jueves, 17 de diciembre de 2015

Votando que es gerundio: 20-D

A pocos días del 20 de Diciembre, día de elecciones generales en nuestro país, no puedo reprimir las ganas de comentar la estulticia generalizada del pensamiento único y convencimiento general de las soluciones mágicas sobre el papel, así como la frágil memoria de pez del votante-masa.

VOTANDO QUE ES GERUNDIO: 20-D

Detestamos al PP de Mariano Rajoy (casi seguro que también al PP). Es un sentir general y un mantra coreado por el pueblo llano en bares, paradas de autobús, redes sociales o comidas laborales. Pero las (siempre dudosas) encuestas les dan la mayoría simple, es decir: obtendrá la lista más votada. ¿Como es posible? ¿No es este el presidente de gobierno más cobarde, inmovilista y autocrático que hemos padecido en nuestra historia democrática? ¿No es este gobierno el que ha recortado servicios y calidad de vida a cambio de mantener el carísimo chiringuito autonómico, el inútil cementerio de elefantes que es el Senado y miles de empresas públicas sin ninguna otra utilidad más que nutrir a sus cebados consejos de administración? ¿No es este gobierno -con este presidente (que bien podría ser "la bestia" de TRANSMETROPOLITAN)- el que más cuotas de corrupción, enchufismo, capitalismo de amiguetes e impuestos subidos aglutina? Entonces, ¿como es posible que tenga tanto apoyo?. Fácil: el miedo y la ignorancia. El refranero nos da siempre una muletilla útil: "Más vale malo conocido que bueno por conocer".

La alternancia en el bipartidismo de un rancio y desubicado PSOE, capitaneado por un inútil como Pedro Sanchez (que bien podría ser "el sonrisas Callahan" de TRANSMETROPOLITAN), supone en sus argumentos la bajeza y mendacidad máxima en todo su esplendor. Ni una de sus ideas de mejora suponen novedad alguna (más impuestos, más gasto público, más control estatal, ningún recorte a la burbuja política, ninguna modificación del timo piramidal en quiebra de las pensiones) y todas profundizan en los mismos errores que nos llevaron a la crisis, olvidándose convenientemente de citar los millones de puestos de trabajo destruidos por su mandato anterior (más que con el PP) con una legislación laboral mucho más rígida.

Los nuevos inspiran algo más de confianza, pero no son sino el mismo perro con distinto collar. El discurso de PODEMOS es un Neo Comunismo disfrazado de Socialdemocracia nórdica cuyo parecido efectivo (es decir en medidas y propuestas concretas) es nulo. Querer ser Dinamarca o Suecia aplicando medidas de Venezuela o Argentina es simplemente un sinsentido. Sin embargo Pablo Iglesias es una cabeza parlante habilidosa, con recursos para el debate y la réplica siempre y cuando no tenga que defender acciones concretas o soluciones realistas. Si se le saca de la propaganda, el slogan y la lucha vertical se ven sus carencias y costuras con nitidez (otra cosa es que sus fieles creyentes quieran verlas): sin un enemigo al que atacar no es nada.

Algo mejor parado resulta el líder de CIUDADANOS Albert Rivera, que en sus formas diplomáticas, educadas y constructivas, amén de una certera capacidad para argumentar, supone un candidato con ciertas líneas sólidas hacia un horizonte mejor (despolitización de la justicia, desmantelamiento parcial del gasto autonómico y local, actualización laboral con una escasa pero interesante mochila austríaca y algunas cosas más -no muchas-; aunque por su plan de eliminar el Senado ya se merecería el voto si solo vemos cuatro colores), que sin embargo son deudoras en gran medida de las propuestas de la caída en desgracia UPYD, que con un sólido Andrés Herzog (tras descabezar a la causante de su propia debacle Rosa Díez) merecería más apoyo del que probablemente tendrá.

Con todo, los cuatro destacados participan unívocamente del pensamiento único: solo el Estado puede proveer y solo el Estado puede decidir. Solo el Estado es responsable de nuestra libertad y nuestra vida. Solo el Estado tiene la potestad de quitarnos buena parte de nuestro sueldo y ganancias coactivamente (el 52% y subiendo) gozando del monopolio de la violencia y la certeza de que vendrán a por nosotros si no somos -eufemísticamente hablando- solidarios con Hacienda. Solo el Estado: el auténtico pensamiento único. A los que claman por el voto útil hacia las cuatro opciones mayoritarias se les olvida que en España hay 36 partidos políticos que se presentan a las elecciones del 20-D. Y que el voto personal es estadísticamente irrelevante.

A los que votan al PP se les olvida que VOX o DLP (DEMOCRACIA Y LIBERTAD POPULAR) son mucho más coherentes con el ideario conservador. A los que voten ahora CIUDADANOS buscando ideas algo más liberales se les olvida que el P-LIB (PARTIDO LIBERTARIO) es la única opción realmente liberal que quiere el cheque escolar y sanitario en los servicios esenciales (poder elegir la sanidad y la educación con el dinero que ya me han quitado previamente de la nómina, con el IVA, el IRPF, el IBI, sucesiones, patrimonio, sociedades, etc...) o que quiere finiquitar el gasto político radicalmente bajando todos los impuestos al 10%. Y a los que voten a PSOE no puedo recomendarles nada, porque se les olvida todo y como dijo Hayek "Si los socialistas supieran de economía no serían socialistas", además, para opciones más acentuadas de reparto de la riqueza ajena ya están IU o PODEMOS.

En cualquier caso no hay nada tan estimulante en un país tan estatalizado y adocenado como es España, como darle una ínfima patada en el culo al pensamiento único votando por alguna de las opciones políticas que abogan por menos Estado (básicamente el P-LIB). Y en un orden más general, sienta bien poder elegir.

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