En este mes de escasa producción escrita, destaca la ingente cantidad de cine consumido, ya sea en forma de blockbusters fallidos o recuperación de títulos más jugosos.
Suspense/Terror
LA CONVERSACIÓN: ****
Fascinante creación de Francis Ford Coppola en la que un inmenso Gene Hackman compone una de las grandes actuaciones de su carrera. Un rompecabezas fílmico con raíces conceptuales europeas en su puesta en escena que emplea el thriller de suspense como armazón narrativo para realizar uno de los más complejos retratos psicológicos del cine americano nacido en el Hollywood de los setenta. Entre los muchos valores del trabajo destacan su soberbia fotografía de Haskell Wexler y la banda sonora de David Shire, magistral.
EL HOMBRE LOBO: **1/2
Fallido intento de renovación del mito del licántropo con origen en el clásico de la Universal, pero remozado para tiempos modernos con aditamentos digitales, que afortunadamente no copan el protagonismo del relato. Las esforzadas y contenidas interpretaciones de Benicio Del Toro y Anthony Hopkins intentan aportar profundidad al drama, pero sus alteraciones de montaje e injerencias en post-producción se hacen notar demasiado sobre el resultado final, quedando todo en un quiero y no puedo rodado, eso sí, con un tono clásico muy agradable por parte de Joe Johnston.
POSESION INFERNAL: ***
El clásico con el que Sam Raimi abrió brecha en el género de terror y la serie B, visto con la distancia mantiene todo el desparpajo y potencia de su momento de concepción, logrando perdurar como entretenimiento compresivo de los estilemas del sub-género "cabaña en el bosque", que usa y estruja a su antojo, rozando la parodia y el slapstick (que sublimaría en su secuela), pero manteniendo una línea de auténtico fervor fílmico por posibilidades narrativas del material expuesto. Y Bruce Campbell, que siempre será el rey a su modo.
Poderosa cinta de Jonathan Demme de lúgubre y tensa puesta en escena plagada de celebradas ideas visuales como sus primerísimos planos de los actores, con portentosa fotografía de Tak Fujimoto y una absorbente composición de Howard Shore, que ayudan a que con un ritmo sólido pero salpicado de flashbacks, la tensión in crescendo del relato explote en dos memorables secuencias; la fuga de Lecter y el rescate final de Catherine. De sus cinco merecidos oscars, destacan los de sus protagonistas Anthony Hopkins y Jodie Foster.
Con menos personalidad y densidad psicológica que su predecesora, consigue que la eficaz realización del Ridley Scott más salvable del siglo XXI sea suficiente -pese a sus ramalazos postmodernos- como para combinar con gracia el policíaco cuasi de acción de su primera parte con el clasicismo de suspense en Florencia de la segunda (la mejor). Su tercer acto más forzado se compensa con una cena final breve e intensa, afeada por un cierre cliché. Pese a sus altibajos, el conjunto resulta tan robusto como para batirse el cobre con dignidad en la comparativa.
LO MEJOR:
ResponderEliminarPOSESIÓN INFERNAL: GRAN CLÁSICO A REVISITAR
LA CONVERSACIÓN: MARAVILLA DE CUANDO COPPOLA ERA ALGUIEN
EL HOMBRE LOBO: OLVIDABLE
EL SILENCIO DE LOS CORDEROS: LA MEJOR DE TODAS LAS ENTREGAS Y PARA MI,LA MÁS INQUIETANTE
HANNIBAL: EN FIN...AUNQUE SOLO SEA VERLA POR COMPLETAR LA SAGA DE LECTER
Coincidimos en casi todo. Sin embargo a mí HANNIBAL me parece mejor de lo habitual en el último cine de Scott, tiene una personalidad propia quizás errónea en el computo de la saga, pero especialmente conseguida en lo que a atmósfera se refiere, tanto en Florencia como en la Nueva Inglaterra de Mason Verger.
ResponderEliminarJulianne Moore consigue que no echemos demasiado de menos a Jodie Foster y la banda sonora de Hans Zimmer y secuaces también resulta distinguida e inquietante. No alcanzan a sus predecesores, pero cumplen con un buen trabajo.
Saludos en paralelo.