David Keith Lynch ha fallecido a los 78 años, dejando un legado audiovisual irrepetible y único. Creó un universo propio y un estilo inconfundible, con algunos trabajos (como "Carretera Perdida") que perdurarán como obras maestras del séptimo arte.
DAVID LYNCH (1946-2025)
Se hizo público durante 2024 que Lynch padecía de un enfisema pulmonar causado por décadas de consumo de tabaco, algo que ni siquiera le impidió seguir fumando, pero que continuaría trabajando. La noticia de su muerte no por esperada deja de ser menos dolorosa, ya que hablamos de uno de los cineastas más personales, complejos y fascinantes del cine moderno. Recibió un merecidísimo Oscar honorífico por toda su carrera en 2019.
Su último largometraje había sido "Inland Empire" (2006), un laberinto pesadillesco tan fascinante como críptico. Desde entonces solo había realizado cortos, como el memorable "What did Jack do?" (2017). Pero el grueso de su trabajo se produjo entre las décadas de los 80 y los 90. Con joyas humanistas de una sensibilidad extraordinaria como "El hombre elefante" (1980) o "Una historia verdadera" (1999).
Aunque sería su inextricable universo metafórico y conceptual lo que le otorgaría la inmortalidad audiovisual en películas como "Terciopelo Azúl" (1986), "Corazón Salvaje" (1990), "Carretera Perdida" (1997) y "Mulholland Drive" (2001). Pese a un inicio personal arrollador con "Cabeza Borradora" (1977), y el éxito de "El hombre elefante" (fue nominado a los oscar por la dirección y la adaptación del guión, y lograría la nominación como mejor director dos veces más), tropezó maravillosamente con el cine comercial una única vez en su siempre reivindicable "Dune" (1984). No volvió a pisar un gran estudio excepto como actor, como su última aparición atestigua interpretando al mismísimo John Ford en "Los Fabelmans" (2022) de Steven Spielberg.
Pero si hay un título con el que logró fama mundial Lynch, ese sin duda es "Twin Peaks" (1990), la serie de televisión creada junto a (el siempre olvidado) Mark Frost. Fenómeno cultural catódico como pocos en la era pre-internet, Lynch creó un mundo entero lleno de personajes memorables, misterios incognoscibles, música maravillosa (siempre junto a su inseparable Angelo Badalamenti), café y cigarrillos. La serie se extendió durante dos temporadas, a las que se sumó una película "Fuego camina conmigo" (1992) y un tardío y soberbio tercer ciclo, "Twin Peaks: The Return" (2017), que se puede considerar la cumbre de su estilo y personalidad, así como su canto del cisne.
Pero, por supuesto, de un genio iconoclasta no se puede delimitar un único camino artístico. Además de director audiovisual, David Lynch fue escritor, pintor, músico, actor, divulgador y ebanista. Estuvo casado en tres ocasiones, tuvo dos hijos y una hija, ganó el Oscar, la Palma de Oro en Cannes, la Palma de Oro en Venecia, la Legión de Honor en Francia, publicó cuatro discos y es el protagonista de un maravilloso documental sobre su obra llamado "David Lynch: The Art Life". Se ha ido un artista sin par. Descanse en paz.
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