Hoy comentario/reseña/crítica de las tres temporadas que configuran la serie norteamericana THE NEWSROOM. Creada y guionizada por Aaron Sorkin, al tiempo que producida por la archiconocida HBO, esta serie muestra los entresijos de la producción audiovisual de las noticias en una de grandes cadenas televisivas (ficticia) con sede en Nueva York.
THE NEWSROOM de Aaron Sorkin: ***3/4
El nombre de Aaron Sorkin es por si solo marchamo de un tipo de producto muy concreto y específico. Un gusto adquirido, podríamos decir, por la retórica irrefrenable de sus personajes, todos ellos auténticos portentos en el arte de la réplica ingeniosa y en la acumulación de datos y conocimientos útiles para la ocasión. Sea cual sea esta. No obstante su talento para escribir relatos apasionantes se refrenda en esta serie con el uso de noticias reales que salpicaron la actualidad internacional durante los tres años (y temporadas) que duró THE NEWSROOM. Con su empleo, Sorkin aplica el verismo idealista y quijotesco de los aguerridos periodistas profesionales que salpican la cadena de noticias en un entorno de realismo absoluto, y lo contrasta con sus problemas personales e interacciones emocionales. En ocasiones puntuales y para crear una línea argumental extensa, se saca de la manga noticias de largo recorrido en cuanto a su investigación y desarrollo, que sirven de reflejo de otras reales (el caso Snowden en la tercera vuelta final) o a veces como mera metáfora de sus ajetreadas vidas. Sea como sea THE NEWSROOM es un entretenimiento de lo más recomendable si atendemos a sus diálogos, su viveza e impecable factura técnica.
Para soportar el peso del guionista estrella hacen falta actores con carácter y capaces de recitar hojas y hojas de monólogos en pareja, y que lo hagan con convicción. Es por ello que el casting de THE NEWSROOM resulte tan decisivo (y acertado) como sus libretos. Capitanea la función un sólido Jeff Daniels, secundado en pareja por Emily Mortimer y en amistad por Sam Waterston. A ellos se añaden algunos habituales actores televisivos más que solventes como Chris Messina (DAMAGES, SIX FEET UNDER) o grandes nombres del celuloide como Jane Fonda y Marcia Gay Harden. Aunque la agradable sorpresa la dan las nuevas caras que aportan frescura y energía como Alison Pill (quizás el personaje de más compleja y agradecida evolución a lo largo de la serie), Thomas Sadoski (de repelente al comienzo pasa a ser un indispensable alivio cómico) o Dev Patel.
La capacidad de la producción televisiva norteamericana y más concretamente de la HBO para ofrecer productos de calidad, inteligentes, combativos (las tendencias demócratas de Sorkin pese a convertir al protagonista en republicano con ocasionales repuntes anti estatales, es más que evidente con el clímax de la primera temporada, el seguimiento de las elecciones de la segunda o el atentado de Boston en la tercera) y terriblemente entretenidos, hacen de series como THE NEWSROOM auténticos deleites. Pese a sus impecables formas (y fondo), la serie acusó un rápido descenso de audiencia, renovando su primera temporada de 10 capítulos con una segunda de 9, y por los pelos una tercera de 6 con la que finalizar (con un cierre magistral en su último capítulo) un relato sobre el periodismo tan idealista, optimista y vital, como solo la magia audiovisual moderna puede concebir. No se la pierdan.
Para soportar el peso del guionista estrella hacen falta actores con carácter y capaces de recitar hojas y hojas de monólogos en pareja, y que lo hagan con convicción. Es por ello que el casting de THE NEWSROOM resulte tan decisivo (y acertado) como sus libretos. Capitanea la función un sólido Jeff Daniels, secundado en pareja por Emily Mortimer y en amistad por Sam Waterston. A ellos se añaden algunos habituales actores televisivos más que solventes como Chris Messina (DAMAGES, SIX FEET UNDER) o grandes nombres del celuloide como Jane Fonda y Marcia Gay Harden. Aunque la agradable sorpresa la dan las nuevas caras que aportan frescura y energía como Alison Pill (quizás el personaje de más compleja y agradecida evolución a lo largo de la serie), Thomas Sadoski (de repelente al comienzo pasa a ser un indispensable alivio cómico) o Dev Patel.
La capacidad de la producción televisiva norteamericana y más concretamente de la HBO para ofrecer productos de calidad, inteligentes, combativos (las tendencias demócratas de Sorkin pese a convertir al protagonista en republicano con ocasionales repuntes anti estatales, es más que evidente con el clímax de la primera temporada, el seguimiento de las elecciones de la segunda o el atentado de Boston en la tercera) y terriblemente entretenidos, hacen de series como THE NEWSROOM auténticos deleites. Pese a sus impecables formas (y fondo), la serie acusó un rápido descenso de audiencia, renovando su primera temporada de 10 capítulos con una segunda de 9, y por los pelos una tercera de 6 con la que finalizar (con un cierre magistral en su último capítulo) un relato sobre el periodismo tan idealista, optimista y vital, como solo la magia audiovisual moderna puede concebir. No se la pierdan.
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