Tras la frenética sucesión de eventos del volumen anterior, la trama se relaja momentáneamente para ofrecer un oásis de dramatismo y emoción contenida.
LOS MUERTOS VIVIENTES 9 de Kirkman y Adlard: ****
Por contrario a lo que pueda parecer, la calidad de esta colección no radica en la acumulación de tramas y de giros, algo que este soberbio número ejemplifica de manera magistral. Ahora encontramos a Rick y a su hijo solos, aislados, desesperanzados y en serios problemas. Y aun así el número - casi un paréntesis conceptual dentro de la saga - se sostiene casi en su totalidad con la situación monolítica de ambos personajes, con sus propias reflexiones tanto interiores como interpersonales, dando cuenta del nivel de madurez que tanto los protagonistas como la propia serie han adquirido hasta el momento. Otro hallazgo narrativo del volumen es su cadencioso pero constante (al tiempo que inteligente) ritmo visual, con la introducción de panorámicas sobre la silenciosa casa de noche y de día, así como las splash pages dedicadas a primerísimos planos de Rick y Carl, cuya historia entronca abiertamente ya con LA CARRETERA de Corman McCarthy, novela a la que se apuntaban referencias durante el inicio de la aventura, pero que ahora se solidifican plenamente y que harán mayor mella en subsiguientes entregas. Con la recuperación de las líneas conocidas avanzada la lectura, se aporta otro cambio de rumbo que servirá de base para un nuevo segmento en la trama. Una serie que continúa sorprendiendo en su forma y contenido, manteniendo un nivel de calidad extraordinario. Imprescindible.
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