EL PRISIONERO es una de esas míticas series de televisión inglesas de los años 60 que en posteriores reposiciones a algunos se nos quedaron grabadas imágenes icónicas, como el rostro de Patrick McGoohan gritando "¡No soy un número!" o las extrañas y mortales esferas blancas flotantes. Hoy comentario de su remake en miniserie de 6 (¿Lo pillan?) capítulos.
EL PRISIONERO 2009 de Nick Hurran y Bill Gallagher: **3/4
Michael (estupendo Jim Caviezel) despierta en el desierto, bueno, en un desierto. No recuerda como llegó allí, pero tiene "flashes" de memoria que le indican que tenía una vida en Nueva York. Consigue llegar a un lugar llamado "La Villa", donde todos le conocen como Número 6 y donde Número 2 (siempre extraordinario Ian McKellen) se empeña en conseguir que se integre y prescinda de sus recuerdos parciales y sus ansias de escapar de un sitio idílico pero aislado que le retiene contra su voluntad. Así pues la lucha entre 6 (la voluntad del libre albedrío) y 2 (la imposición del control por su propio bien) será el núcleo temático que la miniserie explore en sus seis episodios de apenas 45 minutos cada uno. Tiempo suficiente para reinventar el concepto original de la serie inglesa y trasmutarlo en una parábola de los tiempos modernos.
Pero donde allí la linealidad y la sorpresa viajaban de la mano de unas lineas maestras basadas en el espionaje, los secretos de la guerra fría y cierta verosimilitud narrativa, aun salpicada de tintes fantásticos, aquí el relato pronto se desliza hacia el caracter acumulativo del cliffhanger, hacia el abracadabra lostiano y a la búsqueda de un giro imposible que nos deje con la boca abierta como modo de sostener una situación que rápidamente deja entrever los alambres que la sostienen. No obstante las preguntas que configuran el meollo del asunto; ¿Qué es "La Villa"? y sobre todo ¿Por qué Michael ha sido llevado allí?, obtienen sus respuestas, sólidas además, con pleno sentido y añadiéndole cierta perspectiva al asunto, incluso puede atisbarse en ellas una interesante reflexión sobre la incomunicación y el dolor de las personas.
Pero si las respuestas ofrecen cierto sosiego - por su coherencia interna - al espectador ansioso de misterios fascinantes, menos interesante es como se llega a ellas (factor clave en el que LOST supo curiosamente acertar de pleno para luego estrellarse al - no - dar las respuestas adecuadas), pues su armazón narrativo resulta demasiado entrecortado e inconexo. Rodada de modo un tanto esquemático, con un montaje siempre en paralelo, siempre en continuas elipsis, siempre al borde del agotamiento del espectador, la serie avanza a trompicones, quizás por la escasa cantidad de capítulos disponibles, quizás por las prisas en querer abordar demasiados temas cardinales en poco espacio (la familia en "Harmony", el amor en "Darling", el trabajo en "Anvil"). Sea como fuere el guión se ve necesitado de más tiempo y desarrollo del que se dispone, lo cual precipita la trama en varias ocasiones pese a una conclusión irónica y satisfactoria.
Quizás porque incluso dentro de su final no llegue a aclararse del todo la situación/ubicación de "La Villa", quizás a que sea tan interesante y atractiva como desconcertante por momentos, EL PRISIONERO deviene en una experiencia desigual, entretenida, visualmente impecable, con grandes momentos, buenos actores pero también con misterios soberbios que quedan en el aire (las torres de cristal) y merecían más extensión y profusión de detalles, mayor desarrollo de ciertos personajes y quizás un montaje menos caótico. Un visionado recomendable, que sin alcanzar - por poco - algo pleno satisfará con creces a fans variados de LOST, FRINGE o EXPEDIENTE X.
INTERESANTE PROPUESTA DE MINISERIE DE CIENCIA FICCION
ResponderEliminarExacto. Es justo una propuesta que sin llegar a ser redonda entretiene y hace pensar un poco.
ResponderEliminarNo está mal para los tiempos que corren.
Saludos.