Hoy reseña/crítica/comentario de EL BUS de Paul Kirchner. Otro título que destaqué como crucial con motivo de su lanzamiento para el Salón de Barcelona 2014 y que no solo ha respondido a la expectativas, sino que ha alcanzado cotas de sorpresa y genialidad inesperadas en su redescubrimiento.
Una obra que se compone de tiras independientes y que tiene como premisa el autobus en la ciudad no parece, así a priori, que vaya a dar para mucho. Falso por supuesto. Igual que el NEMO de McCay o el KRAZY KAT de Herriman, una escueta premisa inicial inamovible puede ofrecer infinitas posibilidades a una mente original y atrevida. EL BUS de Paul Kirchner recoge el testigo de esa genialidad de las series fundacionales del Noveno Arte con una inquietante visión del ser humano urbanita, definiéndolo a través del absurdo a veces irónico, a veces kafkiano, otra veces lisérgico, de imposibles situaciones relacionadas con el autobús interurbano.
Pero la inagotable inventiva a la hora de aprovechar su inusual punto de partida solo es la mitad del recorrido de este bus. Cuando Kirchner realmente demuestra verdadero talento para con la disciplina es cuando experimenta y fuerza los límites de las posibilidades narrativas de las viñetas, arrojando inesperados sopapos de ingenio al lector, soluciones secuenciales arriesgadas, composiciones dignas de Escher, lenguaje metarreferencial o reflexión filosófica a través del vértigo existencial. Un collage temático aparentemente imposible que se salda con un éxito rotundo gracias a su asible presentación de dichas ideas, que quedan fijadas en la retina del lector gracias a la prístina claridad expositiva de Kirchner a la hora de ilustrar sus fascinantes propuestas con una exquisita línea clara en blanco y negro, así como con un juego con las masas -de nuevo- de negro inteligente e impactante. Nada mal para una obra que data de 1978 (publicada durante siete años en HEAVY METAL) y cuya validez y vigencia siguen intactas.
Mil y un aplausos para la edición de Ninth en un tomo apaisado que respeta el formato original y lo cubre de una lujosa tapa dura completándolo con algunos interesantes extras. EL BUS de Paul Kirchner bebe de muchas fuentes y dura poco, pero su concentrada potencia conceptual y mágica alquimia resultante son elementos demasiado buenos como para no adquirirlo y disfrutarlo una y otra vez.
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