sábado, 9 de julio de 2011

Cómic: Time Masters

Buscando en el baúl de los recuerdos, lo que para un aficionado comiquero viene a ser desembolsar grapas olvidadas en estanterías polvorientas, estoy recuperando varias series con desiguales encontronazos. Hoy el desencanto.

TIME MASTERS de Bob Wayne, Lewis Shiner y Art Thibert: *1/2

Cuando uno deja atrás ciertos vicios y malas costumbres, sano es enterrarlos pero no tirarlos a la basura del todo para más adelante y con perspectiva poder ejecutar extraños rituales de redescubrimiento y afianzamiento de la buena decisión tomada al purgar de nuestro organismo dichos elementos. En épocas pasadas el coleccionismo y las filias rocambolescas (viajes en el tiempo propiciados por una famosa saga cinematográfica, sonrisa aquí) empujan a la mente voluble a la adqusición de cualquier lectura mínimamente asociada a la temática en cuestión. Y si bien esto no tendría porque llevar a desilusión forzosa per se, una vez releída esta serie en concreto la sensación es paupérrima. De simpática añoranza, pero de muy pobres resultados artísticamente hablando. Rip Hunter (personaje creado por Jack Miller en 1959) está a punto de descubrir una tercera manera de viajar en el tiempo y con ello de intentar detener el control que sobre la historia ha ido manteniendo y mantiene en la sombra Vandal Savage. Rip recluta un equipo tras un ataque del villano en el que muere un colaborador, jurando vengarle y parar al susodicho. En sucesivos retrocesos de miembros del equipo (un viaje por número a épocas cada vez más distantes) se va mostrando una conspiración ancestral de los "Illuminatti" - sic - dirigidos por Savage. Y así hasta la pre-historia donde finalmente se resuelve (típica y tópicamente) la aventura.

La puesta a punto del personaje recién estrenados los años noventa en el guión de Wayne y Shiner resulta lineal y predecible, la acción reiterativa e impostada, repleta de supuestos cliffhangers que en lugar de tensión acumulan tedio y recursos mil veces vistos (persecuciones en coche, muertes anunciadas, apariciones estelares de personajes famosos, etc...) y para rematar la faena, el dibujo de Thibert es flojísimo, a veces más cercano al boceto sin perspectiva ni proporción, que solo se salva por su mínima coherencia narrativa, cosa por otro lado nada complicada dada la historia que narra. En definitivas cuentas, una saga de ocho números publicada en 1990 por DC que resulta a día de hoy por completo prescindible y que puede quedarse a vivir tranquilamente en el sueño de los justos ya que apenas ofrece el mínimo entretenimiento esperable de cualquier producto de consumo. Muy poca cosa.

2 comentarios:

  1. A pesar de que puea parecer poca cosa y solo resulte entretenida, es una serie bastante curiosa, sobre todo a día de hoy, pues los acontecimientos narrados en esta colección tienen ahora repercusiones en la actual serie de Booster Gold y en la actual Bruce Wayne Renace, lo cual la convierte en un clasico de culto

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  2. Bueno, como yo estoy desconectadísimo del presente pijamero de DC no puedo valorar las repercusiones de esta saga en el mundillo tebeístico, pero vuelta a releer entretiene lo justísimo y nada más. No obstante gracias por el apunte.

    Saludos en paralelo.

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