lunes, 31 de octubre de 2011

Cómic: Todo Barrio

Hoy reseña/comentario/crítica de TODO BARRIO de Carlos Giménez. Una vez más ha sido Random la encargada de recopilar en uno de sus reconocibles "tomos" integrales la serie BARRIO de uno de los grandes del tebeo nacional. Una vez más su lectura ratifica el grado de genio y talento del artista.

TODO BARRIO de Carlos Giménez: ****

Ya comenté en su momento las virtudes de su primer volumen, ampliando y manteniendose la sensación de dicha lectura a lo largo de los cuatro números aquí incluidos, que suponen el total de la colección firmada por el español. Temáticamente se mantiene y continúa la revisión autobiográfica de la infancia expuesta en PARACUELLOS, aportando además el siguiente paso en el proceso de madurez de "Pablito", atisbando la adolescencia en los zapatos de sus hermanos mayores y los amiguetes del barrio de Lavapiés al que irá a vivir tras salir del Auxilio Social, así como en sus propias experiencias tanto laborales como vitales. Como no podía ser de otro modo esta obra rezuma humanidad, cariño, dolor, amor y rabia a partes iguales, pero se aleja ligeramente de la dureza de MALOS TIEMPOS y conecta con el humor de LOS PROFESIONALES, quedando a medio camino de esta última y la citada PARACUELLOS.

La naturalidad y personalidad del trazo de Giménez se intensifica en las ilustraciones de los habitantes y elementos del barrio, destacando el episodio "Una mañana de Domingo" como uno de los recorridos visuales más exquisitos jamás plasmados en viñetas por la cotidianeidad de la vida en la calle dentro de la capital en los años 50. Igualmente las planchas dedicadas a escenas costumbristas diseminadas a lo largo de los ábumes 2 y 3, como las tituladas "La hora de comer", "La cruz de Mayo", "El alquiler de tebeos" o los cuasi-documentos antropológicos que representan "A diez el trago; El pipero" y "El voceador de periódicos; El colillero", justifican por si solos la solidez y valía de un trabajo de calidad incontestable.

Pero además, esa conmovedora ternura que caracteriza a Giménez aparecerá rayando en la perfección narrativa en episodios como "La primera comida en casa" o "Mama", al tiempo que le permite mostrar situaciones delirantemente cómicas tanto como otras desgarradoras y crueles, así como las más delicadas y sutiles, pasando de unas a otras con una fluidez pasmosa. No existe registro emocional al que el autor no parezca llegar con invisible facilidad, sumando con el conjunto de BARRIO un trabajo extraordinario que es además un auténtico documento social y la crónica serializada de una época abordada desde el entretenimiento inteligente e impecable. Casi nada.

La edición de Random altera, como se apunta al comienzo, el formato y el montaje de las viñetas para encajarlas en un tomo de idénticas características al mencionado MALOS TIEMPOS con un precio imbatible. Pero no modifica el tamaño de las mismas, por lo que la recomendación de esta versión -de nuevo- irá dirigida a los bolsillos ahorradores, mientras que los más puristas disponen de los cuatro tomos editados previamente por separado de modo magnífico en tapa dura por Glenat.

sábado, 29 de octubre de 2011

BSO: Lisa Gerrard (II)

Continuo con el repaso a los trabajos cinematográficos de la artista australiana recuperando la reseña dedicada a su colaboración con el compositor Jeff Rona (autor de una memorable banda sonora olvidada; WHITE SQUALL) para un documental antropológico.

A THOUSAND ROADS de Lisa Gerrard y Jeff Rona: ***

Conocidos de su paso por la Factoría Zimmer, Gerrard y Rona elaboran una creación más cercana al new age del que ambos proceden que a la composición tradicional para cine. Su lugar está muy claro desde la primera aparición de música en las imágenes; llanto y al mismo tiempo llamada de esperanza del pueblo indio para con la pérdida de su tierra y cultura. Dado que el film se ambienta en el presente, se antojarán por lo tanto acertada la integración de elementos modernos y electrónicos en la obra. Conjugando pues los elementos recurrentes con los que delimitar el marco de la creación (percusiones tribales, cantos étnicos, flautas solistas, etc..) junto a la poderosa voz de Gerrard, la partitura se articula en función de una visión musical melancólica y preciosista que se abre con "Good Morning Indian Country", donde la voz de la cantante unida a la colaboración de Carlos Nakai (toda una institución dentro de la música étnica) en la flauta y unas lánguidas e intensas cuerdas nos introducen en un mundo sonoro etéreo, distante, pero tremendamente hermoso en el que, no obstante, no todo resulta igual de convincente.

