miércoles, 21 de diciembre de 2011

BSO: Jerry Goldsmith II (Looney Tunes)

Hoy recupero la reseña dedicada al último trabajo del compositor californiano, un delicioso botón de muestra de su talento y compromiso para con su amigo Joe Dante.

LOONEY TUNES, BACK IN ACTION de Jerry Goldsmith: ***

De este listado de títulos en la colaboración Goldsmith/Dante no suele destacarse normalmente ninguno de forma importante. Pero lejos de tomar esta afirmación como cierta, he de reivindicar desde estas líneas la importancia capital que la comedia, la inocencia, la fantasía y por que no decirlo, la mala leche de las películas de Dante supusieron en el músico durante su última etapa. Si bien es cierto que durante los inicios de la relación, Goldsmith gozaba de una salud de hierro en su capacidad expresiva y compositiva, el film fundacional del matrimonio pertenece justo al año que supuso, para el que esto suscribe, el punto de inflexión en la trayectoria cinematográfica del responsable de PATTON, pues fue en 1983 y con TWILIGHT ZONE; THE MOVIE cuando se iniciaría la andadura propiciada por Spielberg al llamar ex profeso al compositor para poner música a los cuatro relatos de la cinta, siendo uno de ellos obra de Dante. Desde la comedia bufonesca y paródica de THE BURBS, pasando por la revisitación hipervitaminada de GREMLINS 2, hasta el cariño retro de MATINEE o la enérgica fuerza de SMALL SOLDIERS, en todos los títulos en los que Goldsmith regresó a las imágenes de su amigo consiguió superar el reto de no ofrecer trabajos mediocres o limitados por el pobre momento artístico del medio, que coartaba cada vez más las virtudes emocionales de la música del compositor de cine.

LOONEY TUNES fue el décimo trabajo conjunto con Dante y el último film del compositor antes de dejarnos para siempre. De carácter vitalista, en la mejor línea de sus trabajos para la comedia en general y para el director en particular, se introduce un tema central dinámico y pegadizo con reminiscencias de su DANIEL EL TRAVIESO en "What´s up Doc?". Con este motivo se vertebrará una partitura que se va enriqueciendo con cada nuevo corte, pasando de un sincopado tema del oeste en "The Bad Guys" a vibrantes e inconfundibles momentos de acción como "Car Trouble". Además, el compositor parodia con saña trabajos anteriores propios como GREMLINS o MAGIC y ajenos como el BOND de Barry. También bucea en una variedad de sonoridad y orquestación tan recurrente como cómica en, por ejemplo, el sonido tribal de "Jungle Scene" o el acordeón de "Paris Street". Sin dejar de ser una obra menor y en gran medida deudora del mickey-mousing de Carl Stalling, al que se homenajea en más de una ocasión, la partitura en manos de Goldsmith se resuelve fresca y amena y pese a no aportar nada al extraordinario universo musical de su autor, resulta un buen colofón para la trayectoria de una de las leyendas doradas de la música de cine.

Puedes leer la reseña original completa en Scoremagacine.

lunes, 19 de diciembre de 2011

BSO: Jerry Goldsmith I (Explorers)

Hoy comienzo repaso a comentarios dedicados a mi compositor de cine favorito. Empiezo por mi última reseña, centrada en uno de sus trabajos más queridos por el que suscribe.

EXPLORERS de Jerry Goldsmith: ****

EXPLORERS es una auténtica maravilla. Lo fue en su momento y lo sigue siendo ahora, pero además esta nueva edición completa permite calibrar mejor todavía el talento e infinitos recursos narrativos y emocionales de Goldsmith a la hora de acercarse a proyectos queridos y cómplices (no olvidemos que estamos hablando de una cinta de Joe Dante). Así, del misterio inicial que su "Main Title" en sendas versiones (incluyendo y no respectivamente el boogie alienígena en el subtexto de las breves piezas) desliza en el juego electrónico con la aparición del motivo dedicado a los sueños del joven Ethan Hawke, pasamos al ambiente adolescente con uno de esos inconfundibles temas de barrio a los que Giacchino intentó parafrasear sin demasiada enjundia en SUPER 8 durante "Sticks and Stones" y su variación aligerada en la primera mitad de "Free Ride", pero que ahora se ve reforzado por pequeñas piezas de orfebrería audiovisual como el ágil scherzo de "Lori/Intervention" (asociando el motivo también a la chica de sus “sueños”) o el poso melancólico de hermosos tintes impresionistas de "Home", con variación sobre dicho tema y la aparición de un nuevo motivo que se recuperará con irónicas intenciones durante el final de “Fast Getaway”, ofreciendo mayor enjundia al comentario musical dedicado a las peripecias cotidianas de los protagonistas.

