miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tv: Justified Temporada 1

Tras leer varias recomendaciones positivas e investigar un poco sobre su interesante premisa en cuanto a lo colindante de su temática con el western, finalmente puedo decir alto y claro lo muy disfrutables que me han resultado las primeras las aventuras de Rylan Givens.

JUSTIFIED TEMPORADA 1 de G. Yost y E. Leonard: ***1/2

Permitanme divagar un poco que la cosa viene a cuento. Lo primero, Rylan Givens. Un nombre de esos que se te quedan a la primera, una sonoridad que empuja a repetirla en voz alta (como Max Power, ya saben...) y un personaje forjado a base de golpes en un yunke de moralidad y justicia. Un arquetipo donde los haya que logra el milagro de sostenerse por su propia condición icónica sin caer en el exceso o la parodia, algo a lo que evidentemente ayuda la sobria y acertada caracterización de Timothy Olyphant. Pero lo mejor es que se trata de un protagonista con suficiente carisma en su lacónica presencia aparentemente unidimensional (mentira, claro) que el asistir a la sucesión de los problemas en los que se va mentiendo con creciente interés y mayor admiración, convierte a Rylan Givens en uno de esos tipos que de verdad te gustaría ser. Lograr esto tras tantas historias similares consumidas en mil y un formato es una auténtica proeza. Eso y un par de responsables de la talla de Elmore Leonard y Graham Yost para darle furia, dureza y brío a la creación, basada en una serie de relatos cortos del primero (no creo que necesite presentación) que se amplían con el buen hacer del segundo (guionista de SPEED, BROKEN ARROW, HARD RAIN y episodios de BAND OF BROTHERS y THE PACIFIC), estirando algo el segmento inicial tras el piloto, pero aportando eso sí pinceladas con las que definir a los personajes con inteligencia y sutileza.

Y otra bifurcación. JUSTIFIED es justo ese tipo de serie a medio camino entre la contundencia de BREAKING BAD y el trabajo resultón de FRINGE, pero que al finalizar su primer arco ha subido enteros a velocidad de vértigo. Un tipo de relato que arranca entretenido y con, aparentemente, pocas aspiraciones más que las de resultar simpático y bien construído, que poco a poco va creciendo hasta un punto de inflexión en que se le asoman por los costados las hechuras de algo mucho más magro de lo que pudiésemos haber adivinado al principio. Su arranque con ecos de duelo a lo O.K. Corral ("Te dije que te marcharas de la ciudad en 24 horas o te dispararía") se cierra circularmente con un asedio en la cabaña del bosque, dando buena cuenta de que estamos no solo ante el mejor western moderno trasvasado a tiempo presente, sino a una revisión fresca y renovada del mito fordiano del héroe crepuscular impelido a cumplir, pese a quien pese, su misión armado solo con su código moral y su pistola . Y eso para un amante confeso del género son palabras mayores.

Añadan el tinte negro brutal de Leonard, el humor irónico y cínico del mejor Shane Black en diálogos ácidos y ágiles cargados de sentencias impagables, secundarios bien perfilados y una trama que de su inicial y aparente simpliciad comienzan a salirle hilos e hilos que van tejiendo y complicando una historia adictiva y apasionante. No puedo adjudicarle mayor nota porque durante los primeros episodios se limita a proponer diversos casos autoconclusivos aportando poco más que buen humor y asentamiento de caracteres, lo cual difumina la potencia del conjunto, pero cuando el asunto arranca ya no hay quien lo pare. No se la pierdan, yo estoy deseando comenzar con la siguiente temporada.

martes, 29 de noviembre de 2011

BSO: John Powell IV (The Bourne Supremacy)

Hoy recupero comentario publicado previamente sobre la segunda aportación musical del inglés a la saga BOURNE, amplificando y mejorando notablemente las cualidades de su interesante pero algo apocado trabajo inaugural.