Las percusiones de "Rowing Warriors" y los elementos electrónicos (pese al soberbio acompañamiento vocal) de "Canyon of Manhattan" resultan poco interesantes tanto por su efectismo como por su tópica construcción y sonoridad. Estos errores se enmiendan enseguida y esa maravillosa atmósfera irreal, casi mágica que la banda sonora anuncia en su primer tema se recupera con la voz y teclados fusionados con maestría en "Coming to Barrow" que además consigue el ambiente indio con gran sencillez en su segunda parte. "All Your Relatives" nuevamente incide en la cuerda y los teclados acompasados por percusión rítmica, pero aportando un elemento misterioso en su desarrollo. Uno de los momentos más poéticos del score llegará en el tema "Dawn Across The Snow" donde de nuevo la voz de Gerrard se muestra ahora mística, así como en el siguiente corte, el breve y maravilloso "The Northern Lights", una esperanzadora continuación.

Asimismo el tema "Johnny in the Dark" se inicia prácticamente sacado de WHALE RIDER dando paso a pasajes quizás menos intensos, pero igualmente efectivos en el desarrollo de elementos étnicos como "Walk in Beauty´s Way" (voz solista), "A Healer´s Life" (flautas), "Who Are We to Say" (guitarra de la mano del invitado especial y viejo conocido Heitor Pereira). Para completar la partitura, en el tema que da titulo al film, "A Thousand Roads”, aparece de nuevo el tema inicial acompañado de coros a modo de canto tradicional y su desarrollo en este corte libera toda la fuerza amerindia contenida anteriormente en los dos siguientes y últimos temas originales del disco, "End Titles" (con la voz de la cantante culminando su aparición más sosegante y delicada) y una versión vocal masculina de "Who Are We to Say".

Puedes leer la reseña completa en Scoremagacine.

jueves, 27 de octubre de 2011

BSO: Lisa Gerrard (I)

Hoy toca recuperación de mi banda sonora favorita compuesta por Lisa Gerrard. Cantante de voz agónica y fascinante, conoció la popularidad con GLADIATOR (versionando una canción previa de su disco "Spiritchaser"), pese a que ya había saboreado el éxito en las esferas del New Age gracias a DEAD CAN DANCE.

WHALE RIDER de Lisa Gerrard: ***3/4

Lisa Gerrard nunca se ha prodigado demasiado en el trabajo para cine en solitario, quizás por la dificultad de adaptar su música a las necesidades narrativas de un film convencional, dado que ella no es una compositora de cine o quizás porque su arte es requerido tan solo para las ocasiones en las que su particular estilo contiene el mensaje o sentimiento que las historias y escenas requieren en concreto, ya sea para el esteticismo de los hermanos Scott o el sentimiento épico-dramático de Michael Mann. En cualquier caso aquí nos ofrece la que probablemente sea su obra más interesante, rica, personal y ambiciosa creada para el lenguaje fílmico, ahondando en la creación de una sonoridad electrónica y etérea equiparable al sonido del océano o al canto de las ballenas, una composición que si bien no carece de elementos orquestales, si se vuelca en el trabajo sintetizado y mezclado con intervenciones vocales solistas, suyas o de coros tribales, que ofrecen toda la dimensión étnica necesaria así como el sentimiento de soledad e intimismo requerido.

