domingo, 31 de julio de 2011

Cómic: La Odisea de la Metamorfosis

Hoy comentario/crítica/reseña de LA ODISEA DE LA METAMORFOSIS. Con el lanzamiento del primer volumen de las aventuras de DREADSTAR, el gozo anunciado se veía parcialmente truncado por la ausencia dentro del mismo de su aventura fundacional, que posteriormente ha visto la luz en un tomo de similares características. Como anuncié, la felicidad es ahora plena.

LA ODISEA DE LA METAMORFOSIS de Jim Starlin: ****1/2

El autor americano eleva la aventura cósmica al cubo, recuperando la emoción épica de Jack Kirby pero traslandándola a un universo propio, complejo y fascinante. Artística y temáticamente desborda poderío al elaborar una trama de dimensiones colosales, en las que el tiempo y el espacio se doblegan ante la fuerza de su propuesta, cargada de simbolismo y crítica económica, social y política, ofreciendo dobles lecturas morales en gran parte de las acciones a las que se verá arrastrado el gran personaje de la saga Vanth Dreadstar, que hará su primera aparición en el devenir de la confrontación definitiva entre dos razas alienígenas. De este modo Starlin narra el reclutamiento necesario del carismático héroe para llevar a cabo el gran plan de Aknaton, dedicido a finalizar de una vez por todas con la amenaza zygoteana (de la que colearán flecos en posteriores aventuras de Vanth encontrables en el primer tomo ya comentado) a la galaxia. El resultado es un cómic extraordinario en todos sus aspectos, empezando por el gráfico con un despliegue deslumbrante de su autor a los lápices, culminando planchas de una espectacularidad imponente, pero marcando un recorrido secuencial y una puesta en escena siempre sobria, dinámica, ejemplar en cuanto a intenciones narrativas. Mención aparte para el tratamiento del color y la sutil integración del mismo a lo largo de la trama, en la que el uso del blanco y negro potencia sobremanera el contenido visual y emocional de la misma. Un trabajo de ilustración y composición conceptual digno de estudio.

A nivel dramático la historia que se nos presenta no puede resultar más grandiosa y definitiva en cuanto a perspectiva y alcance; el fin de una galaxia con millones de almas, la creación de nueva vida que definirá un universo mejor y al tiempo la claudicación ante la eternidad o la reflexión sobre conceptos como la omnipotencia  o la existencia misma. Temas de gran calado (aparte de sus obsesiones recurrentes como la muerte, la religión, el peligro del hiper-desarrollo tecnológico o las leyendas artúricas) sobre los que Starlin vuelca su mejor pluma, resultando en todo momento preciso, sensitivo y contundente. Pero además una vez terminada la ODISEA, se da comienzo a la vida y aventuras conocidas de Dreadstar, con lo que el tomo ofrece además una serie de relatos adicionales interesantísimos para completar la visión de conjunto del grupo que va a reunirse para iniciar su lucha contra la Iglesia de la Instrumentalidad. De este modo la soberbia EL PRECIO nos narra el intrincado y revelador origen de Syzygy Darklock (retomando la referencia artúrica se podrá apreciar su cercanía con Merlin), la sencillamente titulada DREADSTAR presenta la venganza de Vanth y comienzo de su causa, mientras que EPÍLOGO resulta ser el preludio directo del Volumen 1.

Un tomo imprescindible para todo aficionado al cómic, tanto para el fan de las aventuras del personaje que verá por fin como los posibles huecos propiciados por la lectura del volumen previo sin contexto se ven completados de forma magistral y sorprendente, como para cualquier amante de las buenas historias contadas con pulso, talento y capacidad de asombro. El disfrute se ve rubricado por una edición de Planeta exquisita, en tapa dura y formidable remasterización supervisada por el propio Jim Starlin. Quizás su mejor obra, con todo lo que esto implica.

viernes, 29 de julio de 2011

Cómic: Mil Naves

El relato histórico y mitológico es una fuente primaria de la que bebe en gran medida todo el cómic de super-heroes, pero es al tiempo una modalidad que no se ha explotado -salvo contadas ocasiones- con toda la profundidad y complejidad posible. En esta obra se logra este objetivo con creces.

LA EDAD DE BRONCE, MIL NAVES de Eric Shanower: ***1/2

Con toda la minuciosidad, detalle y lentitud posible, Eric Shanower está redefinendo la mitología de la Guerra de Troya desde sus más incipientes orígenes, contando la primera aparición de cada personaje implicado, sus justificaciones, sus motivaciones y anhelos. Basándose para abarcar tamaña cantidad de redes en todos los textos e información disponible a su alcance, esta épica saga cobra nueva fuerza en sus manos, que aportan un trazo impecable y descriptivo de marcado tono naturalista, definiendo y diferenciando con sobriedad y eficacia las docenas de nombres que protagonizan esta epopeya directa o indirectamente , al tiempo que pone en sus labios diálogos ágiles y afilados. Huye de lo impostado de la opereta deus ex machina para centrarse en las pasiones y deseos humanos, haciendo de la trama un ejemplo de claridad expositiva, de narración secuencial atractiva y directa en la que lo que nos cuenta tiene tanta importancia como el como se nos cuenta. Un logro titánico si tenemos en cuenta las implicaciones y alcance de una historia de este calibre.

