viernes, 31 de diciembre de 2010

Cómic: El Martín Pescador

Hoy reseña/crítica/comentario de EL MARTÍN PESCADOR. La última entrada del año quiero dedicarla al cómic en general, y a Luis Durán en particular. Por ser el autor protagonista en cuestión uno de mis demiurgos favoritos dentro de la disciplina, y el tebeo uno de esos mundos en paralelo al que tanto (necesaria y agradecidamente) he acudido durante este capítulo 2010.

EL MARTIN PESCADOR de Luis Durán: ****

La fabulación sin límites, la escisión entre realidad e ilusión, el abismo entre los recuerdos y las invenciones recordadas asumen el protagonismo absoluto de un relato cuya finalidad última parece querer acercarse a algo tan intangible, tan indefinible e inevitable en el recorrido vital del ser humano como es la identidad. Un concepto que atormenta a Durán, capaz de sugerir infinitas posibilidades, abrir multitud de puertas y cimentar montones de preguntas, a las que el arriesgado lector de sus creaciones deberá aproximarse con la mayor de las cautelas si no quiere perderse para siempre dentro de su imaginario desbordante, onírico y genial. Seguirle no es tarea fácil, vaya este aviso por delante, pues su ritmo narrativo cadencioso, pausado y plagado de elipsis y espacios en blanco ha de servir para asimilar con propiedad sus ideas, el paso del tiempo y la evolución e introspección emocional de sus caracteres. Pero si se consigue evitar la inmediatez inherente que se suele demandar a cualquier narración y se adapta nuestro tempo al de Durán, entonces el lector se encontrará a los albores de una experiencia incomparable.

De nuevo el pasado parece comerse las posibilidades de un presente cíclico y anclado para los personajes de una historia extraña y poliédrica, donde un pueblo sumergido bajo un pantano ejerce de poderosa imagen visual para el detonante de los recuerdos que Martín, el escritor protagonista, recupera con dobles intenciones, consiguiendo con un encargo alcanzar una parte olvidada (y adornada por exclusión selectiva de recuerdos) de sí mismo. Un recorrido exigente y de exposición paralela complicada pero absorbente, que consigue transmutar al lector en protagonista gracias a la reflexión forzada a la que Durán nos conduce con una facilidad magistral para la sugerencia y la estimulación sensorial. De este modo nuestras propias memorias aflorarán en un juego interno finalmente abierto pero subyugante en el que se atisban las posibilidades de la felicidad flotando sobre la superficie del agua.

Una obra extraordinaria e hipnótica, cargada de metáforas bellísimas y dobles lecturas, que recomiendo rabiosamente a cualquier distraído turista accidental en el mundo del cómic, al tiempo que impongo a Luis Durán como autor referencial y asignatura pendiente para amantes del noveno arte que todavía no le conozcan. Creación obligada que ahora mismo se encuentra de saldo en la reticente a desaparecer Crisis Cómics. Un paseo por las calles de Malasaña en Madrid y la adquisición de este tebeo son dos de los mejores regalos que pueden hacerse para comenzar un nuevo año con esperanza.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Cine: Balada triste de trompeta

Tras una moderada decepción y reposo del visionado, paso a desgranar los diversos aspectos más interesantes de la última cinta de Alex de la Iglesia, tan entretenida e impactante visualmente como fallida en su cómputo global.

BALADA TRISTE DE TROMPETA de Alex de la Iglesia: **1/2

Creo que es un mal endémico el que acosa a los directores de marcada personalidad, aquellos acreedores de un estilismo y universo propio tan reconocible y exitoso que acaba - con el paso del tiempo - fagocitando sus propios logros. Una pescadilla que se muerde la cola de modo sangrante en los nombres más destacados de la cinematografía nacional contemporánea de éxito como Almodovar, Medem o la insoportable pedantería de Coixet. Cada uno tiene sus filias y sus fobias al respecto de estos "autores", evidentemente y Alex no escapa a ellas. Yo me declaro fan irredento de sus hiperbólicas creaciones, pues veo en él al cronista desmedido del español cañí, al despellejador del "homo-ibericus" moderno y al mismo tiempo al reinventor de géneros tan universales como el terror o la sci-fi adaptados con maestría al gamberro localismo español.

Joyas como LA COMUNIDAD, EL DÍA DE LA BESTIA o especialmente mi favorita CRIMEN FERPECTO pasan por ser - para el que suscribe - ya clásicos del cine patrio. Pero cuando un director escribe sus historias y las ideas no cuajan, puede alcanzarse sin darse uno cuenta el exceso de la autocomplacencia. BALADA TRISTE es justo eso; un Frankenstein cinéfilo autoreferencial, cargado de citas, guiños, cortas y pegas. Una cinta magnética, entretenidísima, espectacularmente rodada y fotografiada, con dos actores centrales en estado de gracia y una sorprendente (a la par que despampanante) Carolina Bang como germen de las tronchantes desgracias venideras de la pareja de payasos protagonistas. Pero pese a sus muchas virtudes, el guión sigue siendo la piedra angular de toda narración audivisual convencional y BALADA no deja de serlo en ningún momento, pues no consigue profundizar en muchos de los elementos que apunta pero apenas desarrolla, quedando al final coja en gran parte de sus aspiraciones.

