Hoy la recomendación mensual de cómics de todas las clases, colores, sabores y olores. En la variedad está el gusto y este suele ser amplio en cuanto a mis elecciones personales. La gran mayoría ya están en los anaqueles de nuestra librería favorita por lo que solo queda acercarse a ellos y escoger.
SI YO FUERA RICO: CÓMICS DE MAYO 2015
de Joe Cassey (Aleta)
Hay obras que llaman la atención por motivos inexplicables. Cualquier trabajo que se encuadre dentro de Image ya tiene motivos por si solos para el conocedor del cómic, pero no es algo suficientemente sólido como para que llame la atención dado que tienen docenas de series que podrían resultar llamativas y no lo hacen como THE BOUNCE. Será la buena prensa de Cassey, será la jugosa edición completa de Aleta, algo tiene que ser. La cuestión es que resulta apetecible.
de Jaime Hernández (La Cúpula)
Si el apellido Hernández aparece en la solapa de cualquier libro con dibujos, hay que tener ese libro. Y si el nombre que precede es Jaime, hay que ponerlo en un pedestal de nuestra biblioteca automáticamente. CHAPUZAS DE AMOR es la continuación de la saga vital LOCAS, y es uno de sus capítulos más emocionantes. La Cúpula edita esta nueva joya de uno de los más grandes artistas del Noveno Arte. Sencillamente maravilloso.
de Ricardo Barreiro y Juan Gimenez (Astiberri)
Una de las joyas del cómic argentino recuperadas tras mucho tiempo y en formato de lujo para dar lustre con tapa dura y respetando el formato original de los magníficos dibujos de Juan Gimenez. La imposible ciudad a la que se ve arrastrado el protagonista de esta fascinante lectura, servirá de escenario emocional y metalingüístico, al tiempo que recorrido físico trepidante, aventurero, dramático y sobre todo fantástico. A no perderse.
de Jiro Taniguchi (Ponent)
Cualquier obra de Taniguchi es parada y compra para el amante del Noveno Arte. Además el título de estreno aúna el arte de uno de los museos más populares del mundo, el Louvre, con una trama a medio camino entre el misterio y la pausada contemplación de la belleza tan común al catálogo del mangaka. Por otro lado tenemos la impecable edición que Ponent ha llevado a cabo, con un primoroso libro de gran formato, a color y con tapa dura.
de Schuiten y Peeters (Norma)
Editada hace mucho tiempo y siendo una joya por sí misma que además inauguró una de las sagas más fascinantes del cómic europeo contemporáneo, LAS MURALLAS DE SAMARIS resulta una obra bellísima y cautivadora que presenta la arquitectura imposible como parte cardenal e indivisible de un relato iniciático en el que la misma esencia del ser humano se pone a prueba. Norma recupera un título indispensable.
de Jonathan Hickman y Nick Pitarra (Planeta)
La locura de los experimentos tras los Proyectos Manhattan perpetrada por Hickman continúa expandiéndose. No solo no pierde empuje, interés o ramificaciones, sino que amplifica todos esos elementos y les imprime nuevo brío con cada número. La imaginación vertida en la evolución de la trama, el contenido pseudo-científico, las personalidades transtornadas de los caracteres y la diversión a raudales que genera todo ello junto, hacen de la serie una delicia.
de Jim Starlin y Mike Mignola (ECC)
La unión de dos figuras de la talla de Jim Starlin y Mike Mignola, aunque el resultado no estuviese a la altura de las circunstancias, siempre resulta interesante. Uno más de los muchos cross-overs dentro del Universo DC post CRISIS en los que la suma de talentos no dio un todo superior al de sus partes implicadas. Pese a todo es una lectura de lo más agradable y la nueva edición de ECC respeta todos los requisitos para su disfrute.
de Alan Martin y Jamie Hewlett (Norma)
Una de las obras underground más gamberras de la década de los noventa que por fín conoce una edición a la altura del mito que la rodea. A medio camino entre Mad Max, Locas y el cartoon de Tex Avery más irreverente, Martin y Hewlett se las compusieron para crear una de las anti-heroínas más sexies, mordaces, arrojadizas y deslenguadas del cómic moderno. Además Norma edita un libro de lujo con sobrecubierta y en tapa dura para babear.
de Warren Ellis y Darrick Robertson (ECC)
Y Spider Jerusalem (la pareja perfecta para Tank Girl si quisiéramos engendrar al anticristo) se metió en política. Teniendo en cuenta la mala baba de Ellis para con las instituciones y los poderes fácticos, cubrir una campaña por la presidencia de los futuros Estados Unidos en manos del terrorista del periodismo gonzo favorito de todos los niños y niñas, es una experiencia que ningún aficionado a la lectura ácida y transgresora querrá perderse. Desternillante.