Un ejemplo de tebeo didáctico, entretenido y elaborado, cuya riqueza técnica y formal va de la mano a la grandeza de su historia. Un primer volumen cargado de extras que hacen de la impecable edición de Azake en tapa dura un deleite para el aficionado. Lo único malo la espera hasta la edición en tomo del siguiente capítulo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Viajes: Úbeda 2011

Habrán notado el vacío de las últimas semanas. El anual viaje a tierras jienenses ha impedido actualizaciones varias. Además en vacaciones me tengo prohibido cualquier aportación literaria por muy mínima que esta sea (hay que descansar la mente tanto como el cuerpo). Hoy brevísimo resumen de la experiencia.

ÚBEDA 2011, UN CERTAMEN AGRIDULCE.

Siete años a cuestas han pesado demasiado para la arrojada organización del Festival Internacional de Música de Cine de Úbeda. Tras un año anterior a contar como el mejor de todos los presenciados por el que escribe, en el que se perfilaban mejoras organizativas, se pulían contenidos y se apostaba por la música con criterio selectivo, hemos vivido quizás su edición más decepcionante, confusa y ambiciosamente fallida. Pero comentar los fallos y hacer balance es algo que no atañe a esta mini-crónica, solo paso a enumerar los mejores instantes presenciados, los buenos momentos compartidos y lo que me "traigo" de Úbeda 2011:

1) Gabriel Yared; el rostro insobornable. Fumador compulsivo, de fuerte caracter, músico de los pies a la cabeza. Su charla versó sobre lo que deberían tratar todas y que lamentablemente no suele darse. Sobre su música, su forma de trabajar, las decisiones, usos y creación del sustrato musical para con las cintas en las que colabora. Pero también sobre la propia disciplina, sobre las limitaciones de la misma, sobre Hollywood, el aficionado y sus carencias mitómanas y otros tantos temas que el libanés zanjaba magistralmente al mismo ritmo endiablado que consumía sus cigarrillos. Una figura fundamental en la música de cine contemporánea.

2) Carles Cases; la música convertida en magia. Formando primero "trío" con sus habituales y más tarde "cuarteto" con Mark Isham, convirtió el recital del Jueves en uno de los mejores (si no el mejor) momentos musicales de toda la historia del festival. Demostrando que cuando se tiene talento, con 3 intérpretes se puede hacer mucha más y mejor música (aunque fuese Jazz -por aquello de las limitaciones auditivas volcadas en el gusto sinfónico del grueso de asistentes- le dió cien patadas a todo lo escuchado después en el recital de McCreary y gran parte del resto de conciertos) que con 300 miembros de orquesta y coro. Imprescindible para considerar exitosa la vertiente musical de cualquier evento en el que participe el autor.

3) Los "sospechosos habituales". Retomar charlas recurrentes, volver a saludar a los conocidos, conversar con alguno de mis músicos favoritos (¡gracias Pascal!), pasarlo bien con los amiguetes frikis del evento, repasar caras conocidas, depositar interés en algunas nuevas y comprobar que incluso con una sola visita al año a la ciudad de Úbeda se puede mantener el trato, la cordialidad y el buen rollo con aficionados venidos de muchas partes del país y parte del extranjero, resulta un placer delicioso que justifica la visita anual. Ramón, Juan Angel, Miguel, Germán, Alberto, Frederic, Roberto y tantos otros que convierten cualquier viaje en disfrute continuo, sobre todo si se realiza con la compañía de un buen amigo como David. El placer ha sido todo mío. En la foto, por cierto, el gran momento del Festival desgranado en el apartado Cases.

Poco más puedo aportar pues no es este un post de crítica o dilucidación de aciertos y errores como he mencionado arriba. Quizás futuras ediciones cambien la localización del Festival, lo mejoren o lo alejen del aficionado, sea como sea uno siempre se lleva algo agradable, espero que todos los asistentes guarden al menos un par de gratos recuerdos como es mi caso.

jueves, 14 de julio de 2011

Cómic: Crónicas de Atlantis

En el baúl de los recuerdos comiqueros también hay sitio para redescubrir pequeñas joyas con las que celebrar algo del buen gusto esgrimido en una época tan disipada y disoluta como la que vió adquirir TIME MASTERS.

LAS CRÓNICAS DE ATLANTIS de P. David y E. Maroto: ***1/4

Miniserie de siete números de 48 páginas (bueno, alguna menos quitando publicidad) editada en 1990 por DC que supone el recuerdo de otra filia más distante e imprecisa; la de los mundos subacuáticos quizás sugeridos por la maravillosa cinta de Disney basada en la novela de Julio Verne con el Capitán Nemo y el Nautilus como iconos imperecederos. Sea como fuere el trabajo llevado a cabo por Peter David al guión (enmascarado en un divertido juego metalingüístico sobre el origen de las crónicas) resulta estimulante y atractivo, planteando la trama como una gran saga familiar a lo largo de múltiples generaciones, desde un origen distante hasta el presente de la historia terrestre. Pero solo interacturarán los atlanteanos con las culturas por nosotros conocidas hasta bien avanzada la historia (los dos últimos números), dando margen de sobra a la fantasía y libertad narrativa del guionista para sentar las bases de un relato a gran escala, donde los enfrentamientos familiares marcarán a fuego el destino de la Atlántida. Pinceladas de humor, enrevesados vericuetos dramáticos de ocasionales sorpresas, protagonismo coral bien perfilado, acción fastuosa y soluciones inteligentes para los bretes del destino al que se enfrentan los personajes son los activos con los que cuenta un relato ágil y bien tramado.