Tras un arranque pletórico (Segura disfrazado de payaso machete en mano podría convertirse en imagen icónica del cine español) y unos títulos de crédito apabullantes, la historia pronto se desliza hacia lo convencional de una relación de amor/odio a tres bandas presentada dentro del mundo circense (apenas aprovechado pese al empleo en el mismo de la camarilla habitual de Alex; Manuel Tallafé, Terele Pavez, Enrique Villén, etc..) de los años 70, a los albores del final del franquismo. Pero, pese a que el planteamiento metafórico es sútil y malsano (Bang sería España, Areces - payaso triste - sería el bando perdedor y De la Torre - payaso tonto - el fascista), el tono caricaturesto resulta de brocha gorda, las secuencias estrambóticas se suceden apenas sin coherencia ni nexos justificables, tan solo atadas por el exceso de personalidad no justificada de sus protagonistas, ambos soberbios eso sí. Un Carlos Areces espléndido, que aprovecha los momentos cómicos de forma rutilante, pero que también es capaz de componer dolientes matices dramáticos (impresionante su plano final detenido en la furgoneta) y un Antonio De La Torre que ratifica mi opinión sobre su inmenso talento; uno de los mejores actores españoles actuales, un torrente de versatilidad y naturalidad, capaz de infinitos registros, de la ternura más conmovedora a la violencia más feroz.

Los personajes actuan movidos, empujados brutalmente por su propia idiosincrasia, sin deterse a pensar un momento, sin tener muy claro por qué son tan "ellos mismos" que no pueden evitar intentar matarse mutuamente (con muchos ecos a MUERTOS DE RISA y evidente reflexión sobre la guerra civil) con la excusa femenina de por medio. Simplemente arremeten contra todo lo que se les pone por delante. Un planteamiento excesivo y arbitrario que acaba por pasar factura al poso dramático de la trama y a la propia continuidad fílmica de la película, lastrada por la irremediable sensación de exceso y de búsqueda de un - apropiado pero desmadrado - circense tour de force final en la Cruz de los Caídos, calcado de la persecución final de LA COMUNIDAD.

Una cinta muy recomendable para seguidores del autor, con muchos elementos interesantes, actores fantásticos y sobre todo rodada con una potencia visual impresionante, pero quedando sus posibilidades a medio camino de todos los lugares que podía haber alcanzado.

sábado, 25 de diciembre de 2010

BSO: Eloise

En época navideña de descanso y asueto, recupero (para no dejar estancado del todo el blog- disculpen por ello) banda sonora con los tintes temporales adecuados.

ELOISE de Bruce Broughton: ***

La composición para ambas cintas basadas en las novelas de Kay Thompson, de gran calado literario infantil, ELOISE AT THE PLAZA y ELOISE AT CHRISTMASTIME, corresponden a una escritura elegante, ligera y desenfadada que sigue los postulados de toda la vida en términos de comedia infantil de enredo y buenos sentimientos en la que Broughton es todo un maestro. De hecho y debido precisamente a esta experiencia en el ámbito en el que las composiciones se mueven, las partituras pueden sonar especialmente familiares o en muchos casos similares a otros trabajos previos del compositor, como las dos partes del film de perritos "Homeward Bound" y el ambiente de "For Love or Money" para el primer film y sus obras para "All I Want for Christmas" o "Miracle on 34th Street" para el segundo.

Broughton recurre por lo tanto a un terreno que no sólo conoce bien por su experiencia previa sino también por el dominio en el mismo de los recursos expresivos, tanto en el aprovechamiento de las secciones de la orquesta, como en la recatada creación de su base temática. Baste citar el empleo del saxo para servir de voz situacional de la pequeña protagonista en el hotel donde se van a desarrollar sus travesuras y que aparece en el corte que abre el primer disco "Main Title; the Plaza". Aquí se desarrolla el tema central seguido de una estupenda variación con evidente inclinación hacia el "Rhapsody in Blue" de Gershwin, obra cuya sonoridad se toma como referencia a la hora de musicar algunas de las posteriores correrías de la niña, sin ir más lejos su presentación en el siguiente corte "I´m Eloise". Diálogos de viento con cuerda, scherzos dinámicos, pizzicatos cómicos y demás cartas de sobra conocidas por todo entendido en el juego, configuran el resto del score para este primer film hasta llegar al extenso corte "The Eloise Waltz", donde como su propio nombre indica, se ejecuta la versión más desarrollada del tema principal en forma de exquisito vals, momento álgido que denota la elegante factura de Broughton pese al paso de los años en su carrera.

Siguiendo con esta línea, la segunda partitura incluye melodías de villancicos populares cosidas entre el cuerpo temático del compositor, a modo de complemento temporal de las nuevas aventuras de la protagonista en el periodo navideño correspondiente. El autor prosigue con acierto el camino emprendido en la partitura precedente, añadiendo aquí algo más de su factura orquestal dramática, sirviéndose de nuevo en todo momento del leit-motiv central como eje conductor de la música. Cortes como "Still in Love" o "She´s Dead", resultan algo más refrescantes y llamativos que los de la creación originaria sobre todo por su profundidad emocional. Otros más coloristas como "Shopping Day Montage" parecen atisbar por momentos el glorioso tratamiento sinfónico tan añorado y admirado del autor. Todo esto configura a "Eloise at Christmastime" como un trabajo superior a "Eloise at the Plaza". No es sólo por una mejor revisión en sus conceptos, sino porque completa a ésta con una notable mejora del material preexistente.

