martes, 14 de junio de 2016

Tv: Borgen Temporada 1

Hoy toca reseña de una serie europea. En concreto la primera temporada de BORGEN, serie danesa sobre política ficción que aúna idealismo ético y socialdemocracia virtuosa mezclada con drama personal. Muy buena y recomendable.

BORGEN TEMPORADA 1 de Adam Prince: ***1/4

Las series europeas de calidad continúan floreciendo y mejor todavía, llegando a nuestro país en formatos diversos y todos ellos celebrados, aunque no igual de exitosos. Sea como sea, los productos audiovisuales llegan y toca probarlos. BORGEN venía recomendada y ratificada con tres temporadas de premios y reconocimientos. Y no decepciona. Se trata de un fresco coral excelentemente interpretado y guionizado en el que una alternativa vida política de la Dinamarca actual se ve perfectamente contrarrestada por el contrapeso de un periodismo cuasi modélico, y con el sacrificio personal de sus personajes centrales, destacando a la protagonista principal y primera ministra Birgitte Nyborg. El retrato veraz, incisivo y profundamente humano que realiza la actriz Sidse Babbet Knudsen sobre su caracter resulta fundamental para hacer cercano un rol complejo y agradecido al tiempo. La trama desliza la simpatía hacia el poder gobernante socialdemócrata (el sueño dorado de Albert Rivera), pero no deja de lanzar cuestiones interesantes sobre los contrapesos institucionales, la intromisión del poder político sobre la vida de las personas, el fantasma del terrorismo o los movimientos estratégicos geo-políticos de peso. Muchos son los temas tratados y en sus extensos diez episodios de casi una hora de duración cada uno, da tiempo a tratarlos todos.

Una primera temporada estupenda que deja con ganas de más y a la que quizás solo le falta (tras EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA de Aaron Sorkin cualquier diálogo con contenido político que no sea suyo sabe a poco) algo de mordiente. No obstante el recorrido es un ejemplo de entretenimiento inteligente y cuidado que además en tiempos políticos revueltos dentro de nuestro país, ofrece un ejemplo de idealismo y aspiración ética que todos los partidos deberían compartir. Aunque no sea el caso. No se la pierdan.

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