miércoles, 2 de marzo de 2016

Cine: Enero-Febrero 2016

El cine consumido durante los primeros meses del año 2016 ha sido variado y no especialmente memorable, aunque siempre se cuela algún título destacado que merece la pena recomendar. Estos son en modo telegráfico:

PELÍCULAS VISTAS DURANTE ENERO-FEBRERO 2016

50 SOMBRAS DE GREY: 0
Cuando a un fenómeno literario popular de moda se le intenta sacar rédito de cualquier manera el resultado suele estar a la altura del material original, que en este caso es paupérrimo. Unos actores incapaces de creerse la memez en la que están metidos (aunque si el generoso cheque que sin duda han cobrado para hacerla) se mueven sin sentido de un lado para otro posando y poniendo morritos con mirada acero azul a juego. Un despropósito que va camino de la trilogía. Supongo que alguien la habrá dirigido. El horror.

ACADEMIA RUSHMORE: ***1/2
Ya desde sus inicios el cine de Wes Anderson destilaba todo el cultismo intelectual y el humor elevado con toques de pedantería que se traducían en relatos dinámicos y chispeantes con réplicas y situaciones delirantes como la que aquí construye. En este caso uno de los actores fetiche del director Jason Schwartzman se hace pasar por adolescente enamorado de una profesora, Olivia Williams, de su prestigioso centro educativo. Cuenta con el también habitual Bill Murray en modo lacónico para completar la divertida función.

LOS AMOS DE BROOKLYN: ***
Esta película dirigida con mano firme por Antoine Fuqua muestra hasta que punto la televisión de calidad ha influido en el sustrato emocional y narrativo del cine de ciertos géneros con aspiraciones, siendo esta cinta un trasunto aseado de THE WIRE y las difusas relaciones entre policías y criminales modernos. Las actuaciones convincentes y las sub-tramas entrelazadas quedan sólidamente cohesionadas, pero la originalidad del planteamiento es nula y el impacto final queda diluido por sus incontables referencias. Con todo, buena.

EL GRAN HOTEL BUDAPEST: ****
La destilación del estilo audiovisual de Wes Anderson alcanza el paroxismo expresivo con esta película arrojadiza y desbordante. El humor irónico, sutil, negro, sumado al gag visual que bordea el slapstick, supone una concordancia directa con la sublimación de la puesta en escena del director barroca, artesana y afectada, que en su exceso resulta cautivadora por la carencia absoluta de pudor a la hora de mostrar el ensamblaje del conjunto. Sabemos que todo es tramoya de altos vuelos con forma de matrioskas y aplaudimos igualmente. Soberbia

HITMAN: *1/2
Lo mismo que vale para el fenómeno literario de 50 SOMBRAS vale para el vídeojuego HITMAN. En este tipo de productos se trata más de ensamblar una serie de lugares comunes y que chirríen lo menos posible, que intentar crear algo sólido con un punto de vista interesante. De este modo la estética BOURNE en la ambientación, el montaje y la música, copa el grueso de la puesta en escena y acabado de este producto, que por otro lado consigue sobreponerse al exceso de la repetición por su solvencia en la acción y por tener muy ligera de ropa a Olga Kurylenko.
JOHN WICK: ***1/4
Justo lo opuesto al producto impersonal y clónico anterior es el título con el que Keanu Reeves levantó el vuelo protagonista de modo inesperado. Su trabajo actoral es lo de menos, pero su presencia y composición física aportan toda la convicción necesaria para que una mínima excusa argumental suponga el trampolín a un carrusel de acción impactante ejecutada con brillantez y contundencia. Duración ajustada y narración clara, directa, con gotas de humor, culminan una cinta extremadamente entretenida que merece la pena recuperarse del olvido. 
MONEYBALL: ***
El peso de sus guionistas estrella, Steven Zaillian y Aaron Sorkin hace que cualquier cinéfilo sienta curiosidad incluso por un tema tan localista como es el cambio de paradigma en la gestión profesional del baseball americano. Un drama de difícil digestión para no iniciados que carga con el añadido extra del protagonismo de un Brad Pitt incapaz de sostener la cinta. Pese a todo el relato se sobrepone gracias a una dirección meticulosa de Bennet Miller, algo débil en la puesta en escena, pero meritoria a la hora de apoyarse en formidables secundarios.

LOS ODIOSOS OCHO: ***1/2
Habiendo superado hace tiempo la barrera del gusto adquirido, el cine de Tarantino supone la quintaesencia del producto referencial creado para mayor gloria y satisfacción de su propio autor. Alguien que disfruta tanto de lo rodado que parece incapaz de asumir ciertos sacrificios en aras de una mayor concreción y alcance del resultado. Este segundo western del realizador mejora el exceso pirotécnico final de DJANGO con un cierre más logrado, pero de nuevo divaga durante 20 minutos imprecisos a lo largo del metraje. Con todo, muy buena.
SLOW WEST: **3/4
Cualquier western tiene visionado cuasi obligado en este blog, por lo que las generosas críticas que se le dedicaron en todas las latitudes a SLOW WEST parecían presagiar más de lo que finalmente ofrece. Las expectativas juegan en contra, por norma, de los resultados finales cuando estos se han promocionado con tanta saña positiva por los críticos amantes de ir contra los códigos de los géneros. Es por ello que este western tenga de western el paisaje y la secuencia final, dejando el resto a buenos actores y pausada puesta en escena al borde de aburrir. 
TODO EN UN DÍA: ***1/2
La diferencia principal entre una estúpida comedia adolescente actual y una alocada comedia de los 80 está en la profundidad y alcance de su guión. No hay más. Los medios y los actores no varían demasiado, pero la intención, la irreverencia y el ingenio barren por goleada. John Hughes define en 1986 con precisión quirúrgica la adolescencia de toda una generación (ya lo hizo con memorable atino el año anterior con EL CLUB DE LOS CINCO), sus sueños, humor, pesares, aspiraciones y desencanto. Gags brillantes y canciones soberbias hacen el resto.

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