Pese a las delicias que quedan por el camino, en forma de algunos pasajes fantásticos que elevan la media del conjunto hasta hacerlo digerible del tirón, no se pueden negar las evidencias que este tipo de composiciones presentan para el oyente. La más inmediata es que se trata de una clase de música en exceso codificada, lastrada en su mayoría por una más que predecible construcción y tonalidad. No vamos a encontrar pues, elementos novedosos en ELOISE AT THE PLAZA ni en ELOISE AT CHRISTMASTIME, sino más bien todo lo contrario y por ello hay que estar bien concienciados de lo que su escucha aislada nos ofrece. Bruce Broughton es muy sincero al respecto; elegancia, conocimiento melódico y exquisitas formas sí, pero también abundancia de pasajes breves, poco desarrollo temático y reiteración de ideas básicas. La calidad está fuera de dudas, pero no podemos engañarnos respecto al contenido.

Podeis leer la reseña orignal completa en Scoremagacine.

domingo, 19 de diciembre de 2010

BSO: Never Let Me Go

Hoy adelanto comentario acortado de mi última reseña para Scoremagacine, un trabajo con el que mi compositora de cine favorita recupera el pulso, ultimamente un poco perdido.

NEVER LET ME GO de Rachel Portman: ***1/4

Rachel Portman sigue manteniendo intacta esa admirable capacidad que posee para emocionar con su música. NEVER LET ME GO es la mejor prueba de hasta que punto el estilo codificado y estanco de la autora consigue redefinirse una vez más, pues es con una obra como la que me ocupa cuando se distingue con nitidez hasta donde la compositora ha pulido la esencia misma de su personalidad sonora, logrando una síntesis estilística con la que desde los rasgos más sutiles se pueden obtener los mejores resultados. El arranque del escueto pero correcto disco editado por Varese con la pieza "The Pier", introduce el hermoso tema central para chelo, una frase melancólica y romántica de cuatro notas de la que se entresacará una melodía secundaria mucho más desarrollada para piano y cuerda de filiación inconfundible a lo largo de su continuación en "Main Title", con la intervención destacada de nuevo del chelo, que irá conectando los momentos más emotivos con enorme profundidad y poso trágico.

No tardan en hacer aparición los dinámicos scherzos, con dulces maderas, marca de la casa en "Bumper Crop", transmutado rápidamente en gentil pieza de bucólicas resonancias. Así como los ecos repetitivos para piano y xilófono de "To the cottages", envueltos en esa cuerda mágica que recuerda los mejores momentos de CHOCOLAT, SIRENS o BAGGER VANCE. Así se va preparando al oyente para momentos de mayor intensidad emotiva como "The Boat", donde el violín solista desarrolla con exquisita brevedad el tema secundario de los créditos, alternado y desarrollado con acierto en pasajes más livianos como "Madame is Coming", que recupera la estructura de base rítmica habitual de la compositora. Pero la composición no se limita a esto, pues el tono apesadumbrado y difuminado de piezas como "Kingsfield Recovery Centre" ayuda y sirve como estupendo nexo de unión entre el lacerante empleo del tema central, "Unseen Tides", y el amenazador "Souls at All", un lúgubre y ominoso pasaje que preludia el auténtico highlight del disco, el resumen final "We All Complete", donde se desarrollará profusamente y con desbordante sensibilidad el tema central.

En una época donde la mimetización con el ambiente y la adhesión a las huecas modas minimalistas imperantes son la moneda de cambio, donde la transmutación de compositor a diseñador sonoro es el precio a pagar por mantenerse en la cresta de la ola, la fidelidad a uno mismo parece un sacrificio hasta comprensible. En un tiempo así Rachel Portman todavía se atreve a componer música. Música bellísima, nada menos, lo cual obliga a - como mínimo - mostrar respeto y en caso de comulgar con sus formas, a disfrutar enormemente de un trabajo que, pese a su escasa sorpresa o aportación, resulta maravilloso.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Cómic: Palomar Volumen 1

Hoy comentario/crítica/reseña de PALOMAR VOLUMEN1. Este tebeo son palabras mayores, un auténtico hito en el camino del cómic americano y la revolución del post-undeground a principios de los ochenta, surgido de "Love & Rockets", la mítica revista de los Hernández Bros.

PALOMAR VOLUMEN 1 de Beto Hernández: ****1/2

Historia de un pueblo fronterizo y de sus docenas de habitantes, encontramos en esta creación fascinante, prácticamente a una hermana tebeística del realismo mágico de Isabel Allende y García Márquez (destacando un episodio genial en el que uno de los personajes habla sobre CIEN AÑOS DE SOLEDAD en una pirueta metaligüística y auto-referencial de tomo y lomo). Poseedor de un halo de belleza y encanto embriagador, su complejidad se va extendiendo y expandiendo a lo largo del tiempo hasta recorrer las vidas enteras de unos caracteres por completo humanos, próximos, dotados de una personalidad tan fuerte y única que acaban por convertirse en iconos de sí mismos, haciendo que el seguimiento de sus peripecias vitales - comunes, dolorosas, divertidas, intrascendentes o incluso fantásticas - vaya creciendo con cada historia hasta apoderarse por completo del lector.

Una lectura adictiva y cargada de emoción, de ternura y compasión, en la que Beto aborda casi todos los temas cardinales que definen al ser humano, rematada por un dibujo magistral, directo, naturalista, de un blanco y negro puro, luminoso, acreedor de una capacidad de sugerencia y reflejo emocional casi infinitos. Dividida en dos entregas editadas en estupenda rústica por La Cúpula (más un reciente tercer volumen titulado NUEVAS HISTORIAS DEL VIEJO PALOMAR en tapa dura), PALOMAR es una referencia obligada para cualquier amante del noveno arte, sean cuales sean sus preferencias, pues se acaba irremediablemente encariñado de todos y cada uno de sus personajes, en especial de sus mujeres; fuertes, independientes, poliédricas, bellísimas y de arrollador carácter  con LUBA como cumbre de la creación, uno de los mejores personajes femeninos jamás vistos en un tebeo.