THE BOURNE SUPREMACY de John Powell: ***1/2

De intachable fusión audiovisual, pero de sonoridad árida, escasa implicación emocional y apenas profundizando en la asociación temática ni en las posibilidades que la musicalización narrativa le ofrecía, la partitura del primer film queda como botón de muestra de un Powell poco inspirado y superado por la necesidad de plasmar de la forma más aséptica posible una trama con más posibilidades de las exploradas. Ahora se corrigen todos los errores y carencias de aquélla amplificando con creces la expresividad de los temas ya compuestos entonces (en especial del motivo minimalista principal que acompañaba toda la aventura de forma casi continua), aportando mucha más creatividad, potencia y nuevas bases melódicas como queda expuesto en "To The Roof" o "Berlin Foot Chase", dos vibrantes pasajes de acción. El tono trágico de la historia se torna en emocionante con un bello, pero afligido tema de amor entre elegíaco y romántico en "Funeral Pyre", cuya conclusión en "Atonement" deja abiertas las puertas de la saga de forma esperanzadora. Asimismo el suspense es mucho más rítmico y propulsivo, con efectos electrónicos sorprendentes como los que se aprecian en "Nach Deutschland" o "Moscow Wind Up" y la acción es demoledora, cercana a un techno trepidante (quizás buscando por momentos la línea de mixtura electro-sinfónica de MATRIX) en el corte más adrenalínico de todo el disco "Bim Bam Smash".

Se trata pues, de una banda sonora de acción contemporánea modélica, con una fusión de elementos impecable, en los que se conjugan las posibilidades de la electrónica y la orquesta de forma excelente para con las imágenes, dejando no obstante para la edición discográfica (otra vez obra de una escueta -en esta ocasión- Varèse Sarabande, responsable del grueso de la discografía de Powell en CD) una audición no apta para oídos sensibles que esperen una aproximación convencional al género. Se incluye, como complemento comercial, la canción de Moby que ya aparecía en el primer film "Extreme Ways".

Puedes leer la reseña original en Scoremagacine.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

BSO: John Powell (III)

Para seguir subiendo enteros en la calidad musical de sus creaciones, hoy recupero otra breve reseña dedicada al compositor inglés escrita para ROSEBUD y que tampoco pudo ver la luz en su momento.

HORTON HEARS A WHO de John Powell: ****

Si bien la calidad de su música es incuestionable a todos los niveles, no es menos cierto que la presente producción en masa de cliché y formulismos provenientes de Hollywood puede resultar atrofiante para el oído medio y resultar contraproducente a la hora de apreciar con nitidez la auténtica grandeza sonora. El descacharrante éxtasis sinfónico sin coherencia ni progresión que el grueso de compositores contemporáneos propugnan no debe confundirse con la elegante y vivaracha sucesión de infinitos recursos que Powell nos ofrece en HORTON, una montaña rusa de inventiva y variedad temática enriquecida por una orquestación exultante y florida.

Aplicando las líneas maestras del género de animación que tan bien conoce, el compositor construye una de sus obras más ricas y coloristas, una plétora de melodías pegadizas y ritmos variados e incesantes con chispazos de puro genio como "Jungle of Nool", el trepidante de "Banana Wars", el divertimento anárquico de "Into Whoville/Breakfast with the Mayor" o el grandioso homenaje a Morricone en "Mountain Chase". Así uno tras otro, cada corte aporta ideas y progresión orgánica durante casi una hora hasta llegar a "Horton Suite", uno de los recorridos musicales más desenfrenados, emocionantes y elaborados de la banda sonora moderna para el cine de animación.

Una de las mejores partituras de su año y una creación que con el paso del tiempo se contará entre las más destacadas de John Powell y pese a que el que suscribe siempre ha sentido una confesa animadversión por los discos excesivos en duración y sin editar o montar de ninguna manera por parte de las discográficas (para una mejor apreciación de conceptos y desarrollo musical), en este caso la inclusión del gran volumen de minutaje con el que Varese nos premia, resulta un auténtico regalo dada la fastuosa variedad del producto. Un trabajo imprescindible para los amantes de la música de cine.

martes, 22 de noviembre de 2011

BSO: John Powell (II)

Continúo repaso a trabajos pretéritos del compositor inglés. Hoy la reseña escrita para la revista ROSEBUD del amigo Juan Angel Saiz que nunca llegó a publicarse y retomo pulida para la ocasión.

