Hace tiempo que no reseño o comento cine ni televisión, porque me da pereza y veo muchas cosas (quizás demasiadas) simultáneamente como para hablar de una cuando ya estoy con las dos siguientes. Pero hay excepciones que se merecen el comentario. "Superman" de James Gunn es una de ellas.
SUPERMAN (2025)

Parto de la idea de que no es, ni de lejos, una película perfecta ni carente de fallos. Es un blockbuster ejecutado con (mucha) gracia sobre un finísimo alambre y una sucesión de expectativas interpuestas por dos grandes barreras: el hastío por el -algo cansino a estas alturas- cine de superhéroes y la mala ejecución previa del Universo DC llevado a la gran pantalla bajo la (interesante pero a mi juicio fallida) visión artística de Zack Snyder.
James Gunn ha demostrado claramente dos cosas con el cine que ha venido realizando hasta ahora: sabe encontrar el corazón y el humor en los personajes que retrata y confecciona películas entretenidas aunque no sean redondas. Sobre el papel estas mismas cualidades podrían aplicarse también a Taika Waititi, pero donde este último aplica su vis cómica sobre cualquier material propio o ajeno pasándose de frenada con frecuencia ("Thor: Raganarok" es muy estimable aun con el exceso jocoso, pero "Thor: Love & Thunder" resulta ridícula y esperpéntica), Gunn consigue equilibrar mejor esos elementos.
La prueba de fuego que supone "Superman" tras largometrajes con personajes secundarios de los universos comiqueros de Marvel ("Guardianes de la Galaxia") y DC ("Escuadrón Suicida"), es enfrentarse a un icono ya no solo de las viñetas americanas, sino de la cultura popular. Aportar algo al legado de la historia del personaje y al mismo tiempo comparar el resultado con las dos versiones previas más exitosas (la de Richard Donner de 1978 y la de Zack Synder de 2013) era una tarea complicada, que creo el realizador pasa con buena nota.
"Superman" (2025) funciona en todo lo que propone como espectáculo cinematográfico de verano (que es lo que pretende ser en todo momento): acción imaginativa, ritmo constante, buena dosificación del drama, pinceladas de humor y tortazos colosales. En el siguiente nivel es una cinta de superhéroes magnífica: Gunn es un amante de los comics y se nota: no solo entiende a los personajes, sino que respeta su idiosincrasia y rasca más allá de la superficie de sus rasgos principales. Esto se puede apreciar en como perfila con acierto los caracteres secundarios aun incluso para los que tiene poco margen (los pa y ma Kent de Pruitt Taylor Vince y Neva Howell consiguen ser adorables con apenas dos escenas en pantalla). Y en el tercer nivel, como nueva piedra angular del Universo DC, su presentación del mundo y habitantes deceitas es de lo más atractiva y heterogénea, mostrando sin subrayar y añadiendo algunas pinceladas del mundo actual (la virulencia/malevolencia de las redes sociales, los conflictos bélicos internacionales, la inoperancia de los gobiernos), pero colocándolo todo al servicio de la historia de Kal-El/Clark Kent, Lois Lane y Lex Luthor.
Los actores están espléndidos. Desde la acertada elección del solvente David Corenswet, pasando por la espléndida Rachel Brosnahan, hasta un soberbio (como de costumbre) Nicholas Hoult, en los papeles principales. A los que siguen una ristra de secundarios tan notables como Wendell Pierce, Isabela Merced, Maria Gabriela de Faria, Edi Gathegi o el recurrente Nathan Fillion (supongo que Gunn se ha reservado a Michael Rooker para algún rol destacado en futuras películas). Aparte de las estrellas digitales del show que son Krypto, Anthony Carrigan como Metamorfo y Alan Tudyk como Robot 4.
Por supuesto que la película tiene sus lugares comunes y debilidades que tampoco se pueden obviar, como el abuso digital ocasional, un clímax catastrófico epatante y poco original, secuencias ya vistas en otras cintas del director (pelea cómica de fondo con la cámara siguiendo a un personaje en primer plano mientras suena una canción simpática), alguna resolución algo facilona para ciertas secuencias y no consigue que la música original funcione a un nivel profundo en sus relatos. Gunn no es un autor, es un artesano, no es un creador, es un buen alquimista. Por lo tanto hay carencias de estilo y desarrollo en "Superman" (y su cine en general) que se notan. Pero creo que sus virtudes superan con mucho sus carencias.
Y lo más importante es que "Superman" es una película positiva. Es luminosa, entretenida, divertida y enarbola con orgullo la bandera de la esperanza. Todos ellos rasgos indivisibles del personaje en toda su historia a lo largo de sus más de 85 años de vida. Merece la pena verla.
Si tengo que ponerle nota: ***1/2
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