Un cómic absolutamente extraordinario que se merece la fama que posee y aunque mi corazón esté del lado de Jaime y sus maravillosas LOCAS, esta obra supone una cita imprescindible para el aficionado que ha de completarse obligatoriamente con su segundo tomo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tv: The Walking Dead Temporada 1

Como seguidor acérrimo de la serie comiquera de Robert Kirkman, este estreno era cita ineludible en la parrilla televisiva del 2010. Y finalizada su primera temporada el resultado no podría ser más satisfactorio.

THE WALKING DEAD TEMPORADA 1 de Frank Darabont: ***1/2

Lo mejor que podía haberse hecho con la premisa y los carácteres originales de la saga es justo lo que se ha hecho a lo largo de los seis capítulos que configuran esta primera entrega; usarlos como punto de partida y explotar las posibilidades narrativas de un medio diferente, empleando y ampliando el lenguaje y las propuestas dramáticas conocidas con inteligencia, potencia visual descarnada y sobre todo manteniendo el desarrollo de personajes como base de la construcción temática de la historia. Un acierto pleno que se salda con mejoras respecto al primer volumen del cómic al alcanzar el final de su arco argumental (al que parcialmente se adscribe la conclusión del sexto episodio que cierra esta temporada), pues consigue reubicar a los personajes tras diezmarlos de diversas formas en dirección hacia - quizás - el siguiente tramo diseñado por Kirkman, habiendo experimentado una buena dosis de adaptación a nuevas e inesperadas situaciones tan interesantes como perfectamente integradas en el universo zombie del guionista ("Guts"). Pero lejos de buscar soluciones fáciles Darabont prefiere sorprender, aportar algo a lo ya leído, a veces con deslizamiento hacia la indefinición situacional algo inverosimil ("Vatos"), pero reconduciendo al grupo de supervivientes con soberbio pulso ("Wildfire") hacia caminos no transitados, hasta un final emocionante e inevitable ("TS-19") que empuja a una forzada continuación (de hecho casi un re-inicio) de las desventuras de Rick y los suyos.

El reparto resulta convincente y ajustado, con un sólido protagonista (estupendo Andrew Lincoln) y personajes calcados del tebeo; Glenn (un destacable Steven Yeun), al tiempo que la camarilla habitual de Darabont hace su aparición con Dale (Jeffrey DeMunn) y Andrea (Laurie Holden) como muestras corolarias. Todos trabajan con pulcritud, destacando a los actores invitados de renombre como Michael Rooker o Noah Emmerich. Un buen gusto en el casting que esperemos se mantenga con la llegada - de haberla - de personajes tan carismáticos como Michonne o El Gobernador.

La música de Bear McCreary también me ha parecido magnífica, haciendose patente la cada vez mayor capacidad creativa y destilamiento estilístico que está desarrollando con acierto el compositor de GALACTICA. Ya solo su motivo central para los créditos es acertadísimo y definitorio del espíritu de la serie, pero además es capaz de emocionar como pocos músicos en la tv actual con tamaña economía de medios como consigue en el montaje de "Days gone bye" en el que durante casi 6 minutos Rick se marcha de la ciudad y Morgan intenta disparar sobre su mujer. Una pieza litúrgica coral, cargada de emoción y dramatismo. Ansioso ya por una edición discográfica.

Por supuesto los efectos digitales - quizás la explosión final de "TS-19" sea lo más flojo de toda la serie - y de maquillaje (indispensables en una serie de zombies) con Greg Nicotero a la cabeza, son fantásticos, no se abusa de ellos y producen la inquietante sensación de amenaza, dolor y drama, lo cual multiplica su efecto con el adecuado empleo que de ellos se hace. Buena fotografía, gran montaje, etc... el conjunto se beneficia de una producción más que digna en todas sus vertientes, cuidada, elaborada y casi lo más importante, muy, muy entretenida al tiempo que reflexiva, lo cual promete una continuación por todo lo alto.

De entrada Darabont se va a tomar casi un año para continuar con una segunda temporada que se amplía a 12 episodios y ha cambiado por completo el equipo de guionistas. Demuestra así que en lugar de lanzarse a lo fácil y saturar con una respuesta rápida, está dispuesto a seguir haciendo evolucionar una serie que puede traernos enormes sorpresas. Con su primera temporada consigue cumplir con nota, lo cual es un magnífico síntoma de buen comienzo. Habrá que permancer atentos al alzamiento.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Cómic: Área 10

Editada es su lujosa colección "Noir" por Panini, esta historia detectivesca de tintes terroríficos, pseudo-científicos y algunos incluso fantásticos, resulta tan curiosa a priori como inocua en su resultado final.