HANCOCK de John Powell: ***3/4

El autor sonoro de la saga BOURNE no deja de reinventarse sin parar en trabajos desbordantes de inventiva y elaboración, que en ocasiones como HANCOCK no consiguen sobrevivir en las imágenes todo lo coherentemente con lo que han sido planteadas por el músico. Para esta cinta simpática pero desubicada y fallida que intenta aprovechar el tirón de los superheroes, Powell derrocha fuerza y espectáculo electro-sinfónico en un score apabullante, ecléctico y entretenido. Arranca con un tema épico sincopado y espectacular en "Suv Chase", para dar paso a momentos cómicos como "Train Disaster" (con batería, sucedáneo de órgano hammond y guitarra acústica), "French Asshole" o "Indestructible". Por otro lado el hermoso tema central dedicado al protagonista (con reminiscencias a su excepcional trabajo para ENDURANCE) aparecerá fugazmente en "John, Meet Ray" y luego más extendido en "Superhero Comix" o "Standing Ovation", al tiempo que nos entrega un dulce y delicado tema de amor que se atisba en "The Trailer" (con hermosa voz solista) y se completa en "Mary Brings Meatballs".

En cualquier caso el punto fuerte de la partitura son sus pletóricos pasajes de acción, destacando el rítmico crescendo fanfárrico de "To War", el percusivo "I Really Hate That Word", o el extenso "Hollywood Blvd", un prodigioso carrusel de progresión polirrítmica con creciente intensidad aventurera, donde se dan cita la conga y el funky con la mejor acción musical contemporánea. No obstante lo mejor se reserva para el final con las dos últimas pistas del cd, "Death and Transfiguration" un corte dramático e intenso que se torna en el momento más épico del score por su emocionante resolución de halo legendario, y "The Moon and the Superhero", donde se desarrolla plenamente el tema principal para orquesta y pegadiza electrónica, alcanzando la grandeza heroica al fin conseguida por el protagonista. Un trabajo magnífico que pasó demasiado desapercibido y algo ninguneado, editado correctamente por Varese con adecuada duración y presentación. Para recuperar y audir numerosas veces dando en cada una de ellas buena cuenta del enorme talento de John Powell.

lunes, 21 de noviembre de 2011

BSO: John Powell (I)

Hoy comienzo repaso a reseñas atrasadas e inéditas dedicadas a varios trabajos del compositor John Powell, para el que suscribe uno de los escasos músicos que pululan por el mainstream hollywoodiense con la cabeza bien alta.

BOLT de John Powell: ***

Aplicando las líneas maestras del género de animación que tan bien conoce, el inglés construye una obra simpática y discreta que resulta ser un compendio de ideas powellianas para el género en su versión más estandarizada. Muy por debajo de HORTON y más cercana a su aportación para la correcta KUNG FU PANDA, el autor articula su creación alrededor de un amable y sencillo tema central, “Meet Bolt”, de filiación inconfundible. Asimismo extiende el sello de éste a momentos pretendidamente emotivos, pero que dado su excesivo convencionalismo acaban por ser los pasajes más triviales (“House on Wheels”, “Home at Last”), quizás precisamente por no ser el tema especialmente memorable.

No obstante, el grueso de la obra se afianza sobre la energética vigorosidad de sus pasajes de acción, fortalecidos por esa potente y continua electrónica que el autor tan bien sabe manejar. Muy en la línea de AGENT CODY BANKS (de evidentes similitudes temáticas), cortes como “Scooter Chase”, “A fast train” o “Saving Mittens” explotan el espectáculo heroico tan habitual y disfrutable del autor de PAYCHECK en sus cinéticas cuerdas, pegadizos ritmos y metales fanfárricos, con un noble y aventurero motivo de cuatro notas.