Para añadir peso específico en su apartado gráfico el gran Esteban Maroto realiza un trabajo ejemplar, cargado de espectacularidad y detalle, donde su puesta en escena resulta efectiva y elegante, con grandes composiciones de multitudes o detalles sutiles en los aspectos emocionales de sus personajes, perfectamente individualizados los masculinos aunque algo reiterativo en los femeninos, siguiendo los patrones de la chica sexy setentera por todos los dibujantes españoles conocidos. Con todo su aportación resulta magnífica y en su revisión actual nos encontramos con un cómic que se disfruta tanto o más que en el momento de su salida al mercado. No estaría nada mal volver a verlo editado en tomo para deleite de una nueva generación y regustillo de la que lo vió aparecer mensualmente. Más que recomendable.

martes, 12 de julio de 2011

Tv: Ulises 31

Resulta curioso cómo funciona la memoria, selectivamente en unos casos, esquiva en otros, pero siempre de modo sorprendente y autónomo a nuestras exigencias más templadas. Al recuperar ciertos productos del pasado uno tiende a tanto a dulcificarlos como magnificarlos más de la cuenta. Y con todo a veces...
ULISES 31 basado en "La Odisea" de Homero: ***
A veces lo que recordamos se mantiene prácticamente intacto como un mosquito atrapado en ambar del que podemos recuperar su ADN y volver a engancharnos a la misma sensación que nos embargó la primera vez que vivimos dicha experiencia, sintiendo esa suspensión de descreimiento, esa sensación de maravilla tan enternecedora e infantil que tanto echamos de menos en un momento u otro de nuestras vidas. En este caso una serie televisiva de animación repleta de grandes aventuras cósmicas y dimensiones mitológicas donde esa evasión cuasi-mágica prima por encima de cualquier otra consideración. Co-producción franco-japonesa estrenada en 1981, se compone de 26 episodios de 25 minutos de duración, en los que se reconstruye casi de principio a fin el viaje de un futurista Ulises del siglo XXXI (de ahí el título de la serie) desde Troya hasta su retorno al hogar, modificando evidentemente ciertos aspectos del mismo, pues se verá acompañado de Telémaco - su hijo que en el relato original aguardaba en Ítaca junto a su mujer Penélope -, añadiendo a Thäis - una niña extraterrestre rescatada por el héroe en su primera aventura, lo que desencadenará la furia de los dioses y todo el subsiguiente embrollo a partir de este momento - y Nono - un pequeño robot rojo que funcionará a modo de comodín cómico - como elementos infantiles primordiales. Resulta razonable elucubrar que el peso del éxito de STAR WARS un par de años antes (que no deja de ser otro relato clásico medieval disfrazado de sci-fi colorista remozada) fuese el motivador de la puesta a punto de "La Odisea" en el futuro.
Con todo las peripecias de Ulises resultan, con la infantilización inherente que el producto acomete sobre la trama originaria, muy entretenidas, cargadas de misterio, espectacularidad (es sorprendente como resiste el dibujo al paso del tiempo  tanto en diseño de personajes como sobre todo puesta en escena que mezcla de modo soberbio mitología y ciencia-ficción) y diversión. Sin olvidar en ningún momento que se trata de una serie dirigida a un público juvenil, los capítulos soportan con aplomo el visionado de la mirada adulta, a la que incluso sorprenderá el nivel de madurez y reflexión de ciertos pasajes en los que se exponen, con cierta si no crudeza al menos bastante sobriedad y algo de aridez sin excesivo edulcorante, temas morales y emocionales de cierta enjundia que dejan abierta la puerta al análisis e incluso al meta-lenguaje de la historia (fantástico el episodio del viaje en el tiempo a la Grecia clásica donde Ulises conoce a su homólogo literario real). Así pues de un modo ágil, a veces evidentemente en exceso naif, pero siempre interesante, la serie muestra en gran medida los capítulos más representativos de "La Odisea", haciéndolos pasar por un entretenimiento de animación, pero deslizando bajo esa (falsa) apariencia de intrascendencia los mimbres básicos de un relato indispensable en la literatura universal. Aquello de divertirse mientras aprendemos jamás tuvo tan buen ejemplo televisivo en el plano de la animación.
Editada escueta pero agradablemente por Divisa en nuestro país en un pack con 5 discos, ULISES 31 es uno de esos placeres culpables que cualquier (semi) adulto que la haya visto o la tenga parcialmente en su memoria puede recuperar con la certeza de volver a disfrutar - nunca mejor dicho - como un enano.

lunes, 11 de julio de 2011

BSO: Michael Small (IV)

Hoy acortada mi nueva reseña para Scoremagacine, dedicada a uno de los trabajos mas estimables de Michael Small, un músico al que profeso especial cariño y al que ya le he dedicado anteriores entradas recordatorias.