ÁREA 10 de Christos N. Gage y Chris Samnee: **1/4

Guionista proveniente del mundo de la televisión (NUMBERS o LEY Y ORDEN), Gage presenta una típica historia y un protagonista al uso, dentro del universo policiaco newyorkino mil veces visto, pero le añade el toque de la alteración perceptiva del protagonista con una forzada trepanación cerebral al inicio del tebeo. Este interesante punto de partida se ve ensamblado dentro de una trama de búsqueda y persecución de "serial killer", que pese a jugar bien sus bazas, apenas sorprende ni aporta nada nuevo a las docenas de aportaciones previas que todos conocemos en cine o tv. Así la trama deviene en la resolución de un puzzle un tanto manido que no evita ni la forzada relación romántica, ni las pistas falsas con las que poner en el ojo del huracán al protagonista, para acto seguido exculparle con la sorprendente aparición de etc... Con todo, la madeja se enreda y desenvuelve con fluidez, hasta alcanzar un climax destacable de impactante resolución, aunque el peso de los conceptos temáticos específicos más interesantes de la obra (la modificación de la percepción humana, el empleo de ese sexto sentido y con su uso la expansión de la conciencia) se desinflan progresivamente, resultando apenas la excusa argumental de la investigación policial y de los motivos del asesino.

El dibujo en blanco y negro de Samnee, resulta eficaz, directo y muy cinematográfico. De acertada planificación y dinámica narrativa, consigue que el cliché imperante de sus personajes no desvie la atención demasiado y su puesta en escena avance con agilidad, sin dar tiempo a destapar la gran debilidad de la obra; que parte de una idea interesante dentro de un conjunto prototípico hasta llegar a una conclusión inexistente. Para entretenerse pero sin pedirle peras al olmo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

BSO: Daybreakers

Como el año 2010 toca a su fin, quiero recuperar reseña de una banda sonora que ha de contarse entre lo mejor de la temporada, pese que su estreno ya lejano la pueda haber dejado olvidada injustamente.

DAYBREAKERS de Christopher Gordon: ***3/4

Como correcta producción australiana que es, DAYBREAKERS cuenta en su apartado musical con el músico de cine más importante de las antípodas; Christopher Gordon, autor que precisamente nunca ha destacado por ser especialmente rupturista o innovador para con ningún género. Todo lo contrario, más bien encontramos en él líneas clásicas y acusado filtro convencional, que se mueve no obstante con brillantez y soltura a la hora aplicar su conocimiento instrumental (sus exquisitas orquestaciones son una de sus características más notables) y envidiable gusto melódico, en prácticamente cualquier género al que se ha aproximado. No hace falta reinventar la rueda cuando se es realmente bueno, basta con saber hacerla girar adecuadamente. Y Gordon sabe.

El arranque del escueto (pero nutrido en duración) disco editado por la compañía Lionsgate, con "Inmolation", es evocador y rotundo. Un crescendo ominoso que explota en un tutti que rememora al Goldenthal de "Alien 3" o "Final Fantasy". Los inevitables pasajes atmosféricos pronto aparecen en el trabajo durante pistas sostenidas y lúgubres como "Nightfall", de modo algo más afligido en "Humans" con intervención de figuras lastimosas a la cuerda o en "Blood Lust", quizás la menos interesante del conjunto. No obstante el discurso se torna amenazador y agresivo con "Subsider", de ominosa intervención coral, para saltar a la acción más agresiva y contundente con "On the Run", un arrollador fragmento percusivo que junto a su homólogo posterior "Ambush", recuerda en gran medida a las adrenalínicas piezas de Bear McCreary para la serie GALACTICA.

Para la ilustración de la humanidad superviviente, el músico nos entrega en "The Winery and the Cafe" una hermosa y delicada melodía de filiación inconfundible, sobre la que las cuerdas y las maderas realizarán una rendición emotiva y conmovedora antes de tornarse dicha pista en un crescendo coral desasosegante. Este tema tendrá su continuación en la espectacular pista "Fermentation Tank", donde fanfárricas intervenciones a los metales anuncian la conversión de vampiro a humano del protagonista, que se logrará a lo largo del vibrante corte "Resurrection".

La intervención coral más impresionante la tenemos en "Dought", un terrorífico e impactante fragmento atonal deudor del mejor Ligeti, que contrasta con la emoción incontenible de "In the Sun", a modo de dramático réquiem previo al estallido final. De este modo se alcanza el clímax de la partitura con el tour de force de más de once minutos "Spreading the Cure". Una excelsa pieza a incluir automáticamente entre lo más destacado de toda la carrera de Gordon. Realizando un recorrido magistral por todos los registros del género, el corte fluye y evoluciona con fuerza incontenible gracias a una construcción sinfónica impecable.

Por último y para los créditos finales (¡Cuánto tiempo hacía que nadie se molestaba en componer una pieza autónoma para los títulos de crédito!), el tema "Daybreak" concluye la más que notable aportación de un Christopher Gordon en plena forma, que no sin evadir del todo algunos clichés, consigue cumplir muy por encima de la media con un trabajo que no sólo aporta emoción, unidad y espectáculo a las imágenes, sino que ofrece al aficionado una audición de primer orden y un disco obligado para cualquier amante de las bandas sonoras de elevada calidad.

Como complemento puedes leer la reseña original completa en SCOREMAGACINE o visitar la estupenda página web de CHRISTOPHER GORDON.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cómic: NonNonBa

Hoy reseña/comentario/crítica de SHIGERU MIZUKI. Hoy recupero comentario ampliado, con pequeña reflexión previa sobre la propia afición comiquera, de uno de los mejores mangas editados en nuestro país en los últimos años.

