El consumo fílmico reducido ligeramente en favor del catódico se ha centrado, aparte de en la animación, basicamente en el entretenimiento de acción. El resto de Mayo de una tacada.
PELÍCULAS DESTACADAS VISTAS EN MAYO 2012 (II)
Varios Géneros
FUERZA VITAL: *
Revisitar títulos que se recuerdan vagamente por algún elemento ajeno a su calidad fílmica (la imponente banda sonora de Henry Mancini en este caso), suele llevar a decepciones como esta. Un batiburrillo inconexo dirigido (lo dudo) por Tobe Hooper, donde caben todos los tópicos fantásticos de la década unidos sin ton ni son. Lo descacharrante de su premisa visual (vampiros en animación suspendida vagan por el espacio dentro de un asteroide) desemboca en un despiporre pirotécnico pseudo-romántico delirante.
MISION IMPOSIBLE 4: **3/4
Seré de los pocos, pero en toda esta saga encuentro elementos que me gustan. El clasicismo intrincado de De Palma, la acción hiperbólica y ralentizada de Woo, el formulismo simpático de Abrams o el espectáculo socarrón limítrofe con la autoparodia de Brad Bird para este último episodio. La trama es rocambolesca, pero la narración de tintes clásicos y aroma liviano se sostiene con una narrativa funcional pero elegante que funciona. Como detalle destacar la música de Michael Giacchino, de los pocos en seguir construyendo memorables temas de acción.
LA RED SOCIAL: ***3/4
Que las películas pares de David Fincher son las buenas y las impares las menos buenas, es una teoría que sus dos últimos trabajos parecen fortalecer (sobre todo si atendemos a la que siguió a ésta, la tibia LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES), porque donde el remake del éxito literario sueco apenas aportaba nada, en esta multiangular cinta que versa sobre la amistad, los negocios, la ambición, la codicia y otros aspectos poco amables del ser humano, todos sus activos son de lujo; guión, actores y realización. Gran trabajo.
SEÑALES DEL FUTURO: ***
El sello artesanal que Alex Proyas imprime en sus trabajos resulta refrescante y necesario en un género tan maltratado y en desuso como es la Sci-Fi adulta. Tanto el futurismo policíaco con ramalazos de acción y ecos Asimovianos de YO ROBOT como el noir existencial neo-romántico de DARK CITY poseen estilo, elegancia y fondo que compensa el envoltorio de lujo. Aquí consigue lo mismo en plan catastrófico, quizás menos entretenida que la primera y menos brillante que la segunda, pero igual de estimable que ambas y con un Nicholas Cage comedido.
SHERLOCK HOLMES 2: **1/2
La mano para coordinar productos resultones de Guy Ritchie no debe confundirse con talento real. No lo tiene, pero sabe manejar los clichés y las codificaciones del género de acción adaptándolos a las necesidades y ambientación del icono detectivesco con la ayuda de una pareja protagonista en sintonía (un tandem que se inclina hacia la imparable simpatía de Robert Downey Jr) y una producción de lujo (destacando el sobrio y acertado Moriarty de Jared Harris). Entretenida y realmente espectacular en un par de secuencias, se deja ver con agrado y poco más.
La mano para coordinar productos resultones de Guy Ritchie no debe confundirse con talento real. No lo tiene, pero sabe manejar los clichés y las codificaciones del género de acción adaptándolos a las necesidades y ambientación del icono detectivesco con la ayuda de una pareja protagonista en sintonía (un tandem que se inclina hacia la imparable simpatía de Robert Downey Jr) y una producción de lujo (destacando el sobrio y acertado Moriarty de Jared Harris). Entretenida y realmente espectacular en un par de secuencias, se deja ver con agrado y poco más.
LOS VENGADORES: **3/4
El fanboysmo de Joss Wheddon ha perpetrado el sueño húmedo de todo marvelita de pro, renunciando para ello a cualquier tipo de aportación propia o definición externa de unos personajes cuyo caracter icónico le pesan demasiado como para alterarlos mínimamente. Testosterónica, hiperbólica, más grande que la suma de sus precuelas pero sin profundidad ni doblez alguna, los X-Men de Singer o el Batman de Nolan resultan muy superiores a LOS VENGADORES. Como entretenimiento espectacular y expansivo no tiene pegas, pero tampoco profundidad alguna que le otorge peso fílmico alguno.