Opta por sumergirnos desde el principio con las olas lejanas de un mundo submarino hipnótico y subyugane en el corte “Paikea Legend”, para desde ahí arrastrarnos a sinuosos pasajes de percusión hipnótica como “Rejection” o uno de esos maravillosos momentos de poesía musical que rara vez encontramos en la música de cine actual con “Biking Home”, un bellísimo tema que bien merece por si solo la adquisición de esta obra. La progresión hacia el dramatismo se deja notar a la mitad de la partitura con teclados solitarios y preciosistas que desarrollan un tema lánguido y ensoñador en “Suitcase”, así como voces solistas delicadas, íntimas e insondables como ecos desde el fondo del mar en “Reiputa”. Los pasajes más oscuros y amenazadores se ilustran con unos sintetizadores lúgubres, de sonoridad opaca, pero de cierta belleza trágica en el corte “Disappointed”, seguidos del maravilloso “Pai´s theme”, corte melancólico, triste y ensoñador como una lenta caída hacia la oscuridad del océano. Gerrard introduce entonces su fascinante voz en el fantasmagórico pasaje “Paikea´s Whale” y en el preciosista tema central desarrollado en “Empty water”. Los cantos corales y voces mahoríes se introducen de forma emocionante en “Waka in the Sky” y con profunda épica y poesía en la conclusión “Go Forward”, de emotiva resolución.

Puedes leer la reseña original en Scoremagacine.

martes, 25 de octubre de 2011

Cómic: Shade Volumen 9

Y comienza el descenso de calidad. Así de un plumazo, al que hay que ponerle matices y salvedades, se puede tildar la estupenda revisión del personaje a partir de ahora, evidenciándose desde este número en adelante que lo mejor de SHADE ya ha pasado.

SHADE VOLUMEN 9 de Milligan, Bachalo, Dillon y Gross: ***1/2

Cuando digo descenso de calidad este ha de entenderse como la falta de chispa y genialidad precedente en la concatenación de ideas a cada cual más esperpéntica o delirante, que no obstante el guionista conseguía hilar con éxito y sorpresa continua frente a un alucinado lector apabullado por las referencias, crítica, reflexión y exploración de conceptos como la sempiterna identidad, los recuerdos o el propio lenguaje narrativo del cómic. En este número Milligan reinicia la saga alargando la mano hacia un cliché recurrente en cuanto a posibilidades para con la reencarnación del protagonista, pero poco inspirado en relación a la ristra de locuras expuestas con similares intenciones con anterioridad. Partiendo de esta idea todo lo venidero sabe ya a menos y peor cocinado, pese a que el devenir de los personajes no se apee en ningún momento de la acción adictiva o las situaciones complejas progresivamente más tétricas y malsanas. Pero es en la reiteración de clichés ya manejados por el guionista (otro asesino en serie hace aparición en el futuro "Hotel Shade") donde la trama pierde fuerza y originalidad de planteamientos. No obstante el aplomo narrativo de Milligan se sostiene gracias a su saber hacer y el más que correcto trabajo alternado de Glyn Dillon y Peter Gross, que junto a la continuidad que Bachalo ofrece a la serie se consigue que la homogeneidad del nuevo ciclo comenzado posea la suficiente fuerza y entidad -seguiremos encontrando muy buenas ideas tanto visuales como narrativas a lo largo del volumen- como para mantener alto el interés en la serie.

lunes, 24 de octubre de 2011

Cómic: Shade Volumen 8

El breve arco pendiente de resolución abierto en el número previo se resuelve aquí en una línea detectivesca clásica, dando paso a un episodio autoconclusivo fantástico (en todos los sentidos) y una nueva aventura de referencias literarias de peso.

SHADE VOLUMEN 8 de Milligan, Doran y Eagleson: ***3/4

Quizás por lo liviano que resultan las tramas a corto plazo dentro de una serie tan ambiciosa y poliédrica, quizás porque el guionista parece bajar el ritmo imparable de creatividad expuesto hasta el momento, este número acusa cierta falta de homogeniedad y peso específico con respecto a números anteriores sin que por ello el nivel de calidad se resienta demasiado. Primero se finiquita la trama previa con un tono melancólico y trágico muy apropiado para dar paso a un ejercicio de maestría narrativa en cuanto a diseño de guión y exploración de las obsesiones sobre la identidad de Milligan con "Otra Vida", historia que por sí sola justifica la lectura del volumen y cuyo dibujo a cargo de Duncan Eagleson resulta un acierto de exclusividad pictórica. Tras ella, Doran vuelve a ilustrar -esta vez su elección resulta más discutible- un doble capítulo con Hemingway y Joyce, nada menos, como co-protagonistas de la trama, dándose rienda suelta a las referencias literarias pertinentes y ofreciendo la conclusión definitiva del ciclo existencial anterior de Shade. Pese al mínimo desliz de homogeneidad, la serie continua a un nivel excelente.

