martes, 14 de septiembre de 2010

Concierto: Ciclo OCNE

El pasado sábado 11 de Septiembre se celebró por la tarde en el AUDITORIO NACIONAL el primer concierto del Ciclo OCNE dedicado a la música de cine. En concreto un repertorio clásico de base, aliñado con un par de trabajos nacionales contemporáneos.

Primer Concierto Ciclo OCNE: ****

El arranque del ciclo que Josep Pons y la Orquesta y Coro Nacionales de España van a dedicar a la música de cine en el Auditorio Nacional no pudo ser más satisfactorio. Con el cine clásico como punto de partida, la selección, aun algo heterogénea, supo a mucho y muy bueno, incluyendo dentro de su peculiar selección un arranque costumbrista y festivo para ambas partes, sendos platos fuertes centrales y cierre patrio de calidad y espectáculo a partes iguales para su primera y segunda mitad respectivamente. AMARCORD, sonó maravillosamente, como la obra maestra ensoñadora y mágica que es, demostrando una vez más por qué su autor, Nino Rota fue uno de los más grandes genios y melodistas que trabajó para la gran pantalla.

Otro clásico indiscutible, aunque de mayor calado cinematográfico que músical, CASABLANCA de Max Steiner, fue acreedor de una interpretación pulcra y llamativa, de la famosa suite de Charles Gerdhart. Una partitura que pasado su pletórico inicio de tintes arábigos y los conatos de acción, pasa por ser uno de los trabajos más sobrevalorados y formulistas del compositor, bañado en melodías ajenas (desde la Marsellesa hasta la archiconocida canción "As time goes by") y soluciones facilonas, que no obstante en esta versión para concierto luce como nunca.

El triplete dedicado a Bernard Herrmann, fue de menos a más, iniciándose con una correcta pero descafeinada versión de la suite de PSICOSIS, donde se dejó patente hasta que punto el tempo de una partitura la define y la convierte para la sala de concierto en motivo de deleite o en mero ejercicio testimonial. VERTIGO elevó la media hasta el notable alto, con su mítica "Escene D´Amour" plena de sentimiento y con unas cuerdas arrebatadoras, alcanzándose en su legendario climax la altura de la mejor de sus regrabaciones. Aunque el éxtasis llegó con el tema central de CON LA MUERTE EN LOS TALONES, mejorando en todo cualquier versión anterior escuchada en directo. El perfecto paroxismo de la ejecución (con la complejidad inherente para percusión y metales que esta obra contempla) dejó sin aliento al público asistente conocedor de la obra. Soberbio.

VOLVER de Alberto Iglesias cerró la primera parte. Una suite extraordinaria y atipicamente extensa, muestra palpable del singular talento del - posiblemente - mejor compositor español contemporáneo. Un acierto el dedicarle la conclusión de la primera mitad con tan buena mano como mostró Pons en todo momento.

La segunda parte arrancó con una ligera pieza de PLÁCIDO de Miguel Asins Arbó, muy en la línea, precisamente, del Rota felliniano. Hermosa y bien ejecutada. La brevedad de esta tenía su aquel, pues tras ella vendría el plato fuerte del concierto, el DRACULA de Wojciech Kilar, en una apoteósica suite que aglutinaba algunos de sus pasajes más importantes, desde el bellísimo tema de amor, pasando por el contundente tema de los cazadores de vampiros, hasta culminar con la versión más impactante oída por el que suscribe de la tormenta, con unos coros salvajes e incontenibles. Absolutamente impresionante.

ALATRISTE de Roque Baños (asistente y receptor de los aplausos finales del respetable) cerró la terna, con una espectacular y algo inflada versión de su suite de concierto, que ya escuchásemos en Úbeda hace unos años, solo que en una ejecución absolutamente deslumbrante que "tapaba" las carencias del trabajo, más volcado en la corrección y los fuegos de artificio, que en el auténtico virtuosismo compositivo. Con todo, Roque se ganó la avalancha de aplausos acumulados con su buen hacer público, pese a que fuera un Pons magnífico y una orquesta imponente y capaz de matizar durante casi dos horas un auténtico tour de force, los que merecieron la ovación más rotunda.

Con un acertado bis premonitorio de LA AMENAZA FANTASMA de John Williams, se puso la guinda del pastel y se anunció para este sábado 18 el que puede ser un concierto Galáctico. Será dificil que se alcance el grado de calidad de esta inicial remesa (más que nada por contar con nada menos que cinco de las mejores bandas sonoras de la historia del cine; evidentemente las de Rota, Herrmann y Kilar), pero el espectáculo y el buen hacer de los responsables está, oído lo oído, asegurado.

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