Peter Weir es un director obligado, un rara avis superviviente de una época pasada donde el cine todavía era (y sigue siendo en sus proyectos) motivo de devoción, detallismo, sobriedad narrativa y adaptación a las necesidades de cada género.
THE WAY BACK (CAMINO A LA LIBERTAD) de Peter Weir: ***
Para un maestro todo terreno como el, lo mínimo era esperar una gran película, y en muchos aspectos CAMINO A LA LIBERTAD (desvirtuando el sentido del título original otra vez) lo es. Pero no hay sopresa alguna en lo expuesto, ni en la forma ni en el fondo, cosa que tampoco achanta al realizador, que rueda con aplomo y poderoso verismo en todo momento. El problema es la base de la historia, que apenas la hay. Un grupo de presos en un gulaj de Siberia se fugan y emprenden un camino imposible hacia el sur. Y consiguen llegar a la India. Eso es todo. Evidentemente hay peripecias múltiples y variadas, pero apenas existe conflicto o un desarrollo complejo de los carácteres, no encontramos ni el melancólico dramatismo de GALLIPOLI ni el vibrante halo aventurero épico de MASTER & COMMANDER - ni falta que le hace - pues Weir, astuto conocedor de las reglas de los géneros, modela la cinta con el tesón y el ritmo necesarios para hacerla implacable y apesadumbrada como corresponde a la odisea de supervivencia de los personajes.
No obstante la linealidad del relato, la carencia de elementos con los que conjugar el viaje (se apuntan tímidas iconografías religiosas de la Pasión así como alguna fugaz introducción de elementos políticos y oníricos que no acaban de saborearse lo suficiente) y la aséptica puesta en escena, consiguen curiosamente que durante el último tercio del film estas mismas carencias se tornen en bazas de éxito, pues con los mínimos elementos se alcanzará una recta final emocionante y sentida.
Así pues las aportaciones de peso son muchas; la presentación del gulaj es soberbia (la ambientación y recreación histórica sigue siendo uno de los puntos fuertes del realizador), un lugar brutal, árido, helador, así como las concisas pinceladas con las que identificar a los personajes centrales llevadas a cabo por actores solventes que oscilan entre la contención (Jim Sturgess), el filo de la navaja (Colin Farrell) o la genialidad (Ed Harris). La fotografía naturalista espléndida de Russell Boyd (con la dificultad intrínseca de mostrar desiertos y montañas sin caer en el contraste forzado que Boyd salva con éxito) o la partitura original de Burkhard Dallwitz, ambiental y minimalista - como mandan los tiempos - pero con personalidad y entidad propia, de quirúrjico empleo audiovisual, así como un montaje soberbio, obra del quizás mejor editor actual Lee Smith, al que ya alabé por su trabajo en ORIGEN. Incluso su epílogo se torna en hallazgo visual al mezclar los textos de datos históricos con los pasos del protagonista y reconvertir su imagen mental icónica en la llave de su redención.
Lo dicho, Weir es un director de recursos que marca la diferencia entre lo que hubiese sido un telefilme de sobremesa y una cinta sobria y comedida que versa sobre la adversidad y la esperanza. Quizás con 10 minutos menos (de 133) hubiese ganado en agilidad, en lugar de intensificar el calvario por el desierto del grupo, cosa que por otro lado sin duda entraba dentro de la visión del director. Una película menor de Peter Weir da sopas con ondas a docenas de otros directores y es en si misma un manual de como abordar la narración cinematográfica acorde a su temática. Nada menos.
Esta es la primera película que veo en el cine en este año y me ha encantado.
ResponderEliminarComo bien dices no es que sea una obra maestra ya que la historia es bastante simple pero no por ello la película deja de tener interés.
Y yo con ese final lacrimogeno solté dos lagrimones. Lo veía venir, pero de todas formas me emociono y si una película logra eso conmigo me ha ganado para siempre.
Coincido, no es una peli excelente, pero tiene momentos excelentes y en conjunto funciona muy bien, respetando la inteligencia y conocimiento de las claves de su género al espectador. Y ciertamente el final es emotivo y conmovedor, pero sin llegar a sensiblero. Muy hermoso.
ResponderEliminarPara mi Peter Weir es un director obligado.
Saludos en paralelo.
La tengo apuntada en mi lista. Iba a abordarla el sábado noche, pero me decidí, (e impuse, jejeje), El Avispón Verde, que no es tan insufrible como pueda parecer...
ResponderEliminarPues posiblemente la vea, si no esta noche, mañana. Así que te contaré (o la pondré en mi blog, supongo también :)).
ResponderEliminarHombre GREEN HORNET es de Michel Gondry, que así a priori puede ser interesante en un producto de estos, pero con Seth Rogen de prota....??? Ya me contarás en detalle.
ResponderEliminarY espero ambas cosas de Cinemagnific! A ver que te parece a tí, yo soy acéerimo de Weir así que igual soy poco parcial en este aspecto.
Saludos.