jueves, 23 de septiembre de 2010

Cómic: Los Náufragos del Tiempo 1

Hoy reseña/crítica/comentario de LOS NÁUFRAGOS DEL TIEMPO VOLUMEN 1. La edición del quinto tomo de Glenat para la saga francesa LOS NÁUFRAGOS DEL TIEMPO cierra la recopilación de una obra ya clásica de la bande dessinée cuya aparición original se extendió desde 1974 hasta 1989.

LOS NÁUFRAGOS DEL TIEMPO 1 de Forest y Gillon: ***1/2

El tebeo de género, en este caso sci-fi/space opera/aventuras espaciales o llámese como se quiera, con BARBARELLA (obra del mismo guionista precisamente) en la memoria, suele inducir a extraños prejuicios, siendo el más común que la aventura y las fantasías de entretenimiento no son dignas de contemplarse y apreciarse con el mismo entusiasmo que las reflexivas "novelas gráficas" en blanco y negro sobre las miserias del ser humano, las relaciones personales, las historias autobiográficas, etc...que a veces de puro sesudas resultan infumables por su insoportable tono autocomplaciente y pedantería. Con esto se obvia por completo que los pilares maestros del tebeo se han forjado sobre fantasías de entretenimiento (FLASH GORDON), sobre historias de género (EL PRINCIPE VALIENTE), aventuras incansables (TERRY Y LOS PIRATAS, THE SPIRIT) o fascinantes ensoñaciones que albergan mucho más de lo que parece a simple vista (LITTLE NEMO, KRAZY KAT). Así pues, seguir rechazando lo fantástico en el cómic, me parece a estas alturas un acto de ceguera histérica.

Los responsables iniciales de la serie Forest y Gillon (a partir del quinto episodio seguiría en solitario el dibujante ejerciendo al tiempo funciones de escritor) construyen una soberbia saga galáctica de marcado tono naif, pero brillante concepción narrativa y visual. En este aspecto el dibujo de Gillon resulta extraordinario, pulcro, imaginativo, épico y sexy a partes iguales (esos pechos al aire anti-gravitacionales de las imponentes féminas protagonistas son puro Playboy de la época). En el aspecto narrativo, la imaginación visual desbordante de Gillon (los metalópodos o los anillos líquidos satelizados de Limaván son alucinantes) se da la mano con unos divertidísimos diálogos de Forest para personajes terriblemente unidimensionales que exclaman al viento rimbombantes frases lapidarias, mientras se luce un marcado ambiente retro en diseño, y no obstante resulta todo tan entrañable a la vez, que el resultado es puro deleite.

El protagonista de la saga, Christopher, es un rudo héroe entrado en años (entre Charlton Heston y Mel Gibson), pero a su alrededor encontraremos al profesor, al bruto pero bonachón comparsa militar, la chica mala, la chica buena (en realidad todas tienen algo de femme fatale - lo que en realidad las hace más interesantes y atractivas - ya que todas se enamoran perdidamente del héroe y son capaces de cualquier cosa por conseguirle o vengarse de su abandono, despechadas ellas - sic), el monstruo, el robot, el malo muy malo que engaña al bueno, las ansias vitriólicas de dominar la galaxia, etc... El cómic es un compendio de los clichés del género, pero revisitados con un amor y cariño palpables en cada viñeta, dando por resultado un expansivo entretenimiento de primer orden que no deja de lado la crítica social estamentaria, apunta los peligros de la ciencia en la hibridación genética o incluye divertidas sorpresas de giro final.

En este primer tomo encontramos el despertar del héroe en los albores del año 3000, para inmediatamente embarcarle en un viaje a través del sistema solar en busca de su homóloga femenina, dormida como él, un milenio atrás, para preservar la pureza de la raza humana. Una vez conseguido el objetivo, la aventura no habrá hecho más que comenzar. Este arranque permite disfrutar sin complejos de una saga que ganará en profundidad e inventiva a medida que los albumes se sucedan. Un comienzo magnífico, de estupenda edición por parte de Glenat (que aglutina dos albumes por tomo) en tapa dura, respetando el formato original con creces, pese a un color - quizás fiel reproducción de las planchas originales - un tanto apagado y tenue, que le aporta cierto tono oscuro a la historia, puede que en consonancia al apocalíptico mundo que nos propone, pero que no obstante da una sensación ambigua al producto.

4 comentarios:

  1. Un primer párrafo impecable. Excelente reflexión.

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  2. UN GRAN COMIC Y TODO UN CLASICO YA DE LA CIENCIA FICCION

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  3. Gracias por los comentarios.

    El asunto de los géneros es peliagudo. El aficionado al tebeo se ha visto toda la vida, hasta hace poco, tachado de infantil y su lectura reducida a "menor" sin análisis ni reflexión de peso alguna. Pero incluso ahora que el mundillo ha cobrado nueva vida y prestigio, el género popular (aventuras, western, sci-fi) parece verse arrinconado (tampoco hay que clamar al cielo, no demasiado, pero lo justo para no tenerlo al mismo nivel o peor, despreciarlo) frente a las autobiografías y los lamentos sociales.

    Ojo a mi me gusta todo, pero me molesta que todo el crédito del cómic actual se lo lleve solo cierta tendencia, cuando recuperar clásicos como LOS NAUFRAGOS supone la mejor reivindicación del tebeo de calidad.

    Un saludo.

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  4. Por cierto, he corregido los datos históricos de la serie en el texto, ya que subí el comentario sin hacer la consulta pertinente de fechas y aunque evidentemente la serie acabó en los ochenta (al borde, justo en 1989) como recordaba, he podido comprobar que nació por entregas en 1964, 3 años antes de VALERIAN.

    Y esto sí que es una sopresa, porque siempre vi en LOS NAUFRAGOS al pequeño hermanastro pulp de VALERIAN y aunque en intenciones y alcance evidentemente lo sea, por nacimiento Forest y Gillon se adelantaron a Mezieres y Christin.

    Curioso.

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