domingo, 23 de octubre de 2011

Cómic: Shade Volumen 7

La saga continua en este volumen con el cierre del arco argumental de "La Carretera", para acto seguido introducir un interludio con la perspectiva de Lenny a toda la trama leída hasta el momento y darle después un autentico bandazo a la serie.

SHADE VOLUMEN 7 de Milligan, Bachalo y Doran: ****

La conclusión de dicho segmento deviene en algunas de las ideas más delirantes e imaginativas contempladas en todo el nuevo devenir del personaje, arrojándolo a una situación tan asombrosa e irreverente como inesperada al colocarle en medio de una nueva locura narrativa que se sostiene con un andamiaje que roza el absurdo, pero que curiosamente mantiene una extraña coherencia dentro de toda la trama vista hasta el momento. De este modo lo imposible acontece como plausible dentro de las desventuras de Shade, al que tras revisarse su historia desde el punto de vista de Lenny se le otorga una nueva identidad que traerá consigo problemas atrasados que el personaje se verá impelido a resolver para dar asentamiento a su nueva existencia. Milligan subvierte cualquier atisbo de correción o estancamiento empujando la saga a golpe de inspiración, mientras que Bachalo mantiene su excelente pulso en el dibujo culminando con "El Fin de la Carretera" una de sus mejores aportaciones opresivas y pesadillescas. Además se hace de la aparición como artista invitada de Collen Doran un ejemplo de acierto meta-narrativo. La saga continua en lo más alto sin signos de fatiga.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cómic: Horizontes Lejanos

Hoy reseña/comentario/crítica de HORIZONTES LEJANOS de Santiago Valenzuela, volumen primero de la saga LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN TORREZNO. 

HORIZONTES LEJANOS de Santiago Valenzuela: ****

Resulta delicioso descubrir de forma tardía sagas de la más diversa índole cuando su extraordinaria calidad genera tanto estímulo y sorpresa con su consumo -pese a ser crónicas de un éxito anunciado- ya que uno sabe al cerrar su primer capítulo que el placer no ha hecho sino comenzar. El disfrute es, aparte de esa confirmación de un predestinado acierto, mayor si cabe cuando el producto entronca de lleno con alguna de las debilidades del consumidor y ha permanecido en el saco de los valores inéditos desconocidos, en este caso para con el lector, que la obra atesoraba como regalo final a su abordaje definitivo. Ese valor es Madrid. Elementos de un Madrid castizo, de la calle, de Malasaña y Chamberí, que lejos de jugar en contra del trabajo por su localismo a priori insalvable, se transforma en uno de sus puntales de originalidad, un valor añadido que aporta no solo todo el trasunto de una epopeya imposible unida con nexos alucinógenos a una realidad conocidad y palpable, sino que hace de dichos elementos reales el pilar maestro sobre el que colocar las piezas de un puzzle delirante y genial que queda afianzado por sus pinceladas de barrio con una solidez incontestable. Asistiremos, por ejemplo, a la búsqueda de un bar que aligere la carga de un mal día en toda regla con tanta naturalidad como complicidad junto al Capitán Torrezno en una tierra tan hiperbólica y loca como familiar y cercana, al tiempo que en paralelo contemplaremos una situación homóloga en los laterales de Gran Vía, conectando personajes, ideas y situaciones con toda esa potencia conceptual e inteligencia desatada que solo los grandes son capaces de generar.