NONNONBA de Shigeru Mizuki: ****1/2

A veces es sorprendente lo poco que conocemos las disciplinas que tanto adoramos y de las que tanto nos gusta hablar, alardeando sobre unos conocimientos la mayoría de las veces sesgados y estancos, que no hacen sino destapar nuestra (por vagancia o falta de curiosidad) estrechez de miras. No suele ser algo buscado – yo lo intento por mi parte, dispénsenme si no lo consigo – pero ocasionalmente raya en la ignorancia más supina. Así que desde ella abordo a Shigeru Mizuki, un maestro del manga del que nunca oí hablar hasta hace dos días, como suele decirse, al que abordo en su vertiente autobiográfica, que parece haber alcanzado de lleno a la edición en castellano del manga adulto de un tiempo a esta parte, destacando al Taniguchi en UN ZOO EN INVIERNO y a Tatsumi de UNA VIDA ERRANTE, ejemplos de la solidez narrativa de dichos autores, ambos acreedores de una considerable obra disponible en nuestro país para su conocimiento y disfrute. Pero Mizuki, que nos entrega con este trabajo una muestra diferente de la auto-exploración biográfica, tan solo contaba con su HITLER en Glenat para llenar un hueco en el cómic del sol naciente impreso en español que ahora se me antoja enorme. Su capacidad y calidad no se quedan a la zaga de los mencionados, incluso podría ocupar lugar cercano al trono de Tezuka si atendemos a sus tres obras (la también extraordinaria OPERACIÓN MUERTE y el magnífico primer volumen de las aventuras de KITARO) publicadas por Astiberri a lo largo del año 2010 que toca a su fin.

Para NONNONBA (ganadora en Angulême 2007, por cierto) añade un toque de realismo fantástico a sus experiencias de niñez, plasmando en la anciana que da título al tebeo toda la sabiduría mitológica oriental habida y por haber, haciendo los espectros por ella mencionados acto de aparición a lo largo de una bellísima historia de aprendizaje y madurez. El autor combina con pasmosa habilidad la ternura con el miedo intrínseco que los espíritus producen a los niños, al tiempo que ilustra con nostalgia la entrañable, costumbrista familia y sus idiosincrasias individuales (destaca sobremanera el flemático y divertidísimo padre), así como la inteligente sutilidad con la que muestra colateralmente el contexto socio-cultural de una época dificil y cambiante. Humanista convencido como demuestra en sus obras por aquí conocidas, Mizuki se ha convertido con NONNONBA en referencia obligada dentro del manga para el que suscribe.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Tv: The Corner

Aunque se descubra a posteriori, merece (y mucho) la pena acercarse a esta miniserie de seis capítulos - de una hora de duración cada uno - de la HBO, primer trabajo televisivo de los creadores de la magistral THE WIRE.

THE CORNER de David Simon y Ed Burns: ***1/2

No solo supone conocer los primeros pasos del imprescindible David Simon (HOMICIDE, GENERATION KILL, TREME) en la televisión, sino que la experiencia audiovisual es a todas luces el mejor testeo posible para entender sus intenciones, propuestas y la lacerante sinceridad descarnada con la que expone sus ideas sobre el ámbito socio-cultural americano de una generación olvidada, de una población marginada y dada de lado, cuyas mínimas esperanzas vitales acaban en las esquinas blancas de un Baltimore áspero, desalmado y cruel. Una ciudad de la que apenas vemos más que un barrio, el barrio donde el tráfico de drogas y la delincuencia son los motores comerciales y vitales para la mayoría de su población, toda ella afroamericana.

Banco de pruebas y a la vez ensayo de lo que luego sería la primera temporada de la obra maestra televisiva THE WIRE, encontramos en esta miniserie, la vida condensada en un año de una familia desestructurada y sobreviviente a sus propias circunstancias ambientales. Padre, madre e hijo son los protagonistas primarios, pero no únicos (anunciando el esquema coral de las siguientes series de Simon), de peripecias cotidianas, habituales en el seno de esta amorfa célula familiar que se une, separa y encuentra intermitentemente. Hay que tener en cuenta que tiroteos, sobredosis, hurtos y trapicheos varios vienen a ser lo común en sus vidas, pero a esta crudeza de planteamiento se le añaden dolientes y sinceras reflexiones por parte de los personajes sobre el entorno que tanto les condiciona, sobre su papel de ínfima parte de un engranaje brutal que los usa y aplasta, y al final sobre su propia incapacidad de reacción ante tales circunstancias. Nunca se les juzga. Les llegas a entender incluso en sus peores decisiones y eso hace más profunda y sentida la conclusión final del drama expuesto.

Basada en el libro de mismo título de los mencionados Simon y Burns "The Corner: A Year in the Life of an Inner-City Neighborhood", data del año 2000 y está dirigida con una sobriedad cortante por el actor Charles S. Dutton, originario de Baltimore. Su puesta en escena es prácticamente documental (solo interrumpida por unos discutibles y ocasionales flashbacks coloristas de recuerdos pasados), cámara al hombro, donde cada episodio se inicia y cierra con una entrevista a uno de los personajes que intervienen durante el mismo. Su ritmo es lento, pausado, cíclico, incluso denso en la presentación de los muchos carácteres secundarios que pueblan la trastienda de la familia. No es una serie de cliffhangers adictivos, de espectáculo visual o de historia llamativa, de hecho cuesta bastante entrar en ella. Es una serie de personajes, de relaciones interpersonales, de debilidades humanas.