LAS DOS VIDAS DE AUDREY ROSE de Michael Small: ***1/2

Con esta se completa prácticamente el listado (a falta de "Poodle Springs" y "El Cartero Siempre Llama Dos Veces") de bandas sonoras que cualquier sibarita y seguidor de Small podría demandar como imprescindibles en su catálogo personal. Una obra elegante y elaborada que entronca de lleno con la forma de entender la música del drama fantástico en los años setenta, sustentada en unos parámetros bien codificados pero abordados desde la escritura pulcra y detallada de todos sus elementos, dando por resultado una partitura poco sorprendente, hasta convencional en su tratamiento temático, pero extremadamente solvente en su aplicación audiovisual, al tiempo que una pequeña delicatessen para su disfrute en disco. El “Main Title” no deja lugar a dudas sobra la dicotomía conceptual de la obra, arrancando con sinuosas cuerdas de origen misterioso que dan paso a una ágil y sencilla melodía de corte pastoral sobre base ondulante de maderas y metales, un tema luminoso de cariz infantil y risueño con el que ejecutar amables variaciones como la escuchada en la cíclica conclusión final de “Life After Life/End Credits”.

Los efectos desasosegantes aparecen acto seguido con reverberaciones percusivas y base rítmica que utiliza como motor un recurrente ostinato de seis notas + cinco en estructura ascendente y descendente para piano (identificable a la perfección en la sección “Alley Run” del corte cuarto), manteniendo el efecto oleaginoso del tema central, pero sobre el que se erige una capa sonora mucho más árida entregada a las secciones de la orquesta por separado, en especial a la cuerda y no a su hermosa conjunción melódica inicial. Notas aparentemente aleatorias para piano, pequeños motivos disonantes en el metal, violines atonales o figuras motívicas cortas y agitadas que transmiten inquietud e irresolución como un eco sin nitidez que intenta comunicar algo sin poder definirlo claramente. Ideas todas ellas que esparcidas y sabiamente desarrolladas en pistas como “Scrabble/Grocery/Doormat” o “Hoover´s First Visit” enriquecen el conjunto poco a poco, viéndose además salpicadas de ocasionales remansos líricos como la sección final de la quinta pista “Glad You´re Here”, la apacible e inquietante “Ivy in Mirror” o conatos emocionales como la inteligente deconstrucción tonal de “A Nightmare”.

El primer estallido de pura agresividad lo tenemos en “Top of Stairs/Hoover Calls Audrey”, una pista contundente y malsana donde la virulencia inicial de metales y percusión da paso a nuevos efectos acústicos, campanas y chirriantes cuerdas acompañadas de un lúgubre piano que culmina con una dulce variación del tema central, imperceptible y magníficamente imbricado en el desarrollo de la pieza, configurando una de los mejores instantes de la partitura que nos recuerda al Goldsmith más solvente en el género de terror y suspense. Lo mismo que ocurrirá en la soberbia “Janice Reading/Through Window” que casi anuncia ideas de POLTERGEIST, pero que se ve tristemente maltratada por la grabación, aplicándole un fade-out imperdonable antes de su finalización real. Se cierra la banda sonora retomando el tema central con un trazo colorista, esperanzador y resolutivo, que sugiere abiertamente el recorrido circular de la trama. Un trabajo magnífico pese a las deficiencias sonoras de su edición discográfica.

Puedes leer la reseña original completa en Scoremagacine.

sábado, 9 de julio de 2011

Cómic: Time Masters

Buscando en el baúl de los recuerdos, lo que para un aficionado comiquero viene a ser desembolsar grapas olvidadas en estanterías polvorientas, estoy recuperando varias series con desiguales encontronazos. Hoy el desencanto.

TIME MASTERS de Bob Wayne, Lewis Shiner y Art Thibert: *1/2

Cuando uno deja atrás ciertos vicios y malas costumbres, sano es enterrarlos pero no tirarlos a la basura del todo para más adelante y con perspectiva poder ejecutar extraños rituales de redescubrimiento y afianzamiento de la buena decisión tomada al purgar de nuestro organismo dichos elementos. En épocas pasadas el coleccionismo y las filias rocambolescas (viajes en el tiempo propiciados por una famosa saga cinematográfica, sonrisa aquí) empujan a la mente voluble a la adqusición de cualquier lectura mínimamente asociada a la temática en cuestión. Y si bien esto no tendría porque llevar a desilusión forzosa per se, una vez releída esta serie en concreto la sensación es paupérrima. De simpática añoranza, pero de muy pobres resultados artísticamente hablando. Rip Hunter (personaje creado por Jack Miller en 1959) está a punto de descubrir una tercera manera de viajar en el tiempo y con ello de intentar detener el control que sobre la historia ha ido manteniendo y mantiene en la sombra Vandal Savage. Rip recluta un equipo tras un ataque del villano en el que muere un colaborador, jurando vengarle y parar al susodicho. En sucesivos retrocesos de miembros del equipo (un viaje por número a épocas cada vez más distantes) se va mostrando una conspiración ancestral de los "Illuminatti" - sic - dirigidos por Savage. Y así hasta la pre-historia donde finalmente se resuelve (típica y tópicamente) la aventura.

