Hoy reseña/crítica/comentario de LOS NÁUFRAGOS DEL TIEMPO VOLUMEN 2. En este segundo tomo de Glenat se incluyen las dos últimas entregas con aportación de Jean-Claude Forest para la saga galáctica, en las que se nota la continuidad de tono auto-paródico y la diversión (casi)unidimensional.
LOS NAUFRAGOS DEL TIEMPO 2 de Forest y Gillon: ***1/2
La historia continúa justo donde se dejó, con la desaparición de Valerie, la compañera temporal de Christopher, tras verse rechazada en favor de Mara. Dado que todas las mujeres que conocen al héroe no pueden evitar caer bajo las inexpugnables redes de su atractivo (sic), a lo largo de las dos historias de este tomo, "Laberintos" y "Universo Caníbal", encontraremos un divertido triángulo amoroso de celos, dudas, envidias y traiciones, que llevarán a los personajes a conocer al gran villano de la saga; el Tapir. En la desesperada huida de una trampa tendida por el mismo, conocerán a un personaje maravilloso, Bebbe, una adolescente-robot con sus incipientes pechos al aire (leit-motiv que todas las féminas tararearán en un momento u otro de la serie) capaz de escupir fuego al apretarse los susodichos, en un detalle tan gamberro e irónico como delirante metáfora sobre el proceso de madurez física femenina.
Pero la imaginación visual y las referencias externas van mucho más lejos que en el tomo anterior y al tiempo que la historia se complica de un modo un tanto traído por los pelos (Chris necesita de calma mental y seguridad física para liberar un recuerdo pasado, cosa que consigue gracias a ¡estar a punto de morir por el paso de un asteroide en llamas cerca de su nave!), Gillon realiza apuntes visuales divertidísimos que Forest no se molesta ni en camuflar mínimamente, como el espectáculo de Valerie, que sale de dentro de una rosada vagina originada por un unas cervatanas que expulsan un pegamento "simbólico y obsceno", en palabras de Quinina. Asimismo un parlanchín conejo gigante (literal) frena a Chris, para tras acto seguido librarse del mismo y exclamar "¡Llego tarde!".
Con este panorama puede parecer que la comicidad se come el resto de elementos (y quizás causó la disputa entre dibujante y guionista hasta provocar la salida del último de la serie, como parece sugerirse en una de las introducciones), pero los autores consiguen que lo simpático se compense con el espectáculo visual que Gillon es capaz de llevar cada vez más lejos. Sobre todo en el segundo album "Universo Canibal", donde la aventura retoma por completo el ambiente fantástico y no sin olvidar los apuntes descarados de sexualidad explícita (Chris, junto a Mara y Quinina, aboga por el amor libre en trío -!- con burlesca sonrisa ya que "este mundo es tan diferente"), se nos muestra un lugar fastuoso de jardines suspendidos en el aire, ríos de piedras móviles de diversos tamaños así como una interesante reflexión final sobre el recorrido vital de todo ser vivo. Aparte del golpe de efecto que supone descubrir la esencia del mundo en el que se encuentran a mitad del volumen, algo anticipada por su nombre y forma de acceso, todo sea dicho.
Pese a la irregularidad que supone un exceso de humor que nos saca de la aventura ocasionalmente (Chris llega a decir "hemos llegado a ese momento clave en que al guionista se la va cabeza"), la narración visual de Gillon resulta soberbia, físicamente impecable, de un trazo fluido y expresivo admirable. Un deleite que a partir del siguiente tomo alcanzará su cenit, libre ya del peso e influencia de un guión co-dependiente.
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