domingo, 1 de enero de 2012

Cómic: Aama Volumen 1

Hoy reseña/crítica/comentario de AAMA 1, OLOR A TIERRA CALIENTE. Nada mejor para inaugurar el año que mantenerse fiel a uno mismo comenzando las reseñas con una nueva saga comiquera de reciente lanzamiento. El responsable de la misma es alguien muy estimado en este blog.

AAMA 1, OLOR A TIERRA CALIENTE de Frederick Peeters: ***1/4

El autor belga retoma la ciencia ficción con una aproximación a priori bastante similar a la de LUPUS, con la que cosechara estupendos resultados, pero que alcanzado el ecuador de su lectura comienza a desligarse de dicho material referencial para acercarse a la Sci-Fi más clásica de viaje a mundo desconocido con población abandonada, a medio camino entre PLANETA PROHIBIDO y SOLARIS. Con semejante caldo de cultivo apenas parece haber espacio para desarrollar ideas nuevas o alguna temática novedosa fuera del habitual estudio emocional de caracteres que tan sabiamente cultiva Peeters tanto a nivel de guión como de dibujo, pero el autor consigue introducir en AAMA un interesante nuevo nivel de reflexión acerca de la tecnología en su interacción con el ser humano del futuro.

La trama por momentos recuerda a la espléndida LOS MUNDOS DE ALDEBARÁN de Leo, en la introducción de los personajes en un nuevo ecosistema extraterrestre con intenciones dudosas. Igualmente la sustancia que da título a la saga "Aama" parece sugerir concomitancias con la archifamosa "Especia" de DUNE, pero las ambiciones narrativas de Peeters se mantienen dentro de un minimalismo expositivo y conceptual muy inferior de modo acertado a mi juicio, pues prefiere focalizar este primer segmento en la relación filial del protagonista, sus recuerdos y reciente debacle personal.  También aporta un efectivo a la par que resultón juego de saltos y elipsis que se completan con secuencias de gran fuerza e impacto como la llegada al planeta o la pelea de los robots, que sirven para redondear un primer volumen realmente recomendable editado en gran formato y tapa dura por Astiberri con su habitual solvencia.

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