La puesta a punto del personaje recién estrenados los años noventa en el guión de Wayne y Shiner resulta lineal y predecible, la acción reiterativa e impostada, repleta de supuestos cliffhangers que en lugar de tensión acumulan tedio y recursos mil veces vistos (persecuciones en coche, muertes anunciadas, apariciones estelares de personajes famosos, etc...) y para rematar la faena, el dibujo de Thibert es flojísimo, a veces más cercano al boceto sin perspectiva ni proporción, que solo se salva por su mínima coherencia narrativa, cosa por otro lado nada complicada dada la historia que narra. En definitivas cuentas, una saga de ocho números publicada en 1990 por DC que resulta a día de hoy por completo prescindible y que puede quedarse a vivir tranquilamente en el sueño de los justos ya que apenas ofrece el mínimo entretenimiento esperable de cualquier producto de consumo. Muy poca cosa.

jueves, 7 de julio de 2011

Cómic: Midnight Nation

Hoy comentario/crítica/reseña de MIDNIGHT NATION. Dentro del mainstream americano siempre puede uno encontrar cosas interesantes, ya que es tan basto y variado que caben en el mismo hasta pequeñas sorpresas como la que hoy comento. Un cómic de carácter existencial y religioso disfrazado de road-movie fantástico-terrorífica que es al tiempo una fábula social.

MIDNIGHT NATION de J.M. Straczynski y Gary Frank: ***1/4

Puede parecer dificil de creer a priori que un tebeo serializado que narra las aventuras de un detective al que le han robado el alma y que cruza los Estados Unidos para recuperarla pueda trascender su propuesta inicial de asesinato + investigación + sorpresa de tintes fantásticos. Pero de hecho lo consigue y de un modo realmente interesante, deshilachando ideas sucesivamente más ricas y complejas de una madeja inicial algo manida. Y lo hará gracias a una metáfora un tanto traída por los pelos (justificada por los tintes autobiográficos en los que se basa) sobre los desheredados de una más que familiar sociedad capitalista salvaje e imbricando su anulación dentro del sistema con los mimbres metafísicos y religiosos arriba mencionados. Una amalgama de ideas que Straczynski  desarrolla con tino y buenos diálogos sin dejar de lado una ocasional acción algo forzada pero efectiva con la que ir salpicando el viaje del protagonista de algo de colorido físico. También su reflexión sobre el deus ex machina que mueve el relato resulta atractiva, conjugando y contrastando los modos de enfrentarse ante la existencia (esperanza y fe frente a pérdida, olvido y libertad) pese a lo maniqueo de la propuesta y lo limitador de la misma a medida que se alcanza la resolución. Asímismo la dosificación temporal de la trama no fluye con la intensidad requerida por el margen planteado, al menos no en su lectura integral (probablemente esto fuese paliado con su consumo mensual serializado) en la que no se aprecia el paso de un año - sino mucho menos tiempo - en el devenir de los personajes.

Quizás por mis excesivas expectativas tras los muchos buenos comentarios vertidos sobre la obra, quizás por un dibujo correcto pero poco interesante de Gary Frank (la historia ofrecía para el lucimiento muchas posibilidades, siendo el capítulo extra dibujado por Michael Zulli un claro ejempo de ello) para el que suscribe, quizás por un final algo previsible y blando - que se arregla parcialmente con un hermoso epílogo - para con todo lo vivido por los personajes, MIDNIGHT NATION me parece un tebeo que no alcanza a conquistar todo su potencial. Y con todo es una obra estupenda, diferente, estimulante y más que recomendable, además de resultar rabiosamente actual dados los derroteros de declive económica que asola las clases menos favorecidas cada vez más y que el relato muestra de modo descarnado.

Debo agradecer aquí a los buenos amigos que me la regalaron (entre otras joyas mejores todavía) el poder disfrutarla en esta magnífica edición en tomo de tapa dura publicada por Norma. "Lo mejor de la vida es estar con los amigos" (E. Campell). Gracias.

martes, 5 de julio de 2011

Cine: Annie Hall

En plena convalecencia (y durante el finde anterior a la misma) he estado revisando varios títulos clásicos de Woody Allen para regocijo y estímulo intelectual. Hoy unas palabras sobre una de sus grandes cintas, una joya absoluta del Séptimo Arte.

ANNIE HALL de Woody Allen: *****

Arriba he apuntado lo de "títulos clásicos" consecuentemente con mi catalogación del cine del newyorkino, diferenciando en su filmografía tres grandes étapas. La primera viene a ser la "pre-genial" desde su primera cinta LILLY LA TIGRESA (1966) hasta LA ÚLTIMA NOCHE DE BORIS GRUSHENKO (1975), puliendo y destilando entre ellas su sentido del humor inconfundible dentro del discurso narrativo fílmico al tiempo que descubre y aplica dichos recursos cinematográficos, pero experimentando también con pequeñas subversiones estilísticas (toda vez que continuos homenajes cinéfilos) que culminarían con el salto cualitativo de ANNIE HALL (1977), película que inaugura a lo grande su segunda época - la "genial" para el que suscribe - que se extendería hasta MISTERIOSO ASESINATO EN MANHATTAN (1993). A partir de entonces un claro declive y cierta autocomplacencia se adueñaría de la cinematografía - post "genial" - de Allen, empeñado en mantener su nivel de aportación anual a costa de una más que evidente irregularidad salpicada eso sí de algunos títulos notables. No obstante entre 1977 y 1993 lo mínimo que ofrecía era poco menos que escandalosamente bueno, sorprendente, rico, complejo y desafiante, contando sus aportaciones cómicas entre lo más florido y desternillante del humor del siglo XX.