Mientras el inevitable tono de comedieta paródica con acercamiento al mickey-mousing se aborda de un modo previsible pero elegante, tanto con la cita a Gershwin en “New York”, como al vals bufo de “Meet Mittens”. Momentos como “The Rv Park”, más juguetones y vivarachos, enraizados en el virtuoso talento melódico del autor y su juego de fraseos contrapuntísticos con los solistas, enriquecen el conjunto de un score que avanza sin fricciones, respetando todas y cada una de las reglas de progresión en dramatismo e intensidad de un film infantil y sus codificadas características. Los instantes de sorpresa como “Sing-Along Rhino”, con divertida voz susurrante, son los menos frente a momentos grandilocuentes y sensibles más o menos formulistas como “Where were you on St. Rhino´s Day?”, “A Friend in Need” o “Las Vegas”.

Para acabar –como mandan los cánones– con fuegos artificiales, Powell concluye la partitura con “Rescuing Penny” y “Unbelievable Tv”, los dos cortes de acción más contundentes y emocionantes, que pese a su escasa duración refuerzan el concepto de equilibrado desarrollo temático y conceptual llevado a cabo por el músico. Precedido de dos olvidables canciones, el score editado por Disney resulta adecuadamente breve (poco más de media hora de partitura original), algo que unido a su rápida y fácil digestión, hace de este trabajo una pieza menor, aunque no por ello desechable.

Puedes leer la reseña original en Scoremagacine.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Tv: Breaking Bad Temporada 2

Las andanzas de Walter "Heisenberg" White y Jesse Pinkman continuan en esta segunda vuelta con inmediata continuidad respecto al final de la previa. Su nivel de calidad se mantiene e incluso se aupa una pizca, llegando al notable alto a partir de la mitad del ciclo.

BREAKING BAD TEMPORADA 2 de Vince Gilligan: ****

Hay series que son conscientes desde su primer fotograma y línea de diálogo de la grandeza que estan destinadas a conseguir, alcanzando al poco de su puesta en marcha la más alta cima del virtuosismo catódico; THE WIRE. Las hay que nacen por completo enclaustradas en una banda de Moebius, referenciales y reiterativas con el único objetivo de resultar dignos entretenimientos menores; FRINGE. Las hay directamente malas (aquí ahorro los ejemplos que existen a patadas) y también las hay que arrancan algo más temerosas de sí mismas pero que se van fortaleciendo por capítulo y temporada hasta erigirse en pilares maestros televisivos, como TREME, DEXTER o BREAKING BAD por lo que llevo visto de ella hasta la fecha. El tener anunciado el punto final con su quinta temporada asegura, además, un sistema de control adicional en forma de cuenta atrás que independientemente del éxito que el show acarree y sume año tras año, su creador Vince Gilligan ve como necesario para cerrar una trama compleja y atractiva una vez ha contado lo que quería contar. De este modo se le niega a la serie la posibilidad de deambular por delirantes estiramientos artificiales en su trama con el único objetivo de exprimir la audiciencia, cerrando un arco orgánico plurianual que se sostenga con la robustez que anuncia el segundo bloque de esta serie. A lo cual solo puedo decir bravo.

En cuanto a la serie en sí, mucho y muy bueno, comenzando con un portentoso Bryan Cranston que con cada intervención suya asistimos a una clase maestra sobre como componer un personaje con profundidad, energía, ternura y ambigüedad. Pero tampoco le anda a la zaga Aaron Paul, que desde su acertada creación de Jesse de la primera temporada ha gando enteros y comienza a vestir de tiros largos durante el último tercio de este ciclo, ofreciendo todo un derroche de talento en los últimos episodios. Lo mismo para secundarios tan carismáticos como Dean Norris (Hank) y Bob Odenkirk (Saul), que hará su arrolladora aparición en uno de los capítulos más desternillantes; "Better Call Saul". Aunque si hay que destacar un punto de fractura en la serie, este es el arranque de "Negro y Azul", donde una banda de mariachis a modo de coro griego anuncia el porvenir de Heisenberg. Es en esta delirante y genial secuencia/videoclip donde la serie cobra esa consciencia de sí misma, de su grandeza y posibilidades al jugar a la narración metalingüística metiendose de paso al espectador en el bolsillo.