Santiago Valenzuela se descubre como un creador tocado por la gracia comiquera, tanto en su vertiente narrativa como en su voz crítica, cuya mordacidad y cinismo a prueba de bombas presentan aquí el primer gran segmento (de seis) en las desventuras y entuertos a los que va a llevar a Torrezno, anunciando ya con HORIZONTES LEJANOS una portentosa reflexión sobre la religión, el estado, los sistemas de gobierno, el control de las masas y los bares de taxistas de Legazpi. De Ponent edita con buen acabado en rústica el blanco y negro español más divertido, original y adictivo que he leído en mucho tiempo. Obligatorio.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cómic: Los Hijos del Deseo

Hoy reseña/crítica/comentario de LOS HIJOS DEL DESEO. El cómic galo continua sirviéndonos agradables muestrarios de saber hacer en sus autores (autora en este caso) noveles. Hoy comentario de un relato de transculturalidad y huellas del pasado fijadas en el presente.

LOS HIJOS DEL DESEO de Gabrielle Piquet: ***

Relato agradablemente ilustrado en blanco y negro sencillo y sentido, donde la autora expone el devenir vital de un protagonista marcado por la ausencia paterna en una ciudad francesa donde años atrás se focalizase el interés de la población y su desarrollo económico y social en una base militar americana. El ejército yankee toma tras la Segunda Guerra Mundial por toda Europa puntos de anclaje para generar tanto una defensa del posible avanze del comunismo, como para empujar el desarrollo en zonas claves asoladas por los efectos del conflicto. Piquet habla del choque y asimilación cultural al tiempo que emplea la atracción entre soldados y mujeres (francesas en este caso) para reflexionar sobre las lagunas emocionales en toda una generación madurada a la sombra de una América clonada en pequeñas dosis en suelo extranjero. Basile, el protagonista, sentirá sobremanera esta pasión y fascinación a costa del silencio materno o la exaltación de una simpática abuela, dueña de los mejores momentos cómicos de un trabajo que asimila con naturalidad y sutileza el drama, el humor, la cotidianeidad de las decisiones importantes, o los problemas de identidad.

La joven autora compone un trabajo correcta y convincentemente narrado en el que desliza además el germen de la creación artística como valvula de escape y motor de la realización personal frente a los huecos sentimentales generados por toda una vida discurrida en función de un elemento cardinal tan poderoso y atractivo como finalmente inexistente. Edición estupenda en rústica por Sins Entido para completar el buen sabor de boca.

martes, 11 de octubre de 2011

Tv: Treme Temporada 2

No es HBO, es David Simon. Así debería rezar la cabecera de cualquier producto en el que participe el periodista, escritor, guionista y productor responsable de la cumbre televisiva del siglo XXI THE WIRE. Al igual que su primera vuelta, la vida en Nueva Orleans de los personajes de TREME vuelve a conseguir unos resultados extraordinarios.

TREME TEMPORADA 2 de David Simon y Eric Overmyer: ****

Debo destacar una sutil diferencia de grado entre el segmento previo y este segundo, imperceptible en el noteo ya que se compensan los elementos que enseguida paso a glosar para dejar la obra al nivel que merece, que no es sino la excelencia. Pero me ha parecido que el visionado completo y con perspectiva de los episodios ahora comentados dejaba una sensación inconclusa, de ambiguo cierre emocional para con muchos de los personajes y tramas, que a su vez no tiene porque suponer un demérito en el devenir de la serie ya que se abraza a la evidente puerta abierta de un siguiente capítulo. De este modo, la simetría de su temporada inicial, donde se reconfiguraba en su último episodio todo lo visto con una secuencia magistral, se ve contrastada en esta segunda ronda -de once entregas, una más que la anterior- con un montaje musical más en la línea de los cierres de la mencionada THE WIRE que sugiere, al igual que en aquella, las intenciones de sus creadores en cuanto a la creación de "libros" que compongan un gran fresco literario-audio-visual (¡toma ya!) con el que definir la vida al completo en Nueva Orleans como ya hicieron entonces con Baltimore.

