Hoy reseña/crítica/comentario de HOMBRE. Era uno de esos clásicos modernos que pedían a gritos una edición a la altura de su calidad. Al fin la áspera saga distópica española de Ortíz y Segura ve la luz en un primer volumen integral que recopila todas sus entregas en blanco y negro.
HOMBRE TOMO 1 de Jose Ortíz y Antonio Segura: ***1/2
Como muchos autores y obras nacionales nacidas en plena época de efervescencia del género fantástico (los 80), los responsables de HOMBRE y su obra han encontrado el momento perfecto para su reivindicación. Las penurias morales, económicas y vitales que nos asolan encuentran un eco temático perfecto en este trabajo a modo de futuro retrospectivo donde un personaje malencarado, duro y curtido en la supervivencia recorre el paraje desolado en el que se ha convertido la ciudad, reducto de los parias sobrevivientes a una crisis energética global antes llamados ciudadanos consumidores. Osea, nosotros. Valga este toque de atención para poner en sobreaviso al lector de la pertinencia del título, pero recomendar también cautela a la hora de abordar una creación tan sólida y poderosa como poco complaciente y cruel. HOMBRE no es una historia para todos los públicos, el protagonista se encuentra a mil jodidas millas de ser un héroe y las tramas que se abordan en cada entrega (recordemos se trata de un tebeo seriado y ahora recuperado de las páginas en blanco y negro de CIMOC y K.O. COMICS) se pueden describir como poco amables, utilizando un eufemismo de tamaño cósmico.
Los guiones de Antonio Segura (recientemente fallecido) no se andan con medias tintas y huye por completo del adoctrinamiento y las moralinas fáciles, lo cual se agradece. No usa las páginas como púlpito, más bien opera estableciendo un tablero de juego despiadado e inamobible y coloca a sus personajes en mitad de dicho caos donde la primera víctima es la inocencia, haciéndoles vagar con el único objetivo de superar un día más de vida por pura inercia. Un punto de partida tan sugestivo como desesperanzador (concomitante con EN LA CARRETERA, MAD MAX, LOS MUERTOS VIVIENTES y similares creaciones donde el ser humano es puesto a prueba y llevado hasta el extremo que separa su condición civilizado del aspecto animal que en el anida), puesto que además el personaje central, conocido únicamente con el lacónico sobrenombre de "hombre", no aspira a mayores metas que seguir adelante y obtener algún rédito de su nihilismo galopante.
Por su parte el dibujo de Jose Ortíz resulta efectivo y directo, tan potente y expresivo como poco florido. No son la vistosidad o una original composición de página sus objetivos, sino una eficaz narración seca y contundente donde sus caracteres siempre son reconocibles e idiosincráticos. La gestualidad y dinamismo de estos es parejo a sus personalidades, y el blanco y negro sucio y agresivo que puede recordar al Jordi Bernet de TORPEDO o más lejanamente al Joan Boix de ROBNY EL VAGABUNDO (con la que comparte además algún punto de conexión emocional), entronca de lleno con la atmósfera plasmada por Segura, logrando una plasticidad malsana que transmite toda la sensación de abandono, peligro y apatía de los libretos. Una dupla creativa de cuyo entonado entendimiento se nutre y beneficia un tebeo magnífico.
La edición cosechada por EDT hace gala del mimo por un proyecto que debía venir acariciándose hace tiempo. Tapa dura, guardas en bitono, buen papel, notas introductorias y revisada cronología de las entregas para su publicación definitiva. Además, un precio más que combativo para un voluminoso libro que respeta escrupulosamente el formato original con más de 280 páginas. Una adquisición estupenda que esperemos tenga continuidad en ese anhelado segundo volumen con las historietas a color.
Los guiones de Antonio Segura (recientemente fallecido) no se andan con medias tintas y huye por completo del adoctrinamiento y las moralinas fáciles, lo cual se agradece. No usa las páginas como púlpito, más bien opera estableciendo un tablero de juego despiadado e inamobible y coloca a sus personajes en mitad de dicho caos donde la primera víctima es la inocencia, haciéndoles vagar con el único objetivo de superar un día más de vida por pura inercia. Un punto de partida tan sugestivo como desesperanzador (concomitante con EN LA CARRETERA, MAD MAX, LOS MUERTOS VIVIENTES y similares creaciones donde el ser humano es puesto a prueba y llevado hasta el extremo que separa su condición civilizado del aspecto animal que en el anida), puesto que además el personaje central, conocido únicamente con el lacónico sobrenombre de "hombre", no aspira a mayores metas que seguir adelante y obtener algún rédito de su nihilismo galopante.
Por su parte el dibujo de Jose Ortíz resulta efectivo y directo, tan potente y expresivo como poco florido. No son la vistosidad o una original composición de página sus objetivos, sino una eficaz narración seca y contundente donde sus caracteres siempre son reconocibles e idiosincráticos. La gestualidad y dinamismo de estos es parejo a sus personalidades, y el blanco y negro sucio y agresivo que puede recordar al Jordi Bernet de TORPEDO o más lejanamente al Joan Boix de ROBNY EL VAGABUNDO (con la que comparte además algún punto de conexión emocional), entronca de lleno con la atmósfera plasmada por Segura, logrando una plasticidad malsana que transmite toda la sensación de abandono, peligro y apatía de los libretos. Una dupla creativa de cuyo entonado entendimiento se nutre y beneficia un tebeo magnífico.
La edición cosechada por EDT hace gala del mimo por un proyecto que debía venir acariciándose hace tiempo. Tapa dura, guardas en bitono, buen papel, notas introductorias y revisada cronología de las entregas para su publicación definitiva. Además, un precio más que combativo para un voluminoso libro que respeta escrupulosamente el formato original con más de 280 páginas. Una adquisición estupenda que esperemos tenga continuidad en ese anhelado segundo volumen con las historietas a color.
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