El cine consumido a lo largo del pasado mes incluye algunas de las mejores experiencias audiovisuales de los últimos tiempos en materia de recuperación de joyas pasadas. Como adelanto, no puedo dejar de recomendar INTERSTELLAR de Christopher Nolan, una joya que ratifica el genio del realizador inglés.
PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN OCTUBRE 2014
DOS MADRES PERFECTAS: **
PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN OCTUBRE 2014
Atraído por el apartado musical firmado por el incomparable Christopher Gordon (aunque aquí se muestre sutil, comedido, minimalista e introspectivo), este título de las antípodas cuenta como valor central el poderío actoral de una pareja femenina protagonista de altos vueltos. Tanto la estupenda Naomi Watts como la soberbia Robin Wright, justifican el visionado de un dramón culebronesco de ambiguo final. Dirige Anne Fontaine sin demasiada garra y bastante parsimonia.
K-PAX: ***
El derroche actoral de Kevin Spacey es justificación más que suficiente para que K-PAX resulte una película recomendable. Además el realizador Iain Softley se siente cómodo y ágil en la exposición visual del viaje de Prot a través de una siempre radiante Nueva York y sus recovecos psiquiátricos, entre cuyas paredes Jeff Bridges tratará de descubrir la identidad y trauma de su singular paciente. Un drama emotivo, bien rodado y de buena factura al que solo le falta la chispa de una mayor ambición para resultar memorable.
LE WEE-KEND: ***3/4
El pequeño cine independiente inglés sigue dando sorpresas la mar de agradables al espectador atento. Pese a que la aparición de Jeff "manos inquietas" Goldblund cargue un poco las secuencias en las que interviene, la pareja protagonista, Jim Broadbent y Lindsat Duncan, consigue que la reflexión sobre la madurez del amor o el agotamiento del matrimonio sea totalmente creible en sus manos. Además Roger Mitchell captura una París bellísima y rueda algunas secuencias memorables como el baile final.
PERDIDA: ***
El cine de David Fincher, cerebral, milimétrico y de impecable puesta en escena, parece estar aflojando en profundidad e intenciones con sus últimos títulos. Si con su adaptación de la novela negra sueca MILLENIUM ya demostró su impoluta mano comercial a la hora de quedarse en la mejor superficie posible del relato original, aquí supera aquellas intenciones pero queda lejos de aportar peso específico a su filmografía. La trama no deja de ser un telefilm de domingo por la tarde en Antena 3.
LA PRINCESA PROMETIDA: ****
Clásico moderno por méritos propios, la soberbia escritura a distintos niveles de William Goldman se ve potenciada por la deconstrucción de los elementos del género de aventuras y por el inteligente uso de los resortes narrativos la historia dentro de la historia. Rob Reiner de la manera más eficaz y sencilla posible, convierte en magia y diversión un relato típico y tópico, elevándolo a referencial gracias -curiosamente- a su multirefencialidad. Además despunta Robin Wright en su primer papel destacado.
LA VIDA DE BRIAN: ****1/2
Una de las grandes comedias de todos los tiempos, tenía que venir firmada por el gran grupo de cómicos Monty Python. A sus desmadres artúricos previos, se le suma un superior guión que aterriza en el seno del cristianismo y las inconsistencias de los cultos religiosos, dando por resultado una sucesión imparable de gags sucesivamente más ingeniosos y desternillantes, y por acumulación una delirante y genial visión de la estupidez humana escudada en las creencias. Desopilante y de obligatorio visionado periódico.
El derroche actoral de Kevin Spacey es justificación más que suficiente para que K-PAX resulte una película recomendable. Además el realizador Iain Softley se siente cómodo y ágil en la exposición visual del viaje de Prot a través de una siempre radiante Nueva York y sus recovecos psiquiátricos, entre cuyas paredes Jeff Bridges tratará de descubrir la identidad y trauma de su singular paciente. Un drama emotivo, bien rodado y de buena factura al que solo le falta la chispa de una mayor ambición para resultar memorable.
El pequeño cine independiente inglés sigue dando sorpresas la mar de agradables al espectador atento. Pese a que la aparición de Jeff "manos inquietas" Goldblund cargue un poco las secuencias en las que interviene, la pareja protagonista, Jim Broadbent y Lindsat Duncan, consigue que la reflexión sobre la madurez del amor o el agotamiento del matrimonio sea totalmente creible en sus manos. Además Roger Mitchell captura una París bellísima y rueda algunas secuencias memorables como el baile final.
El cine de David Fincher, cerebral, milimétrico y de impecable puesta en escena, parece estar aflojando en profundidad e intenciones con sus últimos títulos. Si con su adaptación de la novela negra sueca MILLENIUM ya demostró su impoluta mano comercial a la hora de quedarse en la mejor superficie posible del relato original, aquí supera aquellas intenciones pero queda lejos de aportar peso específico a su filmografía. La trama no deja de ser un telefilm de domingo por la tarde en Antena 3.
Clásico moderno por méritos propios, la soberbia escritura a distintos niveles de William Goldman se ve potenciada por la deconstrucción de los elementos del género de aventuras y por el inteligente uso de los resortes narrativos la historia dentro de la historia. Rob Reiner de la manera más eficaz y sencilla posible, convierte en magia y diversión un relato típico y tópico, elevándolo a referencial gracias -curiosamente- a su multirefencialidad. Además despunta Robin Wright en su primer papel destacado.
Una de las grandes comedias de todos los tiempos, tenía que venir firmada por el gran grupo de cómicos Monty Python. A sus desmadres artúricos previos, se le suma un superior guión que aterriza en el seno del cristianismo y las inconsistencias de los cultos religiosos, dando por resultado una sucesión imparable de gags sucesivamente más ingeniosos y desternillantes, y por acumulación una delirante y genial visión de la estupidez humana escudada en las creencias. Desopilante y de obligatorio visionado periódico.
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