Ambiental, lúgubre, aséptica y seca, versa sobre la desesperanza y la crueldad del ser humano consigo mismo. Pero al final se permite gracias a su epílogo un halo de optimismo, mínimo, pero plausible, con la aparición de los personajes reales que hemos visto interpretados de modo soberbio, reconfigurando todo lo contemplado y convirtiéndolo, con una bofetada de realidad, en la quintaesencia del verismo televisivo. Una obra no apta para ojos sensibles, pero más que recomendable para los espectadores más exigentes y pacientes que demanden calidad y honestidad en sus propuestas. Al tiempo que la punta del iceberg de la - nunca me cansaré de repetirlo - colosal THE WIRE.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Cómic: Daytripper

Hoy comentario/crítica/reseña de DAYTRIPPER. A veces juzgar una obra por lo que podría haber sido y no por lo que finalmente es resulta muy injusto, pues supone centrar su apreciación en nuestras expectativas y no en sus logros. Este cómic es magnífico, pero no es - al menos para mí - esa obra maestra anunciada, lo cual la puede perjudicar tanto a priori, como dignificar con una lectura más templada.

DAYTRIPPER de Fábio Moon y Gabriel Bá: ***1/4

La premisa es no por más vista menos interesante; Brás, el protagonista, vive una vida distinta en cada capítulo, y en cada capítulo, al final, muere de modo irremediable. Pero muere solo para dar paso a otra posibilidad. En cada vida su existencia girará en torno a un sentimiento, a una verdad, a un pedazo de su alma a la que se aferrará hasta el final. En sí mismo el planteamiento no deja de ser en el fondo una idea (que aprovecha con inteligencia la estructura por entregas del cómic serializado) ya planteada en multitud de películas o series de tv (con la reciente LAS VIDAS POSIBLES DE MR. NOBODY a la cabeza), pero el origen brasileño de los responsables encauza la historia, de modo refrescante, hacia la tradición narrativa latinoamericana de tintes humanistas, con clara preferencia hacia el realismo mágico de García Marquez, lo cual es, de entrada, síntoma de altas aspiraciones literarias. Quizá demasiadas.

No obstante el narrador invisible de las vidas de Brás nos propone un viaje sugerente, en ocasiones tendenciosamente poético, pero transparente y honesto en todo momento. La debilidad intrínseca de una propuesta puramente emocional como esta surge con el mantenimiento del interés a sabiendas de la muerte del protagonista al final del episodio, pues la atención tiende a desviarse hacia la infaustuosa adivinación de cual será el final de turno. El guionista, Fábio Moon, se desenvuelve bien en este aspecto, aunque no logra sacarse de encima la etiqueta de trascendente en algunas de estas vidas, sobre todo en las más forzadas a sorprender, como la del amigo en el desierto. En otras sin embargo resulta brillante, conmovedor, como la que cierra el álbum.

Así pues, el amor, la amistad, la familia, los recuerdos de infancia, las cosas importantes de la vida en el fondo, serán los auténticos núcleos temáticos de una epopeya íntima, delicada, casi minimalista en su voz narrativa. El dibujo, obra de Gabriel Bá, resulta sencillo, cálido, no especialmente lúcido ni sorprendente, pero tremendamente efectivo a la hora de transmitir sensaciones, algo a lo que ayuda sobremanera el colorido de Dave Stewart (destacar la viñetas submarinas de la segunda historia resulta obligado), a mucha distancia del habitual mainstream en forma y fondo. Un trabajo más que digno que cuenta con la fortuna de acompañar una historia que parece escrita para ser ilustrada de dicha manera. 

Quizás el pero más importante que pueda (injustamente) ponérsele, como menciono arriba, es que las posibilidades del cómic eran enormes y que tan solo se ven aprovechadas parcialmente. Tiende a la emoción - ningún reporche a eso - pero parece dejar de lado una mayor complejidad estructural que hubiese enriquecido el final de la historia hasta límites insospechados. Su penúltimo capítulo es la mejor prueba de hasta donde podían haber llegado Moon y elaborando más la red de interconexiones entre las vidas, apelando a la estructura de los sueños y los deseos, o a la propia continuidad entre las vidas y muertes de Brás, a la pugna entre destino y azar, a la lucha del amor por perdurar sobre todas las cosas, todas las existencias y todas las posibilidades. De haber alcanzado un conjunto más homogéneo (no todas las vidas tienen el mismo nivel de interés lo que a veces produce rémora entre capítulos) y profundo, ahora mismo estaría hablando de esa obra maestra que me esperaba.

No ha sido así bajo mi punto de vista, pero sin duda se trata de un trabajo bellísimo y totalmente recomendable, cargado de sensibilidad y emoción. No es algo que ocurra tan a menudo, así que no os lo perdais.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Tv: Dexter Temporada 4

No soy partidario de comentar temporadas aisladas de series en evolución sin referencias previas, normalmente necesarias para su mayor disfrute y entendimiento. Tampoco lo soy de hacerlo inmediatamente a la finalización de su visionado, pues el reposo da perspectiva y ecuanimidad. Pero me voy a saltar mi "código" para cantar a los cuatro vientos el extraordinario nivel de calidad que ha alcanzado la saga del asesino más famoso de la tv actual.

DEXTER TEMPORADA 4 de James Manos Jr: ****

Para poner en breves antecendentes, la serie nos presentaba en su inicio al protagonista y aledaños, familia en forma de mal hablada hermana, fantasma - no lo tomen literalmente - paterno consejero, compañeros de trabajo y una incipiente relación de pareja. Todo en la vida de Dexter Morgan (impecable y cada vez mejor Michael C. Hall) es fachada, el es un asesino en serie, pero uno muy especial. Para más inri es forense especializado en análisis de sangre. Adoptado por el policia que lo rescata de la escena del crimen de su madre, este lo educa y enseña a controlar su "oscuro pasajero" (título de la novela original de Jeff Lindsay que da origen a la serie), convirtiéndolo en un "asesino de asesinos". Por necesidad Dexter tiene que matar, pero lo hará siempre apoyado en el código moral que su padre adoptivo le ha inculcado, solo a los que realmente lo merecen.