Del mismo modo el elemento fantástico surge remarcando el aparato electrónico asociado a la llamada extraterrestre (una idea tan sencilla como efectiva con la que resolver sensaciones con una orquestación adecuada) dentro del empleo de figuras rítmicas y ostinatos que conversan en animosos diálogos polifónicos, livianos como "The Bubble" y "Cazed Bubble/Fuse Box" o potentes como la segunda parte de la mencionada "Free Ride", y la tensa urgencia in crescendo de "No Air". Además, en una de esas jugosas ideas escamoteadas del álbum original, el compositor aporta una deconstrucción del motivo del sueño invirtiendo sus notas durante la pista "I Want To Live", asociando dicha inversión al desasogiego del piloto de helicóptero que cree haber visto un O.V.N.I., el habitual de la casa Dick Miller, por ser el receptor en su adolescencia de los mismos sueños (no entendidos y cumplidos en la misma medida que la pandilla, no es casual por lo tanto su profesión adulta) que ahora atrapan a los chavales. Esta idea se intensifica en pistas tan significativas -y de nuevo inéditas- como "More Dreams/Dreams" y en especial "Let´s Go". Botón de muestra de la profundidad e inventiva conceptual de Goldsmith para con las cintas en las que trabajaba a gusto...

Puedes continuar la lectura completa de la reseña en Scoremagacine.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cómic: El Incal

Hoy reseña/crítica/comentario de EL INCAL, título de gran calado en el cómic contemporáneo y pieza de toque para entender las meteóricas carreras de dos artistas de renombre dentro del noveno arte.

EL INCAL de Jorodowsky y Moebius: ****1/4

Hablar de este trabajo sin apostillar ni enmarcar más allá de lo mínimo imprescindible conlleva un background considerable, toda vez que resulta ser la adicción de esfuerzos de un creador multidisciplinar y polifacético como es Alejandro Jodorowsky, junto a la pluma del dibujante bicéfalo Moebius (por el que ya he declarado mi admiración en el comentario de ARZAK), que ven como la rocambolesca y esotérica trama del primero le viene como anillo al dedo a la fantasía e imaginación incontenible del segundo. EL INCAL pasa por ser una de las obras más populares del tebeo europeo. Tanto es así que la edición comentada se cuenta como la tercera integral que se publica en nuestro país, tras la original ya descatalogada y una segunda de color alterado con un chillón photoshop. Todas ellas de Norma que recupera ahora los tonos originales reduciendo ligeramente el formato para adecuarlo a esa media tinta que se ha sacado de la chistera con la que encajar el tamaño de un álbum europeo dentro de la novela gráfica actual como ya hiciera con los volúmenes de ADÉLE BLANC-SEC de Tardi o con la reciente ¡NO PASARÁN! de Giardino.

Interminables disquisiciones sobre el formato aparte, los seis números que componen la obra y que vieron la luz entre 1980 y 1988 suponen una de las cumbres de la ciencia-ficción moderna por su imaginería visual, su desparpajo metafísico y la maravillosa sensación de viaje de autodescubrimiento que desprende el recorrido de John Difool desde su caída inicial de desconcierto absoluto hasta a su caída final de iluminación y cierre cíclico metafórico. Jodorowsky emplea el género amoldándolo a una visión expansiva e irónica tan personal como caústica, dejando en manos de un inspirado Moebius la ilustración desde un prisma tan fascinante como cercano a las intenciones e inquietudes artísticas del Jean Giraud renovado y pleno que ya era en el momento de creación de la obra, logrando que la historia fluya de modo invisible desde la poliédrica mente del chileno hasta la punta de los dedos del francés. Una comunión de personalidades pletórica que roza el absurdo y lo genial por momentos, configurando a la postre un rotundo éxito que navega entre las aguas de lo simbólico, lo metafísico y lo futurista con elegancia, sentido del humor y lo que es más importante, con un balance temático y conceptual soberbio.

