Surgida de la cinta que inicia cronológicamente el universo Marvel, la estupenda "Capitán América: El Primer Vengador" (de Joe Johnston), las aventuras televisivas de Peggy Carter el gran amor de Steve Rogers, devienen en un producto ligero y aseado compuesto de dos temporadas.
AGENTE CARTER de Christopher Markus y Stephen McFeely: **1/2
El punto de partida resulta a priori interesante. Una espía y mujer de acción que se ha codeado con el Capitán América y los Comandos Aulladores durante la Segunda Guerra Mundial, se ve relegada a tareas administrativas con la llegada de la paz. Pero los devaneos de su amigo Howard Stark y la incipiente escalada de una inminente guerra fría empujan a la protagonista a retomar la acción en segundo plano, teniendo que esquivar a sus compañeros agentes de la ley y al mismo tiempo resolver los desafíos que se le presentan. El machismo de la época (expuesto con más contundencia y verismo en series adultas como "Mad Men"), así como las dificultades para la mujer en general y para las resueltas en particular durante el periodo escogido (mitad de los años 40), son un escenario con grandes posibilidades, que la serie apenas logra explotar, quedando en las burlas esperables respecto a las indudables capacidades de la protagonista y la posterior rectificación de sus compañeros, así como la acartonada limpieza de guardarropía en el diseño de producción. La serie transmite en todo momento la tranquilidad del cartón piedra, rompiendo en contadas ocasiones el statu quo de una -por otro lado- adecuada progresión que nos ahorra, al menos, el carácter procedimental.
De este modo las dos temporadas (la inicial con 8 capítulos, la segunda con 10, todos ellos de aproximadamente 40 minutos), presentan primero una trama de espionaje y robo industrial ubicada en Nueva York con ecos y referencias a "Capitán América: El Primer Vengador" (el piloto arranca con el final de la cinta), y la segunda ronda, otra historia similar con algo de calado fantástico más comiquero, que se desliga casi por completo de las referencias cinematográficas y situada en Los Angeles. Ambas agradables de ver, rodadas con sencillez, los medios justos y poco más. Como buen producto generalista no incurre en excesos, pero tampoco en grandes logros.
No destaca ni es llamativa o profunda en ningún aspecto de su producción, apelando a nobles sentimientos y hace de sus actores su mejor baza, empezando por la correcta Hayley Atwell (Peggy Carter), cuya química con James D´Arcy (como Jarvis, el mayordomo del padre de Tony Stark) es el motor emocional de consistencia de la serie -por encima de los vaivenes amorosos algo innecesarios-, así como el siempre convincente Dominic Cooper (como un simpático y canalla Howard Stark). Los secundarios también aportan caché al cojunto, con Shea Wingham en la primera ronda y Kurtwood Smith en la segunda, aunque el descubrimiento de la serie es Bridget Regan, como una Viuda Negra primigenia que se come el protagonismo del resto en todas sus escenas y que recuerda en belleza y talento a la fantástica Alice Krige.
Poco se puede esperar de "Agente Carter" más que entretenimiento de perfil bajo con el sello Marvel televisivo. En el mismo universo conceptual se puede encontrar mayor arrojo y fisicidad con buenas dosis de contundencia en las tres magníficas temporadas de "Daredevil" en Netflix, que superan con creces este producto. Y si es ruptura de esquemas y convencionalismos narrativos con enormes dosis de imaginación y delirio onírico lo que nos interesa, "Legión" en HBO adelanta en todos los niveles a este simple y digestivo producto.
El punto de partida resulta a priori interesante. Una espía y mujer de acción que se ha codeado con el Capitán América y los Comandos Aulladores durante la Segunda Guerra Mundial, se ve relegada a tareas administrativas con la llegada de la paz. Pero los devaneos de su amigo Howard Stark y la incipiente escalada de una inminente guerra fría empujan a la protagonista a retomar la acción en segundo plano, teniendo que esquivar a sus compañeros agentes de la ley y al mismo tiempo resolver los desafíos que se le presentan. El machismo de la época (expuesto con más contundencia y verismo en series adultas como "Mad Men"), así como las dificultades para la mujer en general y para las resueltas en particular durante el periodo escogido (mitad de los años 40), son un escenario con grandes posibilidades, que la serie apenas logra explotar, quedando en las burlas esperables respecto a las indudables capacidades de la protagonista y la posterior rectificación de sus compañeros, así como la acartonada limpieza de guardarropía en el diseño de producción. La serie transmite en todo momento la tranquilidad del cartón piedra, rompiendo en contadas ocasiones el statu quo de una -por otro lado- adecuada progresión que nos ahorra, al menos, el carácter procedimental.
De este modo las dos temporadas (la inicial con 8 capítulos, la segunda con 10, todos ellos de aproximadamente 40 minutos), presentan primero una trama de espionaje y robo industrial ubicada en Nueva York con ecos y referencias a "Capitán América: El Primer Vengador" (el piloto arranca con el final de la cinta), y la segunda ronda, otra historia similar con algo de calado fantástico más comiquero, que se desliga casi por completo de las referencias cinematográficas y situada en Los Angeles. Ambas agradables de ver, rodadas con sencillez, los medios justos y poco más. Como buen producto generalista no incurre en excesos, pero tampoco en grandes logros.
No destaca ni es llamativa o profunda en ningún aspecto de su producción, apelando a nobles sentimientos y hace de sus actores su mejor baza, empezando por la correcta Hayley Atwell (Peggy Carter), cuya química con James D´Arcy (como Jarvis, el mayordomo del padre de Tony Stark) es el motor emocional de consistencia de la serie -por encima de los vaivenes amorosos algo innecesarios-, así como el siempre convincente Dominic Cooper (como un simpático y canalla Howard Stark). Los secundarios también aportan caché al cojunto, con Shea Wingham en la primera ronda y Kurtwood Smith en la segunda, aunque el descubrimiento de la serie es Bridget Regan, como una Viuda Negra primigenia que se come el protagonismo del resto en todas sus escenas y que recuerda en belleza y talento a la fantástica Alice Krige.
Poco se puede esperar de "Agente Carter" más que entretenimiento de perfil bajo con el sello Marvel televisivo. En el mismo universo conceptual se puede encontrar mayor arrojo y fisicidad con buenas dosis de contundencia en las tres magníficas temporadas de "Daredevil" en Netflix, que superan con creces este producto. Y si es ruptura de esquemas y convencionalismos narrativos con enormes dosis de imaginación y delirio onírico lo que nos interesa, "Legión" en HBO adelanta en todos los niveles a este simple y digestivo producto.
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