Hoy reseña/crítica/comentario de ALEC 2, LA MUSA MUERTA. Resulta casi innecesario comentar lo obligado de la lectura del segundo tomo de las peripecias vitales de Alec MacGarry, ahora convertido ya por acto de madurez en Eddie Campbell. Sobre todo si la lectura de su primera parte ha resultado tan cautivadora como ha sido en mi caso.
ALEC 2, LA MUSA MUERTA de Eddie Campbell: ****1/2
Si un aspecto destaca y deslumbra de esta obra faraónica que es ALEC por encima de sus innumerables logros, es su indiscutible homogeneidad, su impresionante coherencia interna a lo largo del tiempo. Durante más de veinte años el autor se define y exprime a sí mismo, a su entorno, su vida familiar, peripecias y amistades, viajes y descubrimientos con el mismo objetivo con el que abordó inicialmente su recorrido biográfico. Algunas soluciones gráficas de los libros incluidos en esta segunda recopilación, evidencian el grado que supone la experiencia, pero donde la frescura se sustituye por sabiduría, también cierto halo pesimista ensombrece la enérgica puesta en escena primigenia. De este modo asistimos a un catálogo evolutivo autoral sin precedentes, en el que el sentido último y el sentimiento que subyace en cada viñeta permanece indemne a cambios o vandazos del destino, pues en todo momento Campbell mantiene su promesa y lo hace sin dejar de ser honesto en ningún momento. La vida es cambio, pero el objetivo vital se mantiene.
En algún lugar se dice - con mucha gracia y acierto - que este volumen muestra a alguien que ha pasado de la cerveza al vino. Divertida síntesis de un sempiterno adorador (y creador) de Baco, cuyas aportaciones más sustanciosas para el aficionado sin duda surgen en "La musa muerta", libro que recorre el periplo laboral de Campbell en Australia, al tiempo que el mundo del tebeo a su alrededor se mueve con y sin el. Pero hay mucho más y variado en el resto de tomos, como "Litte Italy" que puede verse como un estudio antropológico cultural australiano salpicado de chispazos de humor made in Alec, así como reflexiones y miedos como los que afloran durante "La danza de la muerte vital". Aunque quizás el más importante sea "Después del Narigudo" por la incesante cantidad de ideas, guiños y acumulación de experiencias que nos propone. Sea como fuere el acercamiento temporal al presente que supone "Los años tienen pantalones" funciona como coda perfecta de reinvención y reinterpretación de todo lo visto, un lúcido análisis existencial y artístico que tendrá su epílogo en EL DESTINO DEL ARTISTA.
Al igual que COMO SER ARTISTA, este volumen se encarama a las cimas de la calidad narrativa comiquera contemporánea. Un tebeo que nadie debería pasar por alto. No dejen de leer la magnífica reseña de este trabajo realizada en Entrecomics.
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