Tv: Breaking Bad Temporada 1

Es una gozada descubrir una serie tan buena como esta cuando ya lleva varias temporadas en emisión. No solo confirma que la buena prensa era acertada, sino que proporciona la satisfacción de poder devorarla sin freno hasta ponerse al día con ella.

BREAKING BAD TEMPORADA 1 de Vince Gilligan: ***3/4

Walter descubre que tiene cáncer de pulmón inoperable. Es casi un genio de la química, pero ha dejado que su vida le arrastre a el, en lugar de conducirla hacia algún sitio más acorde con su talento. No obstante quiere a su familia tanto como para decidir por intervención del azar y un cuñado policia, que puede hacer una buena cantidad de dinero fabricando metanfetaminas. De hecho sus conocimientos le llevarán a "cocinar" el producto de mejor calidad jamás visto en la zona. Los enredos en los que se verá envuelto a raíz de su decisión de asociarse con un antiguo alumno del instituo donde imparte clases -bastante bala perdida e inconsciente a priori- para la distribución de la droga y la situación personal a la que debe enfrentarse en su hogar con una mujer algo controladora y un hijo con parálisis cerebral, suponen el núcleo temático de esta breve (tan solo siete soberbios capítulos) temporada inicial.

Como muchas de las mejores series americanas contemporáneas, la temática central es la disgresión de la familia convencional, de formas más reales y orgánicas de núcleos familiares atados por lazos más interesantes y provocativos que las adocenadas propuestas de antaño; ahí están LOS SOPRANO, A DOS METROS BAJO TIERRRA, CALIFORNICATION, DEXTER o WEEDS con la que la creación de Gilligan guarda ciertos paralelismos, como ejemplos meridianos de esta nueva variante dramática. Pero si por algo resulta atractiva la serie es por el devenir de la trama, por el tiempo -aparentemente lento- que se toma para desarrollar las situaciones, enfatizando la sensación de auténtico embrollo y la facilidad del todo factible con la que se les van complicando las cosas a los protagonistas, dibujados con trazos sutiles, con psicología e inteligencia. Es evidente que a esto ayuda sobremanera la concienzuda escritura de sus guiones, obra de su creador, así como el acierto de un casting creible y ajustado, encabezado por un poderoso Bryan Cranston, auténtico pilar maestro del show.

El talento descomunal de este actor convierte la evolución del personaje y por ende de la serie en un muestrario de actitud vital con la que iremos encariñandonos y admirando sucesivamente más al protagonista, al tiempo que sufriendo por ello, puesto que ya sabemos desde el comienzo de la misma que todo va a ser la crónica de un mal rollo anunciado. Pero como todas las buenas historias contadas con honestidad y las cartas sobre la mesa, uno está deseando ver que pasa a continuación. A no perderse.