jueves, 28 de febrero de 2013

Cine: Febrero 2013 (II)

Variedad en los títulos seleccionados como destacables este mes. Máxime si atendemos a la sufrida paciencia que hay que mostrar para acabar algunos de ellos.

PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN FEBRERO 2013 (II)

Animación/Comedia/Drama

FRANKENWEENIE: **1/2
Tras la desaprovechada DARK SHADOWS, Tim Burton intenta recuperar -una vez más- su universo propio, estirando una idea ya desarrollada en formato corto. La cinta funciona como entretenimiento infantil pese a la moralina a cucharadas y la ristra de tópicos de su temario habitual. El problema se mantiene indisoluble en el cine del americano; su alarmante vacuidad al servicio de una estética relamida.
LA NOCHE MÁS OSCURA: ***
Aun en horas oscuras Kathryn Bigelow continua desarrollando un cine convincente, plenamente emparentado con los estilemas de su cinematografía. La llamativa veracidad del relato ayuda a su puesta en escena firme y concisa, alimentada por toda la solidez de una realizadora que integra drama, acción, investigación y suspense con maestría. Lástima su falta de ambición para rematar el producto.
MOONRISE KINGDOM: ***3/4
Convertido en enfant terrible por pleno derecho de la comedia elitista y metafórica americana moderna, Wes Anderson entrega un nuevo juguete fílmico a la altura de sus creaciones previas. Su aplastante estilismo visual y vertiginosidad narrativa se apoyan una vez más en una selección musical formidable, vigoroso ritmo y diálogos afilados al servicio de personajes memorables.
LA PRINCESA MONONOKE: ****1/4
La mano y talento de Hayao Miyazaki brillan como nunca en uno de sus grandes trabajos, donde el esplendor visual del realizador va a la par con la profunda y sentida reflexión naturista que desgrana. El derroche de ideas y la estructurada sucesión de aventuras, secuencias memorables o soluciones narrativas portentosas suman una de las obras más destacadas de Ghibli. La música de Joe Hisaishi magnífica.
UN HOMBRE SOLTERO: ***
Sorprendente, por su solidez, debut del diseñador Tom Ford. Acomete un tour de force de un día en la vida de un profesor universitario homosexual que ha perdido el amor y con el las ganas de vivir. Salpicada de elegantes flashbacks, momentos ralentizados y algún otro truco bien urdido, consigue conmover gracias a una sutil fotografía, buena música y un poderoso trabajo de Colin Firth.

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