Al poseer la confianza de la continuidad se perdonan con facilidad los pequeños deslices argumentales que quedan desdibujados dentro de un conjunto robusto e imponente, como son el recorrido del nuevo personaje Nelson Hidalgo (más que correcto Jon Seda), un zorro especulador que llega a la ciudad con una mínima relación familiar como nexo de unión con uno de los personajes conocidos, para agarrar todo el dinero público que pueda, sirviendo al tiempo para mostrar una vez más los pocos escrúpulos de la clase política, incluso en caracteres a priori más positivos. Igualmente el caso de investigación que centrará las pesquisas de la siempre soberbia Melissa Leo parece declinar en interés y profundidad emocional frente a la búsqueda previa del hermano de Khandi Alexander -que vuelve a bordar su temperamental personaje- y al conato romántico atajado por la insobornable solidez moral de un colosal David Morse, poniendo en tela de juicio durante el camino los métodos de cierto grupo de miembros de la policía de la ciudad. Pero aunque la crítica y el caracter contestatario de Simon planee por buena parte del entramado social que la trama plasma con sobriedad y contundencia, son la esperanza y la lucha de una comunidad por levantarse una y otra vez lo que define la luminosidad, carisma y cariño que genera esta serie.

El ritmo se mantiene lento, permitiendo a cada pequeña situación y conflicto desarrollarse en función a su propio tempo, reconfigurándose de modo orgánico el día a día de cada personaje, lo que transmite una realidad física y palpable absolutamente arrebatadora. Querer saber más del quehacer cotidiano de gente real, humana y casi palpable puede parecer, dicho de este modo, un contrasentido en un medio expresivo como es el audiovisual televisivo dado al exceso de la ficción comercial, al sobresalto de los anuncios, al impacto de las noticias tremendistas o el sensacionalismo barato que se esgrime en las mismas. TREME es otra cosa. Y además está la música, inundándolo todo de modo casi continuo, como una voz que aglutina y sintetiza -tal y como ejemplifica la última frase dicha por Steve Zahn en la temporada- el dolor, el pesar, la alegría y el amor de todos los personajes, de toda una ciudad y una forma de entender la vida. Ya solo por la música merecería para los melómanos seguir la serie, pero además esta trasciende por momentos a documento antropológico en el retrato de festividades como el Mardi Grass cajún de Lucia Micarelli en "Carnival Time" o el traslado generacional de Wendell Pierce (que vuelve a construir un genial Antoine Batiste) por la pasión musical durante "Do Watcha Wanna". Lo dicho, TREME es otra cosa. Es una maravilla.

domingo, 9 de octubre de 2011

Cómic: Los Muertos Vivientes 14

La saga zombie plasmada en viñetas más famosa de la actualidad vió aparecer nuevo número. Por supuesto el interés se mantiene, pero parece entreverse algo de reiteración de patrones como en el número previo. Con todo la lectura se disfruta con creces.

LOS MUERTOS VIVIENTES 14 de Kirkman y Adlard: ***1/2

La posición  conseguida por Rick dentro del refugio al que ha logrado llegar con su grupo de supervivientes comienza a pasar factura para con el poblado, que ven como las directrices de los que sustentaban el orden en dicho lugar dejan de tener validez cuando el más feroz de los ataques de los muertos puede hacer quebrarse todo atisbo de estabilidad en su seno. De este modo Kirkman subvierte una vez más el devenir de la trama anunciando una tragedia que se resuelve con durísimas consecuencias para el protagonista, pero que al tiempo abre una línea de fractura en el pesimismo y negrura imperante para dejar allanado el camino hacia vertientes quizás menos espectaculares de las que se le podrían demandar a una serie que lleva años sorprendiendo, pero quizás más interesantes para continuar con nuevas posibilidades en la introspección psicológica de los personajes y el análisis de su interacción durante una plausible reconstrucción de la sociedad. El trazo de Adlard no aporta nada nuevo, limitándose a mantener la continuidad con esa fluida y dinámica puesta en escena suya que tanto favorece la ávida lectura de un cómic que, pese a las muestras de reiteración y cansancio que apunta en diversos momentos aun resulta convincente en sus propuestas más directas. Una serie entretenidísima que sigue en buena forma.

viernes, 7 de octubre de 2011

Cómic: Berlin Ciudad de Piedras

Planeado como una trilogía, el recorrido comiquero de Jason Lutes por la caída de la República de Weimar y ascenso del nazismo en el Berlín de entre guerras, supone uno de los frescos históricos más detallistas e interesantes del tebeo contemporáneo.

