpos, sus ojos y sus penas. Una suerte de poesía romántico melancólica con la pérdida y la esperanza acercándose, alejándose y colisionando como esas olas que ilustra con maestría en la historia final. Un trabajo intimista, sugerente y hermoso que da buena cuenta del talento de Edmond Baudoin. Correcta edición en rústica con solapas por parte de Astiberri para completar el disfrute.
Su fascinación por lo femenino se puede apreciar sobradamente en las bellísimas formas que les dedica a sus cuerpos, sus ojos y sus penas. Una suerte de poesía romántico melancólica con la pérdida y la esperanza acercándose, alejándose y colisionando como esas olas que ilustra con maestría en la historia final. Un trabajo intimista, sugerente y hermoso que da buena cuenta del talento de Edmond Baudoin. Correcta edición en rústica con solapas por parte de Astiberri para completar el disfrute.
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