Hoy reseña/comentario/crítica de SHIGERU MIZUKI. Como ya sucediese con los volúmenes primero y segundo de la saga autobiográfica del maestro Mizuki, esta tercera entrega encuentra un espejo y complemento perfecto a otro de los grandes trabajos del autor: OPERACIÓN MUERTE, narrándonos con su maestría habitual los horrores de la guerra en carnes propias.
SHIGERU MIZUKI AUTOBIOGRAFÍA LIBRO 3 de Shigeru Mizuki: ***3/4
No escapar al lector mínimamente avispado que la escalada dramática que advierte la serie en esta tercera entrega de modo inmediato trasmuta su lectura, de entrañable recorrido infantil y juvenil trufado de referencias y apuntes sociales, culturales e históricos, en un cruento descenso hacia el horror y el desastre. Mizuki, como testigo directo y usando el punto de vista de sus padres como prisma complementario dentro de la nación no movilizada a la guerra, ofrece al comienzo del volumen una focalización del conflicto tan despreocupada y ajena a la dimensión real del mismo como venía siendo su persona hasta el momento. Pero en cuanto la jungla, el combate, los mandos y el maltrato tanto físico como psicológico al que se ve sometido se ceban sobre el, gradualmente su narración nos manipula sutilmente inoculándonos la gravedad sin retorno a la que se ve empujado el soldado Mizuki sin perder nunca la agilidad de su puesta en escena ni olvidar los pequeños apuntes de humor, cada vez más diseminados dado el estrecho margen que las penurias vitales que se suceden le dejan para ello.
Compañeros y amigos comienzan a morir a manos del enemigo, el entorno o la incompetencia de los superiores, a los que dedica una crítica feroz en su carencia total de humanidad a la hora de castigar y sacrificar sin miramientos a las tropas en aras del honor o de estrategias militares sin sentido. El antibelicismo del conflicto vivido in situ se salpica, como se apunta arriba, con el ángulo que aportan los incisos civiles de los padres del protagonista y los datos históricos que refrendan la inevitable derrota que sobre el imperio del sol naciente se cierne al cierre del presente tomo. Todo ello manteniendo un nivel de interés pleno sobre la trama central, incluso con las digresiones a las que Mizuki somete la puesta en escena, saltando de narrador, planteando apuntes omniscientes aclaratorios o introduciendo flashbacks que jamás rompen la plenitud de lectura que se genera en todo momento. Quizás la sensación de deja vù en ciertos segmentos por la pretérita OPERACIÓN MUERTE reste enteros al trabajo, pero la calidad de la obra resulta ejemplar. Astiberri mantiene la agradable rústica con solapas.
Compañeros y amigos comienzan a morir a manos del enemigo, el entorno o la incompetencia de los superiores, a los que dedica una crítica feroz en su carencia total de humanidad a la hora de castigar y sacrificar sin miramientos a las tropas en aras del honor o de estrategias militares sin sentido. El antibelicismo del conflicto vivido in situ se salpica, como se apunta arriba, con el ángulo que aportan los incisos civiles de los padres del protagonista y los datos históricos que refrendan la inevitable derrota que sobre el imperio del sol naciente se cierne al cierre del presente tomo. Todo ello manteniendo un nivel de interés pleno sobre la trama central, incluso con las digresiones a las que Mizuki somete la puesta en escena, saltando de narrador, planteando apuntes omniscientes aclaratorios o introduciendo flashbacks que jamás rompen la plenitud de lectura que se genera en todo momento. Quizás la sensación de deja vù en ciertos segmentos por la pretérita OPERACIÓN MUERTE reste enteros al trabajo, pero la calidad de la obra resulta ejemplar. Astiberri mantiene la agradable rústica con solapas.
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