Hoy reseña/crítica/comentario de LA PEOR BANDA DEL MUNDO 1. Con la publicación por parte de Astiberri de su segundo y último volumen con motivo de las novedades para el pasado Salón del Cómic de Barcelona 2014, se me antoja el momento perfecto para hablar del primero.
LA PEOR BANDA DEL MUNDO 1 de José Carlos Fernandes: ***3/4
Es curioso comprobar como el mercado más cercano en ocasiones es también el más desconocido. Ya sea por falta de títulos, autores o curiosidad, el cómic portugués apenas tiene relevancia en nuestro país, pero por suerte el autor hoy comentado parece tener algo que decir al respecto. Las referencias que José Carlos Fernandes maneja superan con mucho las que el lector medio de cómics puede captar. Incluso sin llegar a profundizar en la riqueza de nombres que aparecen en LA PEOR BANDA DEL MUNDO, cualquiera que se acerque a sus páginas percibirá con nitidez dos elementos esenciales que hacen de esta obra algo tan único e irresistible dentro del panorama comiquero, siendo el primero su pátina melancólica y aureola de belleza inaprensible que entronca de lleno con la saudade portuguesa. Gracias a un magnético colorido bitono (que oscila entre ocres terrosos, pálidos marrones o el amarillento descolorido inicial de sus páginas) y el expresivo dibujo de sus personajes, grises, taciturnos e incluso depresivos que pueblan los preciosistas encuadres narrativos, Fernandes transmite toda la calma de esa ciudad fantasma e impersonal de época imprecisa pero de sinsentidos comunes y amplificados hasta la hipérbole caricaturesca más hilarante y dantesca. Y segundo las ramificaciones de su metalenguaje elaborado y poético pero cercano y hermoso, con cita a esa ingente cantidad de obras (muchas de ellas musicales jazzísticas) y nombres que van desde Borges, Saramago, Coehlo, Resnais, Katchor, Kundera, Kafka, hasta Ballard, Pessoa o Calvino. Todos ellos integrados con indudable gracia e invisible fluidez dentro del discurso no como mero alarde intelectual, sino como invocación de sensaciones y resonancias que elevan la profundidad y categoría narrativa así como el sentido último de la creación.
El título de los tres capítulos en los que se divide el libro dan idea de sus intenciones y contenido: "El quiosco de la utopía", "El museo nacional de lo accesorio e irrelevante" y "Las ruinas de Babel", todos ellos desmenuzados y presentados en pequeñas entregas de invariablemente dos páginas en las que Fernandes tiene tiempo de desgranar ideas de modo incesante, lanzando cuchillos sin parar a la yugular de cualquier concepto divino o humano a su alcance. Y su alcance parece no tener límites. Como única pega podría destacarse lo críptico de su lectura, que introduce sin contemplaciones al lector en este particular y fascinante mundo pero también inextricable y por momentos asfixiante. Al no existir ninguna línea narrativa asible, aunque todos los pequeños relatos acaben interconectados de una manera u otra, puede resultar demasiado exigente para el lector de las fórmulas habituales aproximarse a un trabajo así, pero si superamos la barrera de las convenciones enseguida nos veremos atrapados por una obra atrevida, compleja y rica conceptualmente que además de divertir y entretener ayuda a reflexionar sobre el ser humano y las contradicciones que lo definen.
Astiberri entrega una magnífica edición en tapa dura y tamaño novela gráfica que en este caso sienta como un guante a LA PEOR BANDA DEL MUNDO de José Carlos Fernandes.
El título de los tres capítulos en los que se divide el libro dan idea de sus intenciones y contenido: "El quiosco de la utopía", "El museo nacional de lo accesorio e irrelevante" y "Las ruinas de Babel", todos ellos desmenuzados y presentados en pequeñas entregas de invariablemente dos páginas en las que Fernandes tiene tiempo de desgranar ideas de modo incesante, lanzando cuchillos sin parar a la yugular de cualquier concepto divino o humano a su alcance. Y su alcance parece no tener límites. Como única pega podría destacarse lo críptico de su lectura, que introduce sin contemplaciones al lector en este particular y fascinante mundo pero también inextricable y por momentos asfixiante. Al no existir ninguna línea narrativa asible, aunque todos los pequeños relatos acaben interconectados de una manera u otra, puede resultar demasiado exigente para el lector de las fórmulas habituales aproximarse a un trabajo así, pero si superamos la barrera de las convenciones enseguida nos veremos atrapados por una obra atrevida, compleja y rica conceptualmente que además de divertir y entretener ayuda a reflexionar sobre el ser humano y las contradicciones que lo definen.
Astiberri entrega una magnífica edición en tapa dura y tamaño novela gráfica que en este caso sienta como un guante a LA PEOR BANDA DEL MUNDO de José Carlos Fernandes.
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