Hoy comentario/crítica/reseña de BATTLING BOY de Paul Pope. Enfant terrible del mainstream americano, Pope me parece uno de los autores integrales más interesantes y atractivos del presente comiquero internacional.
BATTLING BOY VOLUMEN 1 de Paul Pope: ***1/4
Lo quieran o no, lo sean en realidad o no, en cada generación artística surge de modo espontáneo un grupo de nombres con una serie de marcadores de identificación similares que hacen intuir una línea estética definitoria de su tiempo y a la vez de los posibles derroteros del futuro inmediato de la disciplina que cultivan. Paul Pope en los USA, Frederik Peeters en la BD y David Rubín en nuestro país se me antojan unidos por unos trazos invisibles que les hacen avanzar en direcciones similares y de modos concomitantes. A este efecto resulta curioso comparar alguno de los últimos trabajos de los europeos con el título hoy comentado, BATTLING BOY. Las aventuras mitológicas modernizadas de Rubín para EL HÉROE o la fantasía sci-fi de Peeters en AAMA guardan más de un punto de conexión visual y narrativa con el chico batallador de Pope, además de cierta reflexión humanista que se cuela de uno u otro costado en relación a la divinidad o cuasi supra-humanidad de los personajes centrales respecto a los humanos que les rodean. En cuanto al material de partida, la premisa de Pope no resulta particularmente innovadora (chico con poderes aterriza en lugar aterrorizado para salvar a lugareños de amenazas varias) y más si nos hacemos eco del modelo que el autor quería utilizar, KAMANDI de Kirby, buscando un relanzamiento de dicha la serie dirigida hacia un público joven como target principal e intentando recuperar la sensación de maravilla de los cómics de su infancia al tiempo que sumar adeptos adultos seguidores de su fulgurante carrera.
Ante la imposibilidad impuesta por parte de DC de esta opción, Pope opta por crear una serie propia y explorar las ideas que tiene en mente con mayor libertad. El resultado es este volumen primero de BATTLING BOY con un comienzo prometedor y dinámico, cargado de todo el impacto visual que el autor tan magníficamente consigue plasmar, ofreciendo una puesta en escena deslumbrante y desarrollando con buena mano la individualidad de los caracteres, desde el joven protagonista y su homóloga femenina, hasta la visualización -que mezcla de modo divertido y efectivo lo retro, lo steampunk y lo pop- de los mundos entre los que se mueve el chico batallador; esa suerte de Olimpo/Asgard (con otra referencia de por medio para con Kirby y su Thor en la presentación del padre del chaval) en el espacio y esa tierra alternativa, así como los sinuosos villanos de turno, a medio camino entre monstruos cadavéricos y momias. Este último aspecto delata otro de los caminos a tener en cuenta por parte de Pope, como es la vigencia y éxito actual de lo fantástico en los relatos populares (Harry Potter, Amaneceres Vampíricos o similares valgan de ejemplo), al igual que la idea de introducir el merchandising como método metaligüistico de promoción y publicidad dentro del relato (esas camisetas con poderes de animales). Una coctelera de reciclaje, invención y diversión tan bien traída como entretenida.
La edición, muy comentada durante algún tiempo previo a su lanzamiento, por parte de la poderosa Random House se integra dentro de su colección Debolsillo, abaratando con un tamaño pequeño -pero fiel a su edición original en este aspecto- el coste de un producto de más de 200 páginas a color en rústica recomendable para cualquier aficionado de edad comprendida en el margen del Monopoli; entre 8 y 88.
Ante la imposibilidad impuesta por parte de DC de esta opción, Pope opta por crear una serie propia y explorar las ideas que tiene en mente con mayor libertad. El resultado es este volumen primero de BATTLING BOY con un comienzo prometedor y dinámico, cargado de todo el impacto visual que el autor tan magníficamente consigue plasmar, ofreciendo una puesta en escena deslumbrante y desarrollando con buena mano la individualidad de los caracteres, desde el joven protagonista y su homóloga femenina, hasta la visualización -que mezcla de modo divertido y efectivo lo retro, lo steampunk y lo pop- de los mundos entre los que se mueve el chico batallador; esa suerte de Olimpo/Asgard (con otra referencia de por medio para con Kirby y su Thor en la presentación del padre del chaval) en el espacio y esa tierra alternativa, así como los sinuosos villanos de turno, a medio camino entre monstruos cadavéricos y momias. Este último aspecto delata otro de los caminos a tener en cuenta por parte de Pope, como es la vigencia y éxito actual de lo fantástico en los relatos populares (Harry Potter, Amaneceres Vampíricos o similares valgan de ejemplo), al igual que la idea de introducir el merchandising como método metaligüistico de promoción y publicidad dentro del relato (esas camisetas con poderes de animales). Una coctelera de reciclaje, invención y diversión tan bien traída como entretenida.
La edición, muy comentada durante algún tiempo previo a su lanzamiento, por parte de la poderosa Random House se integra dentro de su colección Debolsillo, abaratando con un tamaño pequeño -pero fiel a su edición original en este aspecto- el coste de un producto de más de 200 páginas a color en rústica recomendable para cualquier aficionado de edad comprendida en el margen del Monopoli; entre 8 y 88.
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