viernes, 12 de agosto de 2011

Cómic: Gilgamesh el Inmortal 1

Hoy reseña/comentario/crítica de GILGAMESH. La editorial italiana 001 sigue recuperando para gozo y disfrute de un puñado de fans irredentos del tebeo argentino -aquí me incluyo, por supuesto- algunos de sus grandes clásicos. En esta ocasión le ha tocado al inmortal personaje de Lucho Olivera.

GILGAMESH VOLUMEN 1 de Lucho Olivera y Robin Wood: ***1/2

Resulta casi un subgénero dentro del tebeo procedente de la tierra del tango la saga serializada de un viajero que se desplaza mental o físicamente hacia una pequeña-gran aventura para finalizar la misma prácticamente donde la comenzó, igual pero cambiado. La reflexión humanista, el pesimismo existencial y la moralidad/mortalidad del hombre se llevarán a estudio en cada episodio, enfrentando al protagonista a una encrucijada de la que saldrá casi siempre derrotado pero más sabio, con toda la amargura vital que esto conlleva. MORT CINDER, VIAJERO DE GRIS, SHERLOCK TIME o SLOT BARR son ejemplos perdurables de este tipo de tebeo instrospectivo, intelectual y melancólico que de modo tan brillante y quirúrjico trataron gigantes como Oesterheld, Trillo o Barreiro. GILGAMESH no es una excepción, se trata de una obra poderosa y sugerente, cargada de una intensidad y poso dramático que sorprende incluso hoy por la pertinencia de su discurso, por su permeabilidad en el devenir de las tragedias de la humanidad que refleja de forma descarnada, directa. Recorrido doliente desde las estrellas a las civilizaciones más antigüas del mundo, desde el comienzo de estas hasta nuestros días. Un tebeo excelente dibujado con mano diestra y dominio del blanco y negro en la mejor tradición naturalista de Solano Lopez o Juan Zanoto.

Creado por Lucho Olivera en 1969 para "La Columba", su trabajo en solitario pasó a tener a Sergio Mulko como colaborador a los lápices para la etapa en "D´Artagnan" hasta 1975 (periodo editado por Doedytores y no reiterado en la presente edición acertadamente por 001), reinterpretando al personaje de nuevo en 1980 ya en manos de Robin Wood (con el que ya había fraguado Olivera otro héroe atípico que hará aparición estelar aquí; Nippur de Lagash), alcanzando su etapa de mayor gloria. La ahora recuperada en este primer tomo que es de esperar venga seguido en breve de un segundo, pues la serie lo merece. Muy recomendable. 

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