martes, 21 de julio de 2015

Comic Con de San Diego: Pero esto no iba de Cómics?

Hoy algo un tanto diferente. Uno de esos muy ocasionales y estrambóticos post de opinión en el que tras el aluvión de fechas de estrenos, anuncios, declaraciones, videos, teasers, trailers y cosplays, uno se para a preguntar en que se ha convertido el antes conocido como mayor Festival del Cómic del Mundo.

COMIC CON DE SAN DIEGO: PERO ESTO NO IBA DE CÓMICS?

"The Times They Are A-Changin´" que decía Dylan. No es cosa de este año, ni mucho menos, pero cualquier momento es bueno para reflexionar sobre ello. Aunque sea una reflexión baldía y que sin duda ya se haya dado con más profundidad y certeza en otros lugares con anterioridad. No obstante, es de cajón de madera de pino el ratificar el disparate publicitario y frikófilo en el que se ha convertido la COMIC CON de San Diego. Y para que conste, no tengo nada en contra de la publicidad ni de ser friki, pero cuando un evento que se supone se creó con la finalidad de promocionar y divulgar el Noveno Arte se transforma en un escaparate de estrellas de cine, lucimiento de trajes de supers caseros o podios desde los que agrandar las expectativas (el popular "hype") de proyectos cinematográficos o televisivos futuros, uno podría empezar a considerar si los cómics siguen ocupando algún lugar destacado dentro de la COMIC CON o simplemente son los apuntes a p¡é de página de un programa de mercadotecnica de proporciones gargantuescas.

Cuando la atención (y la firma o foto vía selfie) se centra más en el próximo actor que llevará un traje de colores que en el tipo que escribe o dibuja las aventuras del personaje que se adapta, o mejor todavía en homenajear y recordar la vida y logros del tipo que lo creó, es que las prioridades de los "fans" son muy discutibles. O quizás es que la gente que acude en masa ahora a la COMIC CON es más fan de otros medios y no tanto del cómic que da nombre a la popular convención. O puede que el eco de una obra en otro formato resuene más en el imaginario colectivo moderno que la obra en sí. O puede sencillamente que para algunos de nosotros el olor a tinta sea un aroma más embriagador que el 3D y la emoción de comenzar a disfrutar de la primera página de un cómic nuevo tenga más valor que una foto de Halloween fuera de fecha o el destello fugaz de un actor millonario forzando la sonrisa. Llamadme viejuno.

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