He estado enamorado toda mi vida de Maggie y Hopey (sí, de ambas). Y hay que quitarse el sombrero ante la forma de narrar de Jaime Hernández y la buena forma que manifiesta treinta y pico años después de debutar. Pero no puedo evitar plantearme si Chapuzas de Amor me golpearía de la misma manera si esta fuera la primer historia de la saga a la que me enfrentase.
ResponderEliminarAlgo parecido me sucede con Los Proyectos Manhattan, pero en otro plano. Adoro el dibujo de Pitarra, tan adecuado; me encanta todo el trasfondo pseudocientífico y la puesta en escena de Hickman, pero a su vez, tras haber acabado este cuarto tomo, que se supone forma un todo cerrado y cohesionado, me quedo con la sensación de que no sé qué me ha contado, si me ha contado algo y si al final lo que me ha hecho disfrutar ha sido el planteamiento estético en sí y el ver a tanto cerebrito histórico, tan formales ellos en la vida real, haciendo el burro.
No me cabe duda del amor que profesa usted por Transmetropolitan, pero yo, cada vez que lo leo, me quedo con lo mismo: lo pésimo dibujante que me parece siempre Darick Robertson (no logro comprender su predicamento en tanta serie) y el que Ellis me está dando gato por liebre. Abiertamente nos dice que nos quiere dar doctrina, ponernos delante de la cara ciertas situaciones, intentar que la gente, los que votamos, cambiemos el statu quo. La cosa es que no tengo claro si su intención realmente es mover conciencias y lograr algún cambio en el mundo real, y para ello necesita un lenguaje gráfico lo más llamativo posible (un poco de azúcar para tragar la píldora amarga, como decía Mary Poppins) o si con la coartada de la denuncia sociopolítica nos vende una sarta de barbaridades lo más ofensivas que se le ocurren. Para eso prefiero a Garth Ennis cuando no disimula que lo hace por diversión. Y por la pasta, que está claro que sabe, igual que Mark Millar, a qué tipo de lectores se dirige. Give the people what they want, etc.
Hola Koniec, yo siempre estuve colado por Hopey (que le vamos a hacer), aunque es Maggie la que más simpatías puede despertar a priori y desde luego la que se lleva la palma en CHAPUZAS DE AMOR en cuanto a delicadeza de tratamiento y cariño. Para mi no se trata tanto del genio de Jaime a la hora de escribir los guiones o dibujar magistralmente (indiscutible a estas alturas y seguramente el mejor dibujante en blanco y negro vivo), sino del recorrido vital de unos personajes a los que llevamos acompañando décadas y se han convertido en más que caracteres, traspasando las viñetas con su humanidad y cuyo alcance emotivo tras tan largo recorrido supone una cercanía con nuestros propios sentimientos difícil de explicar o igualar. Yo creo que Jaime con las últimas páginas de CHAPUZAS ha plasmado con una nitidez pocas veces alcanzada en ningún otro formato el significado del amor y lo ha logrado por el hecho de existir todo ese bagaje previo así como por su infinita capacidad para expresar emociones con sus creaciones. Es un milagro.
ResponderEliminarSobre los PM me pasa justo lo opuesto, no los veo como algo emocional, sino como puro entretenimiento expansivo sin reglas o limitaciones racionales, como un chute de LSD en colores, donde una propuesta alucinada puede llevarnos a recorrer mentes transtornadas desde su interior, dimensiones paralelas, mega conspiraciones de final incierto y una abracabrante sucesión de capítulos a cada cual más inesperado. No le pido más que la propuesta siga desatada, y tras 20 números sigue cumpliendo in crescendo. Yo estoy encantado e incluso si el cierre no cumple expectativas, en este caso el disfrute del camino ya me ha satisfecho lo indecible.
Respecto a TRANSMETROPOLITAN me cuesta ser imparcial. Sencillamente la adoro. ROBERTSON no siempre está a la altura y se notan las prisas de la entrega serializada, pero cuando está en vena se sale. Y los primeros números son buena prueba de su talento para la fisicidad, el detalle y la verborrea gestual y corporal, aunque coincido contigo en que más adelante se va desdibujando e incluso abocetando en el peor sentido del término algunos de sus acabados. No puedo juzgar el conjunto de la serie por sus errores puntuales. En cuanto al guión personalmente confío mucho más en las dobles intenciones de Ellis que el gamberrismo de Ennis. El primero puede no lograr todos sus objetivos, pero al menos busca las dobleces. Ojo, cuando hay que ponerse en modo despiporre no hay quien gane a Ennis, pero creo que en TRANSMETROPOLITAN subyace incluso en los capítulos más difusos unas ganas de remover conciencias, de pegar un puñetazo en la mesa a ver que se rompe y no solo de entretener y divertir de lo lindo (que también). En este número 3 la intención es clara: VOTAR A NINGUNO DE LOS ANTERIORES, que por cierto es una declaración de intenciones a la que bien podríamos adscribirnos los españoles estos días, dada la deriva moral a la que parecemos condenamos.
Muchas gracias por tus interesantes comentarios y Saludos en paralelo.