La portentosa puesta en escena de Moebius se antoja perfecta para la descripción de la realización a través de la iluminación y sanación espiritual de la vida cruzando para ello las fronteras psíquicas y físicas que plantea Jodorowsky. Todo ello disfrazado de gran aventura en forma de viaje a fastuosos e imposibles decorados galácticos. Un ejercicio narrativo de concreción, abstración y espectáculo por parte de una mente colmena de dos que se salda con un éxito imperecedero, que en el exceso de ambición de la propuesta o en su acumulación de referencias (al tarot, a las religiones de más diverso índole, hasta su engolada búsqueda de la trascendencia, etc...) puede encontrar algo de renuencia a la hora de auparla al podio del cómic más selecto y exquisito. No obstante dentro del fantástico sin duda cuenta con lugar de honor y se ratifica como obligada referencia para cintas del calibre de BLADE RUNNER, la nueva trilogía de STAR WARS o EL QUINTO ELEMENTO, en especial para esta última que se convierte en casi una adaptación/variación no confesa de este gran título.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Cómic: Escala Real

Hoy reseña/comentario/crítica de ESCALA REAL de Santiago Valenzuela, volumen segundo de la saga LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN TORREZNO.

ESCALA REAL de Santiago Valenzuela: ****

Tras la lectura del primer álbum se hacía pública, al poco, la noticia de la consecución del Premio Nacional del Cómic para su autor por la última entrega del singular Capitán Torrezno PLAZA ELÍPTICA, a la que llegaré dentro de no demasiado. Hoy segundo capítulo igual de bueno que el previo. Cuando una serie, que se sabe posee recorrido a larga distancia, acomete un arranque tan poderoso y magnético como HORIZONTES LEJANOS, es más que comprensible adjudicarle una duda automática a su continuación, en la que uno espera siempre ver superados o modificados -amén de una sempiterna espada de Damocles en forma de decepción sobre la misma- los parámetros instaurados como cardinales en la obra, aunque solo fuese por la dificultad intrínseca de mantener el extraordinario nivel esgrimido durante su portentoso comienzo. Pero, ¡ay!, los hombres de poca fe de vez en cuando nos vemos sorprendidos y gratamente agasajados por la promesa mantenida de un autor que no solo amplifica el scope de su producción en cuanto a vericuetos narrativos y posibilidades conceptuales, sino que conserva intacta e incólume toda el alma del relato y el corazón de sus personajes con vivaracha comicidad y quirúrjico, a la par que mordaz, análisis sobre la egocéntrica existencia del ser humano.

Resulta fascinante como Valenzuela aplica no solo un soberbio equilibrio temático en cuanto al conflicto bélico que promueve la reflexión sobre la sociedad, la religión o los gobernantes (con castizos ecos al CEREBUS de Dave Sim), también es admirable como dosifica la información e integra los literarios y exigentes textos con invisible fluidez, deslizando en ellos profundas sentencias cargadas de amargura, ácidez e incluso briznas de poesía; "El mal existe (...), un mal cotidiano, sí, banal incluso, pero no por ello menos real. El mal (...) es tratar a los otros como cosas, considerarlos simple botín o moneda de cambio, usarlos como llave para otras puertas, como peldaños para nuestra ambición, como asideros para nuestro miedo o vertederos de nuestro asco, nuestro odio...". Una declaración vital a la que me asdcribo por completo y que solidifica mi pasión por Las Aventuras del Capitán Torrezno como inquebrantable de aquí en adelante. ¡Y que mil siglos dure!

martes, 6 de diciembre de 2011

BSO: John Powell V (Endurance)

No puedo dejar pasar la oportunidad, habiendo publicado varios comentarios sobre trabajos del músico inglés, de hablar por fín de la que es para mí su mejor obra, curiosamente una de las más primerizas. Una maravilla bastante desconocida.