ANNIE HALL es un derroche continuo e imparable de situaciones memorables y diálogos chispeantes. Escenas como la espera en la cola del cine, la cocina de langostas o la visita familiar permanecen como imborrables en la retina del espectador; situaciones geniales donde Allen rompe las reglas expositivas del lenguaje cinematográfico, subvirtiendo su narrativa o forzando la interacción emocional en flashbacks desopilantes. Incluso se atreve a sexualizar conceptos de películas Disney o cruzar la barrera de la ilusión generada por la pantalla dirigiéndose directamente al espectador para compartir con nosotros (o con cualquier transeúnte anónimo de la calle o lugar en el que se encuentre) sus inquietudes e inseguridades. A fin de cuentas con esta memorable película se inaugura el gran catálogo de obsesiones personales del autor (dando por elaboradísimos ensayos los títulos previos en los que trataba alegremente el sexo - TODO LO QUE VD SIEMPRE QUISO SABER SOBRE EL SEXO - o la muerte - BORIS GRUSEHNKO) abordadas con una mano ya maestra en el arte de narrar y conectar emocional e intelectualmente con un público tan aturdido por la explosión de talento como rendido a los piés de un artista multidisciplinar y único.

Nunca antes se habían integrado tantos temas cardinales sobre la existencia y las relaciones humanas con semejante fuerza conceptual, frescura, desparpajo y sentido del humor, haciendo un uso del mismo (las réplicas, chistes y puntillas que Allen llega a desembuchar por minuto resultan por momentos inabarcables) avasallador e imponente, sin dejar de lado el intimismo y la delicadeza más desarmantes. Un par de años más tarde el realizador alcanzaría el paroxismo estilístico con otra de sus grandes obras magnas; MANHATTAN, pero con ANNIE ya ha alcanzado la cima de su creatividad dialoguista, creando un burbujeante crisol de irreverente potencia emocional, de inagotables recursos narrativos y sobre todo un bálsamo de noventa minutos para el alma al que poder recurrir siempre que lo necesitemos. ANNIE HALL no solo es una de las mejores comedias de la historia del cine (quizás la mejor), es además una obra maestra cinematográfica y un desenfadado manual existencial sobre la vida y las personas que aguanta impertérrito el paso del tiempo. Absolutamente imprescindible su visionado periódico.

domingo, 3 de julio de 2011

Cómic: Vida y Muerte del Capitán Marvel

Hoy comentario/crítica/reseña de VIDA Y MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL. La editorial Panini lleva tiempo recuperando grandes clásicos marvelitas. Si bien ya he reconocido con anterioridad mi gran desconocimiento en este campo, también he confesado mi pasión absoluta por el autor responsable de la obra aquí comentada.

VIDA Y MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL 
de Jim Starlin y Mike Friedrich: ***3/4

Vivir y morir en el cómic, en especial lo segundo dentro del universo Marvel en particular es a día de hoy una hazaña denostada y más estrategia de marketing que otra cosa. La figura del superhéroe y sus señas de identidad más identificables han ido alterándose y buscando nuevas formas de exploración en manos de nombres inquietos y arriesgados como Alan Moore y su recientemente comentada SUPREME, que buscaba profundizar en la dimensión icónica del mito o en el caso de Jim Starlin y su CAPITÁN MARVEL, la dimensión cósmica, humana y mortal del mismo. Un punto de vista que lejos de ser novedoso en concepto, si que lo fue en su forma de abordar la cualidad dramática del hecho de la muerte de un personaje a priori superpoderoso. Más todavía teniendo en cuenta el modo escogido por el artista para finalizar la existencia del personaje, acercándolo a su recién perdido padre por el cáncer (y sugiriendo un sinfín de segundas lecturas en cuanto a paralelismos y conexiones emocionales), transformando de este modo un ya de por sí importante capítulo final en todo un acto de exorcismo personal y purga existencial. Así pues Starlin hizo vivir sus mejores aventuras al Capitán Marvel y también se encargó de darle la mejor muerte posible.

