Hoy reseña/comentario/crítica de SHIGERU MIZUKI. De todavía reciente permanencia en el mercado patrio, la obra del nipón Shigeru Mizuki sigue añadiendo títulos a su currículum en español. Hoy el comienzo de su serie puramente autobiográfica.
SHIGERU MIZUKI AUTOBIOGRAFÍA LIBRO 1 de Shigeru Mizuki: ***1/2
Al lector conocedor de su obra por cualquiera de sus trabajos previos editados o por alguno de los aquí comentados como la extraordinaria NONNONBA o 3, CALLE DE LOS MISTERIOS, asumirá con rapidez que nos encontramos ante uno de los mangakas vivos más importantes de la historia del medio. Un creador pleno y polivalente, acreedor de uno de los más desarmantes estilos narrativos en viñetas que se puedan disfrutar dentro del manga. Mizuki acomete en esta primera entrega de su autobiografía un recorrido completo con sentido lineal desde su nacimiento e infancia (a lo largo de de este tomo inicial), hasta alcanzar -promete el autor- el siglo XXI. El arranque no puede ser más divertido y estimulante, recordando en gran medida el tono y lugares comunes de la citada NONNONBA, de la que llega a repetir conscientemente pasajes y anécdotas varias. Pero lejos de resultar reiterativa, la viveza y fluidez de su prosa dibujada adquiere un tono más variado y jovial acorde con el periodo descrito, permitiéndose incluso disgresiones focales como el ceder la voz del relato a uno de los yokais que hablará en primera persona al lector sobre el propio Mizuki y su carácter en dicha época, así como multitud de referencias sociales, políticas o económicas que quedan diseminadas a lo largo del relato aportando riqueza y complejidad a la plasmación de la historia en curso.
El autor no omite la crudeza temporal externa a su vivencia como niño, pero consigue que la infancia recuperada en blanco y negro posea todo el halo de ingenuidad e inocencia pertinentes sin olvidar la inherente carga de crueldad que acompaña a este tramo vital. La lectura deviene pues en un delicioso recorrido que se devora entre sonrisas cómplices, momentos de ternura, auténtico miedo y carcajada limpia, lo cual demuestra el genio y magisterio de Shigueru Mizuki en la imbricación dramática y la narración gráfica secuencial. Astiberri continúa con la pulcritud de sus ediciones para con el japonés en limpia rústica con solapas y sentido de lectura oriental.
El autor no omite la crudeza temporal externa a su vivencia como niño, pero consigue que la infancia recuperada en blanco y negro posea todo el halo de ingenuidad e inocencia pertinentes sin olvidar la inherente carga de crueldad que acompaña a este tramo vital. La lectura deviene pues en un delicioso recorrido que se devora entre sonrisas cómplices, momentos de ternura, auténtico miedo y carcajada limpia, lo cual demuestra el genio y magisterio de Shigueru Mizuki en la imbricación dramática y la narración gráfica secuencial. Astiberri continúa con la pulcritud de sus ediciones para con el japonés en limpia rústica con solapas y sentido de lectura oriental.
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