BERLIN VOLUMEN I, CIUDAD DE PIEDRAS de Jason Lutes: ***1/2

No obstante que la propuesta sea fascinante para los amantes de una de las épocas -y lugares- cruciales de la historia del siglo XX no supone exclusión alguna para los aficionados al tebeo más exigentes, que se sentirán igualmente atrapados por su lectura. Esta desgrana un rico y complejo tapiz que se despliega a lo largo de más de 200 páginas con la presentación y preparación de los numerosos protagonistas de una trama coral en un escenario fascinante y volátil, donde el choque de ideales, culturas y personas eclosionará en el alzamiento de Hitler y la consecuente guerra por todos conocida. Lutes maneja un tempo lento, contemplativo, donde la acción solo viene refrendada por la más necesaria de las repercusiones al comportamiento de sus personajes. De este modo la existencia de los mismos se nos presenta con una cotidianeidad y ausencia de dramatismo admirables, capturando algo tan dificil y arriesgado en cómic como es el paso del tiempo con una maestría al alcance de muy pocos.

Como contrapeso a este devenir pausado pero al mismo tiempo inexorable, casi una llamada trágica del destino que aguarda a todos los habitantes que pululan por la ciudad, Lutes esgrime una línea clara de dibujo más cercana al clasicismo naturalista europeo que al nihilismo underground americano, resultando un trabajo gráfico ejemplar, cuya meticulosidad en el retrato de los detalles históricos es la mejor muestra de la dedicación exhaustiva de su autor a la hora de plasmar con un realismo quirúrjico el devenir de una ciudad (y nación) entera en su hora más crítica. Quizás esta parsimonia detallista pase algo de factura al ritmo global, pero si entendemos este primer volumen como el acto de apertura de una gran obra de extensión tres veces mayor al propio tomo, las intenciones de este segmento no dejan dudas sobre su enorme logro como narración autónoma así como del monumental fresco que aquí comienza. La edición en magnífica tapa dura por parte de Astiberri completa la sensación de cuidado y elegancia en una obra altamente recomendable.

martes, 4 de octubre de 2011

Cómic: La mano del diablo

Hoy reseña/crítica/comentario de LA MANO DEL DIABLO de un autor que se estrena en el formato de larga duración. En mi humilde opinión no consigue pasar de lo interesante.

LA MANO DEL DIABLO de Brais Rodríguez: **

Este trabajo posee como principal contra para el que suscribe (a otros les parecerá un pro) su asumida condición de nacer y configurarse con la etiqueta de "novela gráfica" como estandarte enarbolado en alto que justifica el asalto al relato extenso. De este modo se hace acopio de todos los tics y señas de identidad de la misma en su vertiente más gafapastosa y afectada (doliente tono dramático y social, asepsia narrativa, ilustración en blanco y negro desnuda y esquemática, etc...) como ya he señalado en otras ocasiones más o menos similares. Pero donde otros hacen caso omiso de dicha flaqueza para centrarse en las posibilidades narrativas o autobiográficas de las tramas expuestas, aquí el autor se centra en el manido horror de la guerra como núcleo de sugerencias y reflexión con el que darle peso específico a un relato que se nota estirado y unido secuencialmente con algo de morosidad.

La propuesta es aparentemente sincera y pese a usar herramientas funcionales para presentar su historia, Brais Rodríguez no consigue salir de unas encorsetadas líneas de trabajo que le pesan demasiado como para oxigenar con algo de personalidad o frescura el trabajo. También he de reconocer que su dibujo rígido, de nula caracterización individualizada y carente de emoción o sentimiento alguno (quizás era parte del objetivo, pero conmigo no se ha convertido en algo válido) apenas me ha ayudado a empatizar con la obra. Otro añadido negativo es un elevado precio en relación a su cantidad/calidad, por parte de una Astiberri que cuaja una edición poco más que discreta. Lo dicho al principio, interesante y poco más.
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