martes, 30 de octubre de 2012

Cine: Octubre 2012 (II)

Mes relajado y variado en cuanto a consumo fílmico. Desde la revisión de las mejores adaptaciones animadas de Batman, a Mel Gibson en diversas facetas.

PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN OCTUBRE 2012 (I)

Acción/Drama

AL LÍMITE: **3/4
Trabajo curioso de Martin Campbell en el que se nota la mano negra y tijeretazo en la post-producción (incluyendo la sustitución de su gloriosa primera partitura original obra de John Corigliano), pero cuyas sombras no consiguen borrar el ambiguo, melancólico y amargo mensaje que destila. Elegante, irregular, sobria pero con escenas de gran impacto, su alternancia de pulso y tono descompensa una cinta interesante.

BRAVEHEART: ****
La gran película épica que marcó a fuego en los noventa el rumbo de todas las posteriores superproducciones con batalla al uso, se erige como una de las cintas más sólidas del Gibson realizador (con la infravalorada EL HOMBRE SIN ROSTRO a la cabeza), cargada de fuerza, poesía, violencia y emoción con una puesta en escena ejemplar. Banda sonora de James Horner y fotografía de John Toll superlativas.
DARK CITY: ****1/4
La mejor película de Alex Proyas, (pese a la voz en off introductiva impuesta por el estudio) mantiene su fascinación y poder sugestivo intactos. Expoliada a posteriori por MATRIX o NIVEL 13, su tono entre noir melancólico y sci-fi existencial de halo romántico se afianza gracias a las portentosas fotografía de Dariusz Wolski, banda sonora de Trevor Jones y el diseño de producción de Patrick Tatopoulos.
FRECUENCY: **1/2
El especialista en thrillers Gregory Hoblit (PRIMAL FEAR, FALLEN, FRACTURE), firma aquí un trabajo flojo, impersonal, sobrio, correcto y resultón. La premisa resulta de lo más divertida y lisérgica, provocando paradojas temporales de aúpa y un entretenimiento moderado si no se mira con detalle el desarrollo de su guión. Para no pensar demasiado y recordar lo grande que era Michael Kamen incluso en horas bajas.
OLD BOY: ***1/4
Extraña y compleja cinta coreana de Park Chan Wook un tanto sobrevalorada y excesiva, pero que en su potentísima puesta en escena y dolorosa plasmación de una venganza llevada hasta el límite, consigue empujar al espectador a un viaje irrevocable tan fascinante como repelente en ocasiones. Un filo de la navaja conceptual que se salda con éxito pese a la morosidad ocasional de ritmo.

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