ENDURANCE de John Powell: ****1/2

Film sobre la vida del mejor medio fondista de la historia, Halie Gebrsselasie, absolutamente inédito y desconocido en nuestro país (que yo sepa), tuvo la gran suerte de contar en su apartado musical con un pletórico John Powell en estado de gracia. La composición se nutre de material étnico considerable, ya sea en forma de percusiones tribales, melodías tradicionales, solistas vocales o instrumentos autóctonos como el Krar o diversos tipos de flautas. Dichos elementos quedan integrados a la perfección en una obra de orfebrería sonora única que recuerda lejanamente a los mejores momentos del Zimmer fundacional de POWER OF ONE, MILLENIUM o incluso de THE LION KING. Pero estas referencias quedan superadas ampliamente por el talento de un músico que con tan solo un par de años volando en solitario dentro de la composición para cine (su primer trabajo data de 1997: FACE OFF), consigue su composición más emocionante e inspirada, que ve en todas y cada una de sus facetas la rotunda firma de una personalidad y estilo compositivo ya únicos, tanto en su vertiente lírica como en la orquestal.

ENDURANCE es un festival de jovialidad, empuje y belleza. Se abre con unos propulsivos "Main titles" de ritmo contagioso y trepidante bañado en una melodía épica y triunfal que se recuperará en el pasaje final, dando paso a momentos dramáticos e introspectivos de una profundidad sobrecogedora como "The Dressing Room" o "The Struggle of life". Pero estos fragmentos enseguida se ven compensados por el hermosísimo motivo dedicado a la madre del atleta, de una sencillez cautivadora e hipnótica en precisamente "Mother", quizás el tema más sensible y exquisito de toda la carrera del músico. La animosidad rítmica de instantes como "Stealing batteries for the radio" y "The bus to Addis" se ve culminada en uno de esos momentos de magia que solo pueden describirse como poesía musical, el corte "Chasing the bull", una pequeña obra maestra que justifica por sí sola la categoría excepcional de la partitura, donde uno de los más grandes trompetistas del medio, el que fuera miembro titular de la London Symphony Maurice Murphy, ofrece una clase magistral de genio al servicio de una composición inolvidable.

Pero no es el único en destacar como solista dentro del conjunto, las maderas de "The great tree", un desbordante ejercicio de diálogo polirítmico para flautas o "Chosen to run for Ethiopia", casi su continuación estilística a modo de breve pero rutilante pasaje de vitalidad contagiosa para viento y pizzicatos, enriquecen a cada segundo con su virtuosismo la grandeza de esta banda sonora. Lamentos trágicos como "Mother Falls" o "Mother is sent away" ofrecen el contrapunto contenido pero visceral a dicha faceta, aportando en ellos tanto un abisal poso dramático como la promesa de una superación, una lucha interna que verá en la carrera final la purga del dolor. Para ello Powell vaticina la lucha tanto en el mencionado corte "The Dressing Room" como en "Forbidden", aunándolos junto al central y al dedicado a la madre en el momento cumbre del trabajo y la, posiblemente, mejor pieza compuesta por el músico hasta la fecha, la colosal "The final race". Durante más de once minutos de desarrollo y progresión sonora admirable el inglés construye en base a un ostinato implacable, las más virtuosas variaciones sobre dichos temas de sufrimiento, superación y gloria hasta alcanzar un tutti victorioso inconmensurable. Emoción en estado puro. Este monumento a la música de cine se cuenta como una de las mejores ilustraciones del significado del deporte en todas sus aspiraciones, sinsabores y satisfacciones, compitiendo (nunca mejor dicho) al mismo nivel que el Goldsmith de HOOSIERS y RUDY o el Poledouris de WIND y FOR LOVE OF THE GAME.

El disco se completa con un par de canciones de color africano que abren y cierran la selección, una propia y otra ajena a la pluma de Powell, que ve no obstante en la estupenda edición -ya rara de encontrar- de RCA Victor, la mejor muestra de su capacidad creativa en formato digital. Un trabajo imprescindible para seguidores del compositor y absolutamente recomendable para cualquier aficionado a la mejor música de cine.
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