En sus manos y durante la VIDA DEL CAPITÁN MARVEL (***1/4) incluida - toda la guionizada y/o dibujada por el creador de DREADSTAR - en este nuevo y flamante tomo de Panini, las tramas arrojadizas e irreflexivas del superhéroe pronto encuentran su camino hacia las debilidades y obsesiones cósmicas heredadas de Kirby, introduciendo dentro de la saga del guerrero Kree a su personaje estrella, Thanos el titán loco - crucial en el devenir de la serie -, así como a los hermanos Sangre o el desarrollo de conceptos como la metamorfosis del protagonista hacia un estado superior de "conciencia cósmica". También habrá episodios previos en los que reflexionar sobre la muerte (el dramático final de un enemigo de Marvel provocará un significativo cambio moral en su forma de entender la lucha y el combate) normalmente anónima de los contrincantes del personaje central. Hecho ya de por sí atrevido, pues en las sagas serializadas eliminar de modo permanente un caracter supone quedarse sin la posibilidad de volver a usarlo más adelante en nuevas aventuras. Progresiva y sutilmente Starlin enriquecerá la serie apelando a una dimensión aventurera colosal donde el protagonismo coral se alternará con la digresión de elementos típicos de la figura super-heroica como el uso del alter ego (alojado en la zona negativa), que acabará casi por desaparecer frente a las posibilidades que el artista encuentra en la interacción conjunta y los contrastes de personalidad entre Marvel y Rick Jones funcionando al unísono en el mismo plano.

Se conseguirá de este modo revitalizar una saga clónica y harto extinta, reconvirtiéndola en un nuevo tipo de aventura de caracter multidisciplinar sin por ello olvidar los habituales parámetros del género (cliffhanger de infarto, sorpresas en el devenir de los episodios, apariciones estelares, etc...) hasta alcanzar con ella el ambicioso objetivo de implicar a casi todo el universo Marvel en las aventuras del Capitán, lo cual serviría a la postre para hacer más sentida y dramática su desaparición. De este modo llegado el momento de eliminar al personaje de la Casa de las Ideas, no podía ser otro que el autor de sus mejores momentos el responsable de escribir su último capítulo. LA MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL (****1/4) supone la quintaesencia de la emoción en el tebeo de superhéroes, no solo por la evidente fuerza trágica de la situación, sino por lograr en su último tercio uno de los finales más épicos y gloriosos jamás concedidos a un personaje superheroico. Tras una recopilación autobiográfica de logros y errores, el Capitán acaba postrado en una cama, débil, moribundo, avejentado, recibiendo en su lecho a toda la ristra de amigos y enemigos que por su vida se han cruzado, realizando un recorrido vital emotivo y por momentos algo lacrimógeno, donde veremos la negación, el dolor, el miedo y la aceptación en los rostros de los mismos a lo largo de una concatenación de escenas poderosamente humanas y naturales.

Con una puesta en escena directa, doliente y sincera asistiremos a una de las despedidas más nobles y realistas ilustrada en viñetas. Pero Starlin se guarda su mejor as en la manga para la recta final. Comatoso y ya en un limbo entre mundos, el protagonista vivirá su más grandiosa aventura frente a su sempiterno archienemigo Thanos con la Muerte como espectadora de lujo. Dificil resulta describir con palabras la sensación de épica incontenible que son capaces de destilar las últimas páginas de esta obra, convirtiendo a un héroe a punto de caer en leyenda gracias al hecho de haberse enfrentado como hombre a la muerte, aceptándola como parte ineludible de la vida. LA MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL es sin duda uno de los tebeos de tipos en pijama más emocionantes que un servidor haya leído nunca.

Pero como compilación de historietas integradas dentro de un gran batiburrillo de series y cross-overs continuos, este tomo denota la falta de homogeneidad que a la larga cualquier serie de este tipo sufre pese al esfuerzo por mantener su propia continuidad. El dibujo será el primero en dejar entrever la primeriza mano de Starlin a los lápices en algunos capítulos, así como la infantil resolución de diversas situaciones en otros, o la alternancia de dibujante y guionista que subrayan la ocasionalmente débil puesta en escena secuencial de diferentes momentos. Si añadimos a esto la apabullante madurez creativa del autor en el episodio conclusivo, la sensación de falta de consistencia en el conjunto hacen bascular el tomo hacia cierta irregularidad (por esto la diferencia de notas entre VIDA DEL CAPITÁN MARVEL - que oscilaría entre la nota máxima de sus mejores capítulos con ***1/4 - con LA MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL y su merecido ****1/4), resuelta eso sí con una consistente asimilación de peso específico en el desarrollo de las historias, progresivamente más sólidas y coherentes, lo cual denota el adueñamiento de Jim Starlin de todos los parámetros de la saga hasta convertirla en una auténtica primera espada.

Pequeños detalles aparte, el formidable volumen editado por Panini viene a resultar imprescindible, no tanto - para el no aficionado marvelita - por lo que supone como punto de inflexión dentro del tebeo superheroico y de la propia compañía (amén de lo que debiera ser matar un personaje con dignidad y no meterlo en la despensa temporalmente para resucitarlo a la vuelta de la esquina), sino por el hecho de permitirle a un creador ejemplar el modelar y transfigurar los elementos prototípicos de un género hasta redefirnirlos y hacerlos parecer nuevos, más cercanos y emocionantes. Una obra soberbia que no debería faltar en la colección de ningún aficionado al cómic.

sábado, 2 de julio de 2011

BSO: Pascal Gaigne (III)

La aportación musical del autor de GORDOS a la cinematografía de Gracia Querejeta resulta cuando menos refrescante, dados los pasos previos siempre de la mano de Ángel Illarramendi. Mientras éste aportaba emotividad y liberación final en función de una asociación temática directa, Gaigne explora con éxito el acompañamiento sonoro desde su vena creativa cercana al minimalismo.

SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS de Pascal Gaigne: ***

Para esta cinta el compositor de origen galo echa mano de su particular estilo escribiendo una partitura sencilla, algo esquemática en su propuesta temaria, pero plenamente satisfactoria en desarrollo y cualidades melódicas, algo a lo que nos tiene acostumbrados. Para ambientar y acompañar el drama de la protagonista de la cinta en su viaje de redescubrimiento paterno póstumo y la propia reconstrucción vital en la que se embarca a raíz del mismo, el autor opta por construir cuatro temas destacados que funcionarán como pilares emocionales en la narración. La predominancia del piano se hace notar de forma casi continua durante toda la partitura, resultando ser el eje sobre el que se apoyan todas las emociones importantes de la película. El primero de esos temas será el que de título al film “Siete mesas de billar francés”, que abre el disco de forma estupenda, asociando directamente su sonoridad y estructura a la melodía principal de LE COU DE LA GIRAFE (deudora de su "L´Enfant Debout"). La pieza en sí resulta tan agradable como poco sorprendente dentro de la carrera de Gaigne, una suerte de vals para piano y cuerda que aúna melancolía con ribetes cómicos y que llegará a aparecer hasta tres veces en distintas versiones posteriores. Más interesante, aunque igualmente predecible en formas resulta el segundo tema “Avanti”, un animoso scherzo del que también encontraremos diversas variaciones a lo largo del score y que puede recordar a un vivaracho Elmer Bernstein en su mejor época.

El drama se aborda con una líneas menos predecibles, en cuya profundidad se atisba la mezcolanza de los sentimientos más hirientes que se abordan durante la trama. Los cortes “Reflexiones” y “Casi silencio” resultan ser estos ejercicios de contención, destacando en ellos la conmovedora cuerda que acompaña al primero y el piano durante el segundo. Al igual que los iniciales temas más deudores de la rítmica, los momentos pausados también experimentan varias apariciones e incluso se intercalan con aquellos como se puede apreciar en la segunda parte de “Casi silencio”. Del conjunto que configura este cuarteto temático tan solo se escapa una pieza autónoma, que destaca dentro del mismo por su carácter opuesto; la pista “Xi-Xi” que desgrana un momento diegético pulcramente escrito y ejecutado que ambienta una escena en un restaurante oriental, con la consiguiente sonoridad étnica que le corresponde. La conclusión final de “Umbral” –pieza que cierra la selección de música original que apenas alcanza los 35 minutos– aglutina varios de los temas importantes dando cuerpo a una conclusión lógica para una partitura sobria, elegante y que incluso sin elementos especialmente destacables, consigue en la brevedad de sus planteamientos convencer por completo en su recorrido dramático, hermoso, sentido y directo.

Puedes leer la reseña original y completa en Scoremagacine.

viernes, 1 de julio de 2011

BSO: Pascal Gaigne (II)

Hoy nueva recuperación de reseña pretérita acortada para la ocasión. Un trabajo dramático e intimista que se cuenta entre los más sentidos y bellos del autor de procedencia gala.

EL OTRO BARRIO de Pascal Gaigne: ***1/2

La banda sonora se abre con “Preludio” un pasaje hipnótico para violín solista, un fragmento de concepción, como es habitual en el autor, minimalista, circular y obsesiva, no carente de cierta belleza desgarradora. La base temática de la partitura se centrará a partir de aquí en dicho tema (apelando en su estructura y sonoridad agónica al pathos aparentemente irremediable del destino), y un segundo que hará su aparición en "Del barrio al cielo”, una melodía triste y afligida que se inicia a piano pero que se desarrolla posteriormente con viento y florituras en la cuerda que retoman el pasaje inicial, deslizándose con sutilidad hacia un impresionismo cercano al virtuosismo de Alberto Iglesias, pero sin perder el rumbo dentro de la orquestación y estilismo propios del compositor.

En “Gloria” encontramos un doliente nuevo tema para cello y piano, donde la capacidad emotiva del responsable de PIEDRAS queda demostrada con creces al desgranar una melodía sentida y de poso romántico. Variaciones sobre el tema central como “Recuerdos” o “Anibal”, momentos introspectivos, pausados y de tintes psicológicos como “Fortuna” o “Sueño Ramón”, e incluso pistas más intensas como la inquietante “Ulls Tancat” o el dramático “Querida amiga”, van dando cuerpo a la obra mientras breves instantes de misterio como “Sala lectura” o “Luna” se van introduciendo en el discurso apelando al desasosiego con brillantez y los elementos más precisos.

Como los dos temas mas importantes se fusionan, se aproximan y se interrelacionan, nos da la clave para la aproximación emocional que el abogado va sintiendo por el joven al tiempo que se redescubre a si mismo, algo que “La caja de fotos” desvela con ejemplar elegancia mientras la partitura se acerca a su conclusión con la sobrecogedora segunda parte del “Ulls Tancat” y “Final”, revisitación del tema inicial que abre y cierra la banda sonora con ese sentimiento descorazonador de liberación no alcanzada, de espiral e historia circular inconclusa, en la que los sentimientos no cicatrizan, pese a que si lo hagan aparentemente las vidas de las personas para poder seguir adelante. Un trabajo excelente.

Puedes leer la reseña original completa en Scoremagacine.
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