Hoy cumplo 45 años. La mitad de mi camino. Al menos del que tengo planeado recorrer. Y ya se sabe qué les pasa a los planes que hacemos las personas. O mejor aún, lo que dice esa memorable frase hecha a medida en las aulas valencianas en las que un querido amigo estudió y que retuerce de manera genial un refrán español: "El hombre propone y Basil Rathbone".
LA MITAD DEL CAMINO
No es casualidad haber llegado a este momento justo a punto de iniciar el proyecto más ambicioso de mi vida; la construcción de mi casa. Imaginada, ideada, diseñada y deseada durante años, ha llegado la oportunidad y el instante de poner en marcha la construcción del sueño. Es solo una casa, y lo más importante es tener una buena vida dentro y alrededor de la misma, pero al igual que muchos otros aspectos importantes del recorrido vital, el escenario juega un papel crucial. Sobre todo cuando has alcanzado cierta madurez y ves con mejor perspectiva cuales son las prioridades para ti. Especialmente en lo relativo a cuidar de las personas que quiero y tener un lugar propio que poder ofrecerles. Un sitio mío, para ellas. Para las que son, las que están, las podrían estar y para las que vengan.
Y por qué no decirlo, un refugio tranquilo donde releer todos mis cómics una vez más, leer todos los libros que me faltan por leer (me harían falta 450 años para eso), escucharlo todo (a todo volumen cuando haga falta) muchas veces más y ver todas las películas que me sea posible. Y si puedo compartir todo eso con alguien más, tendré el mejor sitio que ha estado en mi mano crear para ello.
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