El cierre de la temporada, una tragedia anunciada, puede parecer un truco tipo LOST para despistar con sorpresa final, pero en sí mismo supone una de las claves más crueles y despiadadas sobre el comentario moral que Gilligan sustenta en BREAKING BAD acerca de sus personajes y por lo tanto del ser humano; hagas lo que hagas, alguien saldrá siempre dañado, posiblemente los más inocentes. Una dura lección que a buen seguro no ha hecho sino comenzar. Indispensable.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cine: Tímidos Anónimos

La comedia francesa sigue en buena forma, este título ligero y amable de reciente estreno lo demuestra. Quizás peque de exceso de dulzura y previsibilidad en su devenir, pero compensa la falta de profundidad con una encantadora vis cómica de aires clásicos.

TÍMIDOS ANÓNIMOS de Jean-Pierre Améris: ***1/4

Dos híper emotivos compulsivos (una vez más la traducción va por su lado; LES ÉMOTIFS ANONYMES) se encuentran por azar. Su patológica incapacidad para relacionarse les empujará a una sucesión de escenas desopilantes en las que ambos, inconscientes de padecer el mismo problema, verán en el otro la solución a sus huidizas existencias. Un punto de partida divertido que podía haber dado mucho más de sí en cuanto a posibilidades dramáticas en caso de haber buceado con mayor profundidad en sus personalidades o en el origen de los traumas que las originan, pero que se ve sobradamente compensado con el trabajo de dos actores magníficos en estado de gracia capaces de sugerir matices casi inexistentes en el guión sobre sus caracteres, bordándolos en cuanto a sutileza y contención a la hora de plasmar inseguridad y timidez enfermiza. Tanto Benoît Poelvoorde como la encantadora Isabelle Carré (que corrobora una vez más porque las actrices francesas son las mejores y más guapas del mundo) componen unos protagonistas sólidos, capaces de sostener una fábula tan amable como tierna sobre el amor y las dificultades para expresarlo.

La dirección solvente de Améris encuentra algún escollo estilístico en el recuerdo de la referencial AMELIE sin dejarse ganar terreno en su puesta en escena clásica y elegante pese a algún ocasional abuso del empleo de canciones en su banda sonora o una resolución cantada que dibuja, no obstante, en el horizonte de su happy ending las brumas de la inquietud gracias a un diálogo previo del personaje de Carré tan contundente como realista que se obvia para facilitar la sonrisa conclusiva. Para amantes del chocolate fílmico de buen empaque e intenciones.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Cómic: Cielos Radiantes

Hoy reseña/comentario/crítica de CIELO RADIANTES. Cada nueva obra de Jiro Taniguchi llega a mis manos con expectación y la sensación de que siempre va a cumplir, oscilando el resultado entre bueno y muy bueno la mayor parte de las veces. En esta ocasión se queda en lo correcto.

CIELOS RADIANTES de Jiro Taniguchi: ***

Cierto es que no se pueden entregar trabajos soberbios continuamente, pero también es cierto que el talento del mangaka es más que suficiente como para aportar, además de su cautivador sello personal tanto en lo gráfico como en lo narrativo, unos mínimos emocionales en cada obra (de autoría propia o ajena) que convierten la lectura en un delicioso paseo por la cara más sensible de la naturaleza humana. En esta ocasión mezcla los tintes fantásticos de BARRIO LEJANO con la exploración del recuerdo selectivo de la memoria de EL ALMANAQUE DE MI PADRE, entregando un trabajo que se lee con agrado y ligereza, pero que sabe a producto ensamblado con retales de otras obras, careciendo del alcance y la profundidad de las mencionadas joyas en las que se inpira, acaso sus dos creaciones más brillantes. Tampoco acaba de resultar convincente el giro de comportamiento del adolescente (mucho más creible en su egoismo y actitud de rechazo en primera instancia) al acercarse la conclusión de la trama, algo forzado en mi opinión con el fin de dulcificar la situación. En cualquier caso Taniguchi consigue atrapar al lector con su puesta en escena fluida y absorvente, en la que destacan las visualizaciones del "más allá" o la hermosa secuencia conclusiva.

