Y como última aportación recuperada de entre el catálogo de trabajos recientes del compositor, toca hoy su partitura para el remake de DOS HERMANAS, una cinta de terror oriental interesante aunque fallida, que vio nueva versión americanizada con escaso interés. Justo lo contrario que ocurría con las revisiones de THE GRUDGE.
THE UNINVITED de Christopher Young: **3/4
Trabajo que bascula entre la reiteración de un patrón tan solvente como fácilmente reconocible y destellos de gran artesano, se construye una obra seria y esforzada por momentos, que bordea a ratos el cliché de lo previsible. Parte de un tema central con esa inconfundible y suave cadencia rítmica con resonancias de vals que sirve de base a una melodía coral femenina sencilla y oscilante, arropada por ténebres cuerdas que retomarán el leit-motiv más intensamente, anunciando con gravedad lo que antes se ha susurrado; todo un acierto narrativo y una auténtica declaración de intenciones por parte Young. La estructura cíclica de este tipo de piezas le viene de perlas al autor para sugerir ideas y ecos de fragmentos que luego habrán de resolverse. Recursos que lejos de resultar agotados, siguen funcionando tanto cinematográfica como musicalmente.
Las convenciones habituales del género se visitarán pulcra y sólidamente, sin alardes ni efectismos, desde el piano misterioso de "Twice Told Tales" construyendo un nuevo tema cuasi-romántico que volverá a aparecer en "Pairs in Love", a los efectos orquestales y corales atmosféricos con golpes de efecto de "I´m at a Party" o "The Screaming Bell". Asimismo, Young nos regala un scherzo de tintes trágicos en el breve pero hermoso "Glass Act" y momentos de gran tensión emocional in crescendo con "Terror on the Water", "Working Dreams" y "What Have You Done?". Los estallidos de cuerda típicos del compositor surgen en "Bloody Milk", y las variaciones de orquestación sobre el tema central en "Twin Nightmares" y en el resumen circular final de "Tale of Two Sisters". No obstante, el corte más destacado es sin duda "Cry of Love", un extenso fragmento con violentas y fantasmagóricas intervenciones vocales, deudor de la pasión del músico por Ligeti, Penderecki o Lutoslawski, seguido del único momento de acción de la partitura en "A Dance with No one", una pieza contundente de obsesivo y pulsátil ritmo sostenido.
En cualquier caso y pese a la - aparente - variedad de la obra y la consistente construcción del entramado poca es la sorpresa en el conjunto. Se agradece que Christopher Young siga demostrando ser el baluarte del género, entregándose a el con toda la dedicación que ésta o previas obras de similar calado ratifican, pero los límites de su puesta en escena son cada vez más visibles.
Puedes leer la reseña original y completa en Scoremagacine.
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