miércoles, 14 de agosto de 2013

Cómic: Shigeru Mizuki Autobiografía Libro 4

Hoy reseña/comentario/crítica de SHIGERU MIZUKI. Tras lo narrado en los volúmenes primerosegundo y tercero de la saga autobiográfica del maestro Mizuki, la cuarta entrega da un paso hacia delante y nos saca de la guerra introduciendo una nueva época en la vida del autor y sus primeros pinitos en la vida laboral adulta.

SHIGERU MIZUKI AUTOBIOGRAFÍA LIBRO 4 de Shigeru Mizuki: ****

En cuanto la serie comienza a fluir en nuevas direcciones no tan reconocibles como las ya vistas en los tres tomos previos (y ubicables en los recomendadísimos libros NONNONBA y OPERACIÓN MUERTE), el talento de Mizuki parece dispararse en cuanto a capacidad de sorpresa. En realidad la solidez narrativa del mangaka no ha sufrido alteración alguna, pero las nuevas experiencias contadas llevan al japonés a exponer un periodo hasta ahora inédito en viñetas dentro de su biografía, y esto añadido a su maestría en la puesta en escena secuencial supone un nuevo torrente de disfrute tebeístico, ya que como los mejores momentos de Mizuki, su lectura resulta apasionante. En este sentido, el material dramático que aporta incluye momentos tan cruciales como la amputación de su brazo, los delirios por la malaria y su paseo al borde de la muerte durante semanas mientras los mandos militares intentan lograr la muerte de sus soldados por un simple fallo de comunicación. La carencia total de lógica, humanidad o sentido común en los actos de los superiores alcanza cotas inauditas de estulticia y suponen el alegato antibelicista final del creador de KITARO.

Poco antes de regresar a su hogar, el joven Mizuki vivirá una de las experiencias más satisfactorias y profundamente humanistas de toda su existencia, por contrapartida al despropósito del conflicto, junto a los nativos de la isla donde espera el traslado a Japón. La sencillez con la que muestra un estado casi místico de conexión vital y espiritual con estas gentes contrasta con el ajetreo posterior de su integración en la arrasada civilización urbana, donde el protagonista buscará diversos trabajos y ocupaciones, comenzando entonces su interés por las artes sin dejar de lado en ningún momento su pasión por la comida y el sueño. Nuevamente salpicada de apuntes históricos (con apariciones estelares del General McArthur o el Emperador Hiro-Hito), disgresiones cómicas y un sentido de la narrativa superlativo, esta autobiografía alcanza un nuevo grado de excelencia. Astiberri mantiene el buen acabado en rústica con solapas.

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