Hoy recupero uno de los trabajos que más desapercibido pasó en su momento y que más se han revalorizado dentro de la filmografía reciente del compositor si atendemos a su calado clásico, entre lo étnico amable y lo romántico sinfónico resultón.
WATER HORSE de James Newton Howard: ***1/4
Este trabajo ofrece un suspiro de recuperación de los viejos tiempos de la exuberancia orquestal, la riqueza lírica y la variedad temática. Las líneas personales de Howard se ven inmediatamente definidas en la cuerda de su “The Water Horse Main Title” con evidentes resonancias gaélicas. Desde este inicio hasta el meridiano de la obra, el norteamericano navegará por lugares comunes para maderas y violines, con acompañamiento de guitarra o cálidos efectos electrónicos, dando por resultado cortes hermosos y contenidos como “Angus Feeds Crusoe” o “The Workshop”, así como vivarachos y percusivos momentos étnicos como “You Didn´t Even Get Wet” o “Bathtub”. Pasajes más pausados y contemplativos los tenemos en “Ann” o “Run Angus”, mientras que las situaciones cómicas acompañadas de un preciso y exquisito mickey-mousing de aires celtas se presentan en “Driving to the Loch”. A partir de aquí la segunda mitad de la obra se desliza sutilmente hacia la magia y la aventura, con el enérgico arranque de “The Fishermen” o el progresivo crescendo que se construye durante “Angus in Training”. Aunque el definitivo punto de inflexión del score lo representa el extenso “Swimming”, un corte de más de seis minutos y medio donde el espectáculo sinfónico se mezcla de forma envolvente con el ambiente etéreo coral y la agresividad característica del compositor en la acción para metales y percusión.
Las siguientes pistas ahondarán en estos conceptos ya sea de modo conjunto o por separado, con sosegantes interludios de calma como son los delicados “The Children Laugh” y “There´s No Monster” o el acelerado ambiente circense de “The Dinner Party”. Así pues la acción más trepidante surge en “Saving Crusoe” como un apabullante ejercicio de polifonía y polirritmia que nos recuerda en su espectacularidad a la otra gran historia acuática del compositor; WATERWORLD y sin bien el gran empaque de esta pieza no presenta elementos novedosos en la carrera de Howard dentro del género, siempre es una gozada poder disfrutar de cortes como este cuyo rotundo acabado y poderosa sonoridad cautivan por su gran calidad. Su directa continuación en “The Net” remata esta vertiente para acto seguido apelar a la épica de la leyenda del lago con un imponente tema noble y heráldico, que aupado por los coros se funde de forma maravillosa con “The Jump”. Este retomará momentáneamente la acción para dar paso a la rendición más emotiva del tema central, voz solista incluida, en “End of the Story, una especie de epílogo suave y cadencioso que nos avisa de que la esperanza sigue viva.
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