Así pues y por acortar muchísimo; primera temporada Dexter conoce a la familia, segunda temporada Dexter conoce el amor, tercera temporada Dexter conoce la amistad. Teniendo en cuenta el elevado, desde su inicio, nivel de calidad en la serie, ¿que podía quedar para la cuarta en una saga que no hecho sino ir a más desde su comienzo?. Pues para el que esto escribe, lo mejor: Dexter se conoce a sí mismo. Y, ¿como?, se preguntarán. Pues con la mejor premisa de la serie hasta la fecha, por lo sencillo y a la vez ambicioso de su punto de partida; el protagonista encuentra un asesino en serie homólogo a sí mismo, un padre de familia (impresionante John Lihtgow) que lleva 30 años matando sin ser descubierto. Este descubrimiento será el núcleo temático - aunque no único - de una temporada portensosa en ritmo, en dosificación de la acción, en giros, sorpresas, lecturas morales y en narración audivisual en definitivas cuentas.

Pero si por algo resulta irresistible DEXTER como serie, es por sus personajes, seres poliédricos, complejos, falibles, humanos, con una idiosincrasia propia tan reconocible y cercana - pese a las distancias, no olvidemos que se trata de un híbrido policiaco - que acabas sintiendo una extraña simpatía hasta por el último de ellos. Las sub-tramas a priori menos interesantes de este cuarto segmento, como las de Quinn y Christine o LaGuerta y Batista, acaban confluyendo plenas de sentido con la corriente global de la serie con aplomo y sentido para con el desarrollo de la misma. Sin olvidar al genial Masuka o la sensitiva Rita, que de personaje comodín en la vida de Dexter va asumiendo un rol cada vez más decisivo con el transcurrir de los episodios. Todos ellos evolucionan, adquieren una presencia casi indispensable sin ser por ello intocables, como por desgracia acontece al final de este bloque.

Por supuesto lo que propicia su éxito y continua redefinición temporada a temporada, son a mi entender dos claves; sus guiones y el elenco actoral. Los primeros por la profundidad emocional que muestran, por su ambigüedad moral que camina con brillantez por el filo de la navaja en muchas ocasiones, cargados de detalles magistrales, con una narración en paralelo que inserta al padre de Dex a modo de recuerdo constante del código impreso en su carácter en los momentos más oportunos, así como por lo enrevesado e inteligente de su linealidad no predecible. Todo en ellos está cuidado al máximo, adquiriendo una duración global del arco argumental perfecta y una progresión en la intensidad de los acontecimientos admirable. El minutaje de cada episodio y los elementos mostrados durante los mismos me parecen practicamente insuperables, hasta alcanzar la duración estandar por temporada impuesta por la HBO de 12 capítulos, que se consolida como la idónea para las series con miras altas. Si a esto le añadimos directores de la talla de John Dahl, Ernest Dickerson (fogeado en URGENCIAS, THE WIRE y TREME nada menos) o Marcos Siega (LIFE, TRUE BLOOD), la cosa se torna en apuesta segura.

Y los actores. Empezando por la estrella del show, un Michael C. Hall, brillante, sutil, cuyo aspecto de perfecto yerno encaja de maravilla con la imagen que se quiere dar de cotinianeidad en un asesino oculto, pero cuyo porte, además, contrasta con las ideas preconcebidas de un personaje de esta índole (el tipo despedaza a otros asesinos, sí, pero en devenir de la serie le veremos matando mujeres e incluso algún inocente por error), del que siempre esperaremos alguien más inquietante y turbio, no el prototipo de boy-scout que de modo tan acertado se nos presenta. Imprescindible escuchar su voz en versión original para tener una idea completa de su soberbia caracterización. No es el único, la magnífica Jennifer Carpenter (recordemos Emily Rose y esposa real del actor) consigue en esta temporada su mejor trabajo actoral hasta la fecha, con una escena en el capítulo "Dirty Harry" absolutamente conmovedora. El divertido C.S. Lee aporta un agradecido toque de humor, así como David Zayas y Lauren Velez una complicidad maravillosa a lo largo de este bloque, por no hablar del ya mencionado John Lightgow, éste sí inquietante, educado, elegante y brutal, una sorpresa continua y digno heredero del magnífico rival previo de Dex, Jimmy Smiths.

Como momentos a destacar, muchos, casi cada episodio posee su momento de gloria, pero por citar algunos; el cierre de "Living the Dream", de infarto, el cliffhanger final de "Dex takes a holidays", el desmoronamiento emocional de Deb en "Dirty Harry", la violencia desatada de la comida en "Hungry Man" o la unión entre "Hello, Dexter Morgan" y "The Getaway" con una portentosa camara lenta. Aunque todos ellos se quedan cortos en comparación a su cierre, explosivo, feroz, desolador y al tiempo inevitable. Un círculo cerrado.

Dicho esto, ¿que queda por contar en la vida de Dexter Morgan?. Bueno, si lo que viene está a la altura de lo visto en esta cuarta temporada será para dar saltos de alegría. DEXTER ha pasado de ser una magnífica serie de entretenimiento inteligente, a, sin dejar de ser eso mismo, alcanzar cotas de desarrollo de personajes, evolución y complejidad estructural, que la situan a la cabeza del disfrute televisivo de la más alta calidad. Sencillamente imprescindible.
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