Hoy reseña/comentario/crítica de LOS PIES VENDADOS. Sin dejar de ser novedad, y por ello contar con la repercusión que arrastran por sí solos los estrenos, un cómic de procedencia china cuenta automáticamente con un plus de curiosidad.
LOS PIES VENDADOS de Li Kunwu: ***
Quizás sea por una forma de narrar ajena a lo que uno está acostumbrado, quizás por el tratamiento tan colateral de los momentos más crudos, escamoteados al lector en forma de inteligentes elipsis, LOS PIES VENDADOS supone una agradable sorpresa dentro de la narrativa biográfica. Su autor Li Kunwu, responsable del dibujo de la imponente radiografía contemporánea de su país en forma de la trilogía UNA VIDA EN CHINA, consigue reducir la ambición de su focalización dramática con acierto, reduciendo el relato a la historia de Chunxiu, a la postre su niñera y protagonista central. En su recorrido vital, narrado con un trazo suelto y expresivo en blanco y negro, cercano en intenciones al tono poético y doliente de Baudoin y por completo opuesto a la línea del manga como a priori quizás pudiera pensarse por su origen oriental, Kunwu nos introduce con detalle en los vericuetos históricos de la niñez de Chunxiu, dando paso a la traumática experiencia de su vendado de los pies con el que lograría un éxito social posterior gracias a dicho sacrificio infantil. No obstante el cambio de política social en el país obligará a la muy deseada adolescente a huir de la revolución, para acabar sufriendo un drama mucho mayor. En la ausencia de tintes melodramáticos o exageraciones innecesarias y la sutilidad de su puesta en escena radica el éxito de un trabajo comedido, donde las elipsis, la planificación un tanto atípica de ciertas escenas y su tempo cadencioso, pausado, nos ayuda a conectar con la dignidad y sufrimiento de un carácter a través del cual llegamos a conocer parte crucial de todo un país.
La edición en agradable rústica con solapas por parte de Astiberri, mantiene el formato de novela gráfica que viene como anillo al dedo a propuestas como esta, dolientes y sinceras, quizás poco recomendables para lectores sensibles, pero que en su diversidad angular aportan valiosos retazos multiculturales.
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