Dentro del panorama audioviusal contemporáneo resulta difícil descubrir nuevos talentos musicales si nos atenemos al mainstream, los estrenos internacionales o el blockbuster de turno como únicas referencias. De este modo, es en pequeñas producciones independientes o televisiones con la calidad por bandera, donde aun es posible sorprenderse con la aparición de maravillas como la banda sonora de «Queen of Carthage», de Brian Byrne.
QUEEN OF CARTHAGE de Brian Byrne
Este músico ya nos había entregado un prometedor trabajo con la banda sonora de «Albert Nobbs», así como un disco sinfónico variado y estupendo de raíces irlandesas en «Tales from the Walled City». Pero es en «Queen of Carthage» donde sobresale y se ratifica su enorme potencial. Partiendo de un delicado y prístino desarrollo orquestal y tímbrico, Byrne ejecuta una sucesión de hermosas melodías para piano, cuerda y voz soprano, a las que acompañan solistas o plena orquesta, dando por resultado exquisitas piezas cargadas de profunda belleza y desgarradora pasión. Sentimiento plasmado en partitura y expresado de forma conmovedora. Que la trama desarrolle la obsesión por un cantante, ayuda a que la música tenga una presencia notoria y relevante dentro de la historia, pero es la capacidad expresiva de un Byrne lleno de riqueza lírica la que empuja el desarrollo impecable de la partitura de una manera tan arrebatadora.
El modo en el que el autor conjuga las intervenciones vocales con la progresión incidental del relato se cuenta entre lo más logrado de los últimos tiempos de la música fílmica. Con ecos a plumas de renombre como Christopher Gordon, Alexandre Desplat o Pascal Gaigne, la banda sonora de «Queen of Carthage», de Brian Byrne, ofrece un auténtico recital de música exquisita, un torrente de belleza sonora, así como el grabado a fuego de su nombre en la memoria de todo aficionado que valore la sensibilidad y la elegancia en las bandas sonoras.
Reseña de Ignacio Garrido Muñoz.
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