Continuo con el pequeño batiburrillo restante de títulos destacados visionados a lo largo del mes en curso. No incluyo los magníficos Westerns que la primera cadena está emitiendo los Jueves porque merecen capítulo aparte.
PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN ABRIL 2012 (II)
Otros Géneros
El aparatoso y sobrevalorado Joe Carnahan sostiene como puede un relato de supervivencia con ínfulas dramáticas y existenciales en el que la solidez narrativa de la acción (siempre bien planificada y rodada) choca con sus aspiraciones emocionales, arquetípicas y predecibles. Liam Neeson y unos competentes secundarios apuran la credibilidad de una cinta irregular y aburrida que se guarda en la manga un gran final que no salva la papeleta.
Divertidísima comedia con tintes dramáticos que mezcla con habilidad y solidez los mundos opuestos de un rico parapléjico y un pobre emigrante convertido en su cuidador y amigo. La animosidad y sinceridad de uno servirá de tabla de salvación para la pena del otro. Una cinta positiva y esperanzadora en la mejor línea gala costumbrista contemporánea realizada con buena mano por Eric Toledano y Olivier Nakache. La secuencia de la Ópera antológica.
LE LLAMAN BODHI: ***1/2
LE LLAMAN BODHI: ***1/2
Años antes de su oscar, Kathryn Bigelow ya poseía un pulso narrativo férreo con el que demostró ser capaz de construir westerns vampíricos modernos de halo icónico o apocalípticas historias de amor en tiempos de precursora descarga digital ilegal. Entre ambas, esta poderosa cinta de acción que no solo envejece con dignidad, sino que permanece como ejemplo audiovisual de dirección trepidante y desarrollo de caracteres coherente.
UN DOMINGO CUALQUIERA: ****
UN DOMINGO CUALQUIERA: ****
El cine de Oliver Stone consigue introducirse hasta la médula en los vericuetos que cimentan las temáticas nacionales que gusta de explorar. Desde disecciones políticas varias, Vietnam en sus vertientes más crudas, hasta el mundo profesional de uno de los deportes americanos por antonomasia en esta extraordinaria y multi-angular cinta. Portentoso montaje, puesta en escena magistral y un Al Pacino de libreto con monólogo final obligatorio para deleite de seguidores irredentos.