Una vez más Ponent Mon lanza una edición pulcra y elegante en tapa dura manteniendo el buen gusto para con uno de sus autores estrella. Una obra menor de Jiro Taniguchi que con todo satisfará a sus seguidores y puede servir como botón de muestra a desconocidos del japonés.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cómic: Nunca me has gustado

La revisión de un clásico moderno, como es la obra hoy comentada, puede llevar consigo al arrastre -por peso- de la opinión generalizada en cuanto a la valoración de la misma. Pero he de admitir que aun siendo un trabajo magnífico, no he encontrado aquí esa obra maestra anunciada.

NUNCA ME HAS GUSTADO de Chester Brown: ***3/4

Como suele pasar tantas veces, la buena prensa previa acaba pesando más de lo debido sobre el consumo de la obra en cuestión, negando en parte el disfrute anhelado y esperado, pero ofreciendo al tiempo la constancia de que la impresión propia no tiene porque coincidir obligatoriamente con la generalizada aun en casos que parecían predestinados a ello. Ya comenté en su momento la grata impresión que me había causado uno de los pilares maestros del tebeo autobiográfico americano; BINKY BROWN, cuya potencia conceptual acaba siendo un ejemplo residual de las fuentes a las que acude Brown tanto en este trabajo, como en el previo EL PLAYBOY. En ambas desgrana los sinsabores de la adolescencia desde el punto de vista de una personalidad estanca, lacónica e introvertida, que lucha (sin demasiado éxito) por comunicarse con los demás. En la sinceridad de su puesta en escena, fría, calculada y milimetricamente ausente de exaltación emocional alguna radica el éxito del trabajo, que se sostiene gracias a una soberbia narrativa secuencial, donde se evidencia el dominio de Brown en la composición de página, la elipsis, las viñetas únicas o la propia elección del tamaño y formato del cómic en blanco y negro.

Asímismo, su personificación inexprevisa y ausente refleja con acierto el compungido conflicto de salto generacional (que trae consigo las dudas sentimentales acerca de la amistad y el sexo) al que se ve expuesto a lo largo del periodo que narra, mediando un lirismo contenido (la secuencia del escondite en el prado) limítrofe al mutismo más exasperante. En esta frontera silente de inoperancia social, NUNCA ME HAS GUSTADO juega sus mejores bazas, haciendo de la narración expuesta un ejercicio de sutileza y contención, obligando con la frustración de su protagonista a retrotraer al lector a su propia experiencia juvenil en similares circunstancias. Pero más allá de estos -más que considerables- logros, lo que se nos cuenta resulta tan poco conclusivo y catártico como parece suponerle a Brown desde su gélida narración de relojería.

No me entiendan mal, es de alabar el esfuerzo que supone mediar entre el prisma deformante de la memoria sentimental frente a la facilidad del volcado lacrimógeno, pero con su lectura me ha transmitido más inquietudes y logros técnicos para con el tipo de historia contada que interés en la propia trama. Con todo un tebeo excelente que debe leerse con atención y detalle, al que solo puedo ponerle un pero destacable, su elevado precio en relación a su edición, estupenda por otro lado de la mano de Astiberri en rústica con solapas.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cómic: Billy Bat Volumen 4

Hoy reseña/comentario/crítica de BILLY BAT 4. La serie continúa por los vericuetos anunciados durante el segundo volumen, en los que los acontecimientos más dramáticos de la historia de la humanidad eran revisados con la intervención del misterioso murciélago. En este número, el magnicidio de Dallas.

BILLY BAT VOLUMEN 4 de Naoki Urasawa: ***1/2

Y con uno de los hitos dramáticos americanos del siglo XX, el autor juega de nuevo a la conexión de ideas y a la narración metalingüística, aprovechando una de las grandes conspiraciones modernas como eje referencial para con el manga que el protagonista se ve forzado a escribir, al tiempo que utiliza las referencias previas del lector aplicado y multidisciplinar (J.F.K. de Oliver Stone en lo referente a la muerte de Kennedy o CONSPIRACIÓN DE SILENCIO de John Sturges respecto a la trama en el pueblo del oeste) y el conocimiento popular de nombres tan famosos como Lee Harvey Oswald, convertido en secundario de lujo a lo largo de este número. Pero además, la cultura yankee se ve representada en un tapiz inicialmente esquemático al que se le irán introduciendo esas pequeñas líneas de fractura marca de la casa (los duros vaqueros llorando al recordar una escena de la obra de Yamagata) que tanto enriquecen las tramas de largo recorrido que cultiva Urasawa. Una lectura adictiva y en continua renovación que ofrece exactamente lo que promete; entretenimiento de primera.

martes, 8 de noviembre de 2011

Cómic: Billy Bat Volumen 3

Hoy reseña/comentario/crítica de BILLY BAT 3. La nueva trama conspiranoica de Urasawa continúa y se intensifica a lo largo de este número en sus devaneos históricos, al presenciar a lo largo de 224 páginas un paréntesis temático ambientado en el Japón feudal.

BILLY BAT VOLUMEN 3 de Naoki Urasawa: ***1/2

Tamaña disgresión puede verse como otra vuelta de tuerca más dentro de las maneras habituales del autor o como el claro aviso de que el enrevesamamiento de la propuesta alcanzará proporciones cósmicas imposibles de resolver satisfactoriamente como se dejaba entrever en el número previo. No obstante, tanta es la capacidad narrativa de Urasawa y tan adictiva la lectura de sus trabajos que la experiencia que transmite permite hacernos olvidar cualquier atisbo de duda mientras el producto se consume; lo que cuenta -definitivamente- es el viaje. Y el que el japonés nos lanza resulta irresistible, incluyendo en este tercer número una aventura ninja plagada de acción y ambigüas disyuntivas morales para el protagonista de las mismas que verá como "el murciélago malo" le avisa de los desastres venideros en caso de no acatar sus deseos. Justo en medio se cuela -de modo inteligente- un interludio para no perderle la pista al personaje inicial y se finaliza con un giro de esos que fuerzan la continuación con una sonrisa en los labios. Pese a la sensación de alargamiento artificial, el disfrute está asegurado.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Cómic: Plexiglas

Hoy reseña/crítica/comentario de PLEXIGLAS. Un tebeo al que le tenía ganas y atraso, deuda pendiente con el surrealismo de Jali que se salda con la confirmación de las buenas intenciones (y resultado) del autor.

PLEXIGLAS de Jali: ***

En su momento leí en algún sitio que Jali era la alternativa soft de Luís Durán. Y a fé mía que el comentario era todo un acierto. Con tal comparativa lo tuve en mente y llegada la lectura de su obra más cercana (tan solo le conozco otra de oídas), puedo corroborar que la forma y fondo del responsable de PLEXIGLAS responden a las directrices que tan escueta información ofrece. Su trama a medio camino entre la narración juvenil del viaje iniciático y la poesía de lo cotidiano configura un tebeo ágil, divertido y bien construído que abusa por momentos de una narrativa en exceso didáctica, donde la ausencia de elipsis y puntos aparte convierten la trama en un camino tan bien delimitado como predecible pese a la hermosura del recorrido. Con todo, la puesta en escena y el imaginario visual (pese a sus referencias neo-góticas burtonianas) expuesto arropan con gracia los vaivenes de un tímido protagonista sin nombre -ningún personaje lo tiene- que a fuerza de miradas y silencios cómplices acaba ganándose nuestra simpatía.

El único pero realmente destacable, que no tiene por qué empañar la agradable sensación que deja su lectura, es el exceso de subrayado metafórico. Terreno frente al que Jali pierde a todas luces en la batalla comparativa (en caso de haberla) con Durán, cuya potencia simbólica y personalísimo universo artístico viajan en una categoría muy superior. Con todo, un tipo de creación que siempre se ve con buenos ojos por este blog, a la que su adecuada edición en rústica en blanco y negro por parte de